Todo indicaba que seguiría la senda política de su padre, el famoso teniente coronel de Infantería Emilio Zorrilla Romero, cuya fe republicana le llevó a ocupar escaño en el Congreso en 1873. Y así parecía en un principio, pues Francisco Zorrilla Arroyo figura en la ... historia como uno de los fundadores de la Juventud Republicana de Valladolid. Empresario de prestigio, dinamizador de la economía castellana y protagonista de importantes iniciativas industriales, este sepulvedano pasó buena parte de su vida entre las provincias de Valladolid y Segovia, donde falleció hace ahora 90 años.
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Aunque dedicó grandes afanes industriales a Sepúlveda, donde nació el 16 de enero de 1872, su nombre es inseparable de potentes empresas vallisoletanas como el Banco Castellano, los Tranvías, la Electra Popular o El Norte de Castilla. Pero también transitó por los influyentes salones del Congreso y del Senado como representante de su provincia natal, y, lo que es más importante, muy pronto se erigió en abanderado del liberalismo avanzado de Santiago Alba, con quien emparentó tras casarse con su hermana, Obdulia Alba Bonifaz. Este matrimonio, como ha escrito Juan Antonio Cano, le procuró influencia a todos los niveles.
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Licenciado en Derecho por la Universidad Central, Francisco Zorrilla combinó a la perfección esa costumbre, tan arraigada en la elite de la Restauración, de cruzar intensos y provechosos intereses entre la política y la economía, el escaño y la empresa. Por poner un ejemplo, en la primera década del siglo XX contribuyó a fundar la sociedad 'Ruiz Zorrilla y Compañía', responsable de la creación de la Central Eléctrica de Sepúlveda, así como la empresa encargada de explotar los tranvías vallisoletanos, obra de Alba, de la que fue el primer consejero delegado y que llegaría a presidir entre 1930 y 1933. Y el mismo tiempo, presentaba, aunque sin suerte, su candidatura al Congreso por Riaza. Era 1910. Ya no volvería a fracasar.
En efecto. Si cuatro años después sustituía a Rufino Cano de Rueda en el escaño por Cuéllar, al que renunció en octubre de 1914, en 1916 consiguió ser diputado por Riaza y a partir de 1918 inició su largo periplo en el Senado. Fue elegido por Segovia en 1918 y ya no abandonó la Cámara Alta hasta abril de 1924. Desde ella trató de influir para que llegara el ferrocarril a Segovia, pero también para conseguir beneficios de todo tipo para los habitantes de la provincia, desde dinero para la Universidad Popular hasta mejoras en las escuelas y en el entramado de comunicaciones. No por casualidad, el vecindario de Boceguillas, donde tenía propiedades y al que tanto ayudó para mejorar su escuela pública, decidió por unanimidad dedicarle una calle.
La impronta de Zorrilla Arroyo en la modernización económica de Castilla es innegable. A él se debe, por ejemplo, la constitución de la Sociedad del Salto del Burguillo, promotora de las obras de la presa, y la pionera labor de la Electra Popular Vallisoletana, que a principios del siglo XX mejoró notablemente el suministro de energía eléctrica en Valladolid gracias a la aplicación de la tecnología más avanzada del momento. Propietario de numerosas fincas en la provincia de Segovia y consejero en otras muchas empresas (El Norte de Castilla, el Banco Castellano, 'Guillén, Zorrilla y Compañía', Carburador IRZ, La Cerámica, El Porvenir de Zamora...), fue asimismo promotor de la Sociedad Anónima Colonia Agrícola e Industrial del Duero, que dinamizó la actividad económica en la provincia de Soria, donde promovió la creación del embalse de la Cuerda del Pozo.
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Perseguido, al igual que Alba, por la Dictadura de Primo de Rivera, ya entonces estaba casado en segundas nupcias con Amparo Tubillas. Tampoco descuidó Zorrilla la actividad cultural: amante de la literatura y la música, formó parte de la junta directiva del Ateneo de Valladolid y organizó grandes veladas musicales en la ciudad, sobre todo de la Sinfónica de Madrid, además de promover la creación de la Academia de Música. Otro tanto hizo en la Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, donde ingresó en 1911 y fue consiliario. Fallecido en Segovia el 5 de enero de 1934, cabe señalar, como nota curiosa, que fue uno de los primeros en tener coche en nuestra ciudad, concretamente un vehículo marca 'Minerva' adquirido en agosto de 1908.
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