El edificio con la portada más espléndida de Valladolid

Cintas que caen suave y graciosamente por los muros de fachada, guirnaldas, decoración vegetal, diseño de los guarnecidos de los vanos... Pero, sin duda, lo que destaca de su espectacular fachada modernista es el arco de herradura, que inscrito en un alfiz, está perforado por círculos transformados en óculos.

Ortiz de Urbina explica en la memoria de este edificio que la decoración tenía parte del estilo del Renacimiento y parte moderno. «Los elementos que Antonio podía considerar como renacentistas fueron más bien escasos», apunta Domínguez Burrieza en su libro. «Se debía referir a las balaustradas de cemento y diseños de balcones del piso principal y último y tal vez a la decoración vegetal del remate de los miradores». La gran palmeta que centraba la composición rematando el eje vertical de la fachada en los planos fue sustituida por una composición neobarroca.

Aunque la portada es la verdadera protagonista de la fachada, los balcones de cemento y la decoración floral de largos tallos también merecen atención de este inmueble, propiedad de la nuera de quien fuera vicerrector de la Universidad de Valladolid en el momento de su muerte, en 1908. Catedrático de Instituciones de Derecho romano, Eladio García Amado fue también decano del Ilustre Colegio de Abogados de Valladolid. «Nada le hace sombra» a la portada, resume Domínguez Burrieza, para quien «es lo español por encima de la imagen internacional que ofrece lo belga o lo vienés». «Nada semejante a esta portada volvemos a encontrar en la producción de Ortiz de Urbina», autor también en Valladolid, entre otros, de la casa del capellán del colegio de Nuestra Señora de Lourdes; la casa de Ángela San José, en el número 20 de la calle Santiago; la desaparecida Casa del Barco, entre las calles Gamazo y Muro; o la Casa Luelmo, en Parque Alameda.