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Conocido por el nombre de la persona que lo mandó erigir, el edificio del número 20 de la calle Santiago conserva intacto su diseño original de principios del siglo XX. Viuda desde hacía unos meses, Ángela San José Goicoechea mandó edificar en el mes ... de junio de 1910 al maestro de obras Antonio Ortiz de Urbina y Olasagasti, autor, entre otras, de la Casa Luelmo, este inmueble, sobre un solar vecino al convento de las dominicas francesas.
Ángela San José era viuda del conocido industrial vallisoletano Pedro Pardo Urquiza, dueño de la fábrica de harinas El Palero, fallecido el 7 de enero de aquel año. Tras la finalización del edificio, Ángela San José se trasladó a vivir al piso principal y Antonio Ortiz de Urbina y su familia se instalaron en el segundo piso del inmueble. Ambas familias mantenían una estrecha amistad; la viuda de Pedro Pardo Urquiza fue madrina, al menos, de una de las hijas del matrimonio.
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Ubicado frente a la calle Santa María, el inmueble se levantó sobre los antiguos números 68, 70 y 72 de la calle Santiago. Considerado uno de los ejemplos de arquitectura modernista de Valladolid, según los expertos, su fachada tiene referencias de modelos franceses y vieneses. «Es de suponer que consecuencia de la estrecha relación que mantenía con la promotora éste gozara de una libertad absoluta a la hora de diseñar el proyecto», reflexiona Francisco Javier Domínguez Burrieza en su estudio sobre el trabajo de este arquitecto, y su padre Jerónimo, en la ciudad: 'El Valladolid de los Ortiz de Urbina. Arquitectura y urbanismo en Valladolid (1852-1936)', publicado en 2010 por el Ayuntamiento de Valladolid.
Destaca la profusa ornamentación de su fachada. «La simetría es absoluta. El programa decorativo se divide en ejes dos a dos, desde los extremos hacia el centro, bajo la dominante del eje de simetría formado por la fila de miradores que cubren los huecos del primer, segundo, tercer y cuarto piso. En las plantas inferiores domina la tendencia manierista y el barroquismo, la decoración que lo inunda todo. Mientras, los dos últimos pisos mantienen una decoración más clásica y contenida», apunta este doctor en Historia del Arte por la Universidad de Valladolid. Ortiz de Urbina insertó en la decoración de este edificio de la calle Santiago círculos atravesados por líneas paralelas, remates curvos con líneas en espiral y ornamentación de bolas, decoración floral, guirnaldas... «elementos característicos de una burguesía triunfante».
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