Consulta la portada de El Norte de Castilla
Fotografías y vídeo de Rodrigo Ucero

Valladolid, piedra sobre piedra

El gran templo jesuita que Carlos III convirtió en parroquia

La iglesia de San Miguel y San Julián, en la calle San Ignacio, fue construida en el último cuarto del siglo XVI

Sonia Quintana

Valladolid

Martes, 30 de enero 2024, 00:08

En 1570 la marquesa de Tábara, Leonor Enríquez de Toledo, vendió a la Compañía de Jesús algunas casas de su propiedad en Valladolid -en la ... hoy calle San Ignacio, esquina con Expósitos, frente al Palacio de los Marqueses de Valverde-, sobre cuyo solar, en 1580, comenzaron las obras del templo de la antigua Casa Profesa de la compañía jesuítica, establecida en la ciudad desde 1543. Construida en el último cuarto del siglo XVI, esta iglesia es uno de los más claros exponentes de la arquitectura jesuítica. La advocación del templo fue la de San Antonio de Padua. En 1609, cuando Ignacio de Loyola fue beatificado, cambió la advocación por la de San Ignacio. No fue hasta finales de 1775 cuando el templo pasó a denominarse Iglesia de San Miguel y San Julián, tras trasladarse a él las parroquias de San Miguel y San Julián y Santa Basilisa.

Publicidad

En 1610 los condes de Fuensaldaña, Alonso Pérez de Vivero y Menchaca y Aldonza Enríquez Mesía de Guzmán, adquirieron el patronato de la iglesia. Ambos están enterrados en la capilla mayor, en el lado del Evangelio. Sin descendencia, fue el hermano de la condesa, el príncipe de Esquilache, quien se hizo en 1652 con el patronazgo. En 1775 -año de su reapertura como Iglesia de San Miguel y San Julián- la Corona asumió el patronazgo. Juan Martínez Cabeza Leal, deán de Palencia; la marquesa de Viana del Bollo, Ana Mónica de Zúñiga Módica y Córdoba; o el platero leonés Juan de Benavente fueron algunos de sus benefactores a lo largo de los siglos. Tras la expulsión de la Compañía de Jesús de los territorios españoles, dictada por Carlos III, la iglesia permaneció cerrada desde 1767 hasta 1775. Las otras edificaciones de la antigua Casa Profesa de la Compañía de Jesús en Valladolid fueron convertidas en viviendas particulares.

«Se inspira directamente en el prototipo de la orden de Castilla, la Colegiata de Villagarcía de Campos», recoge Javier Rivera Blanco en la 'Guía de Arquitectura de Valladolid', dirigida por Juan Carlos Arnuncio Pastor. Construido en ladrillo, tapial y piedra, la fachada principal del templo consta de dos cuerpos. Sobre la puerta de entrada, coronada por un frontón curvo y partido, se encuentra una hornacina con una estatua de San Miguel (antes de la expulsión de los jesuitas se hallaba una de San Ignacio). Debajo de la hornacina, las armas de los Reyes Católicos; a los lados, los escudos de los condes de Fuensaldaña. En el cuerpo superior, por debajo de la ventana adintelada, el escudo real de Carlos III, que en 1775 sustituyó al JHS jesuítico.

Rodrigo Ucero

Su planta, de una sola nave, es de cruz latina. Los arcos que comunican las capillas laterales con la nave central son de medio punto y se disponen entre pilastras corintias que sujetan un entablamento en donde se encuentran los escudos de los condes de Fuensaldaña, primeros patronos del templo. Sobre el entablamento, ventanas, solucionadas como huecos termales que alternan óculos y espejos. Todas las cubriciones muestran decoración a base de yeserías geométricas. Sobresale la cúpula del crucero, revestida con un bajo cimborrio cuadrado rematado con tejado a cuatro aguas. La Iglesia de San Miguel y San Julián conserva en su interior una «excepcional colección de tallas, retablos, pinturas y otras preseas de la época del edificio o de la etapa barroca. Destacan las obras de Adrián Álvarez, Gregorio Fernández, los Velázquez, Alonso de Arco, Pedro de Sierra o Felipe Gil de Mena, entre otros«, reseña Rivera Blanco en la 'Guía de Arquitectura de Valladolid'.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad