La iglesia donde fue bautizado el poeta vallisoletano José Zorrilla

Declarada Bien de Interés Cultural (BIC), la iglesia es Monumento Histórico-Artístico Nacional desde 1993. En la primera capilla del lado del evangelio, del siglo XVIII -con reja barroca-, puede verse la pila en la que recibió bautismo el poeta y dramaturgo vallisoletano José Zorrilla. Fue el 1 de marzo de 1817. El templo consta de una sola nave, de tres tramos, con coro alto a los pies y cubierta con bóveda de cañón. Destaca la fachada principal, sencilla y sobria. Originalmente tenía dos cuerpos en altura separados con una imposta plana y se remataba con un frontón. En el inferior se sitúa la portada, concebida como un arco triunfal simplificado, en la que en 1721 se colocó un relieve de piedra realizado por el escultor Antonio Tomé que representa a San Martín entregando su capa a un mendigo. El cuerpo alto y el frontón original se perdieron en 1965, cuando se derrumbaron las bóvedas de la nave central, procediéndose a rematar en ese momento la fachada con el frontón actual.

De la primitiva ermita se conserva la torre románica, situada en un lateral de la actual cabecera. Edificada a principios del siglo XIII, tomó como modelo la de la Iglesia de Santa María de la Antigua aunque, según los expertos, «nunca llegó a alcanzar su finura ni esbeltez. Resultó una torre menos airosa y mas torpe en la definición de los detalles». Originalmente tuvo un chapitel piramidal, que tuvo que ser demolido por las grietas. Hoy está cubierta por un tejado a cuatro aguas. Entre 2004 y noviembre de 2007, el edificio fue intensamente restaurado. La Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León invirtió 1.423.747 euros en la rehabilitación, en colaboración con el Arzobispado de Valladolid y la propia parroquia. El derrumbe de la bóveda en los años sesenta del siglo XX era la causa principal del deterioro del templo y las obras se centraron en combatir la humedad mediante la restauración de las fábricas de piedra, adobe y ladrillo. Se recuperaron también los accesos al interior de la torre.

La parroquia de San Benito el Viejo se juntó con la de San Martín en 1812, por eso en la actualidad tiene la doble advocación: Iglesia de San Martín y San Benito el Viejo. El retablo mayor fue realizado por Pedro de Cea entre 1672 y 1681. Tiene seis grandes columnas salomónicas y el altorrelieve de San Martín partiendo la capa, obra del escultor Juan Antonio de la Peña. En el suelo, cerca del altar, se pueden ver lápidas funerarias con escudos nobiliarios. Fueron descubiertas bajo el suelo durante la última gran restauración del templo. En total son 45 enterramientos colocados en cinco calles con ocho tumbas en cada una.