El inmueble más majestuoso de Valladolid

El autor del proyecto, presentado en 1918, fue el comandante de Ingenieros José de la Gándara Cividanes, responsable, entre otras obras, de la edificación de la primera mezquita que se construyó en Melilla. El capitán de Ingenieros Adolfo Pierrad Pérez se hizo cargo un año después de los planos y el 14 de julio de 1920 se aprobó el proyecto definitivo. Las obras fueron adjudicadas al contratista vallisoletano Jacinto Cuadrado. El primer edificio que se construyó fue el del internado: cocinas, comedores, despachos de profesores y habitaciones para los alumnos.

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Ubicado en el número 2 del Paseo de Zorrilla, el edificio es uno de los más majestuosos de la ciudad. De estilo neorrenacentista, sirve de lugar de estudio, formación y preparación para los oficiales del Ejército de Tierra que eligen el arma de Caballería. Inspirado en el Palacio de Monterrey de Salamanca, máximo exponente del Plateresco, está realizado en ladrillo, recubierto de placas de piedra arenisca de Villamayor (Salamanca) y granito de Mingorría (Ávila).

El ladrillo de las tres torres está cubierto con cemento y pintado en el tono ocre de la piedra. Los Reyes ya habían asistido en mayo de 1921 a la colocación de la primera piedra, acto en el que la reina hizo entrega de un estandarte bordado. La reina Victoria Eugenia fue nombrada entonces coronel honorario del Regimiento de Cazadores que lleva su nombre. Se celebró una multitudinaria ceremonia en la explanada del Campo Grande.

Muy sonada fue también la idea del socialista Óscar Puente, candidato en aquel momento a la Alcaldía de Valladolid, quien propuso convertir el edificio en un parador turístico, para lo que aseguró en 2010 que había iniciado conversaciones con el Ministerio de Defensa para que cediera el edificio principal a la ciudad para tal fin. En 1931 también se llegó a pedir su uso para otros menesteres: Residencia de Estudiantes y trasladar a él el Archivo de Simancas. La fachada principal del mismo, jerarquizada por las torres, fue restaurada en el año 2000.

Su composición va de más a menos maciza, acabando en una galería de arcos y una balaustrada. Destacan en ella los escudos de piedra que representan las cuatro órdenes militares más importantes que ha tenido la Caballería española: Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa. Hay seis. Están repetidos el de Calatrava y el de Montesa. Con planta en U, destaca la simetría en esquina, propia del Renacimiento. En el salón principal hay un enorme lienzo de la batalla de Treviño y alberga uno de los museos más desconocidos de la ciudad.