Conocida como la del Caballo de Troya, esta casa palaciega del siglo XVI fue construida entre 1578 y 1593. Su primer propietario fue el doctor Paulo de la Vega, quien mandó edificar el patio que hoy custodia, en una arcada, el mural del Caballo de ... Troya alrededor del cual gira una de las muchas leyendas que han corrido de boca en boca durante siglos por la ciudad. Lo único reconocible del palacio originario es la portada de la fachada, definida por un arco de medio punto y decorada con almohadillado. Su interior se ha modificado mucho por sus diferentes usos a lo largo de los años -lo que en su día fueron las caballerizas, por ejemplo, hoy es la taberna del restaurante Santi, Caballo de Troya, que hoy alberga este edificio-. Se mantiene también de aquella época el pozo, aunque con alguna reforma.
Publicidad
El palacio, ubicado en el número 1 de la calle Correos, tiene semisótano, entreplanta y planta noble. Tras la portada original se sitúa el zaguán con las puertas enfrentadas. El patio, de dos pisos, posee arcadas en tres de sus cuatro lados, no existiendo en el lado norte, como era habitual en el tipo de arquitectura doméstica del Renacimiento en Valladolid.
Desde principios del siglo XVII, el edificio fue propiedad de Diego de Cárdenas, oidor de la Real Chancillería de Valladolid -tomó posesión del cargo el 3 de marzo de 1610-, quien vivía en el palacio con su sobrina Ana Enríquez. La leyenda cuenta que ésta fue inculpada por hereje, por causas desconocidas, en el Auto de Fe celebrado el 4 de octubre de 1623 en la ciudad, en el que cerca de cincuenta personas fueron juzgadas por herejes, apóstatas, brujas, hechiceras... Hasta nuestros días ha llegado el relato que narra que Ana se salvó de morir quemada viva aquel día en la hoguera porque el inquisidor argumentó: «Mujer de tanta belleza no puede morir en la hoguera».
Parece ser, no obstante, que su tío Diego poseía documentación comprometedora para su sobrina, razón por la cual mandó sustituir los escudos nobiliarios que presidían el palacio en el que ambos residían por un mural pintado con el Caballo de Troya, en cuyo interior -al igual que hicieran los aqueos para introducirse en la ciudad de Troya- habría ocultado aquellos documentos. Acto seguido enajenó la vivienda, que pasaría a destinarse a fonda, llamada Posada del Caballo de Troya.
Publicidad
Dos siglos más tarde, en 1837, George Barrow, conocido como 'don Jorgito, el inglés de las biblias', estuvo tres meses alojado, junto a un criado de origen griego, en aquella posada. Este agente de la Sociedad Bíblica británica estuvo en España entre 1836 y 1840 con el encargo de evangelizar un país donde había desaparecido la Inquisición unos años antes, difundiendo el Nuevo Testamento en una edición sin comentarios y accesible para todos. Su vocación apostólica le permitió recorrer con tal fin Castilla la Vieja, León, Galicia, Asturias, Cantabria y Andalucía y ser protagonista o testigo de múltiples incidentes cuyo recuerdo vertió, a su vuelta a Inglaterra, en 'La Biblia de España', obra que alcanzó de inmediato gran éxito y difusión.
Otros edificios históricos de Valladolid
Sonia Quintana
Sonia Quintana
Sonia Quintana
Considerado el autor del libro más maldito de los viajeros británicos, de su estancia en Valladolid se cuenta que estuvo buscando, entre otros, aquellos documentos que la leyenda asegura que Diego de Cárdenas escondió en su palacio tras el mural del Caballo de Troya. ¿Los encontraría o seguirán ahí ocultos? ¿Existieron realmente aquellos papeles que podrían haber llevado a Ana Enríquez a la hoguera o es solo una de las muchas leyendas que han llegado hasta hoy a nuestros oídos?
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.