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Comercios históricos de Valladolid: Droguería Milán

La droguería vallisoletana que visitó el rey Alfonso XIII

El industrial Damián Milán Alonso abrió a principios del siglo XX en Tordesillas un comercio, que quiso que conociera el monarca durante su visita al municipio en abril de 1920

Sonia Quintana

Valladolid

Lunes, 26 de febrero 2024

Damián Milán Alonso (Tordesillas, 1882) regentaba un taller de elaboración de sillas de paja a principios del siglo XX en Tordesillas. «Los chicos torneaban las maderas de las sillas, taburetes y reclinatorios, mientras las chicas elaboraban el asiento con la espadaña». Involucrado en política desde ... joven -llegó a ser alcalde de Tordesillas en tres ocasiones-, este industrial vallisoletano abrió una droguería en la plaza de la Iglesia, esquina con la calle Santa María. «No sabemos el año exacto de la inauguración del negocio pero sería en torno a los primeros años de 1900», recuerda Ana María Sigüenza Milán, nieta de Damián y actual propietaria del negocio familiar.

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«Mi abuelo mandaba a los niños con sacos al campo a coger amapolas y les daba una moneda, o lo que fuera, y luego en la droguería hacía sus propios tintes«, cuenta la nieta de Damián. »Yo empecé a trabajar aquí con mi madre cuando tenía 14 años«, recuerda Ana María Sigüenza Milán. »En 1984 me casé y Antonio, mi marido, se vino a trabajar con nosotras. En septiembre de 1988 nos quedamos los dos solos con el negocio«, apostilla. El fundador del negocio falleció en 1962 y fue su mujer, Nazaria Ferrín Bastida (Tordesillas, 1908), que ya trabajaba allí junto a su marido, fue quien dio continuidad a la droguería. Casado en segundas nupcias con Nazaria, tras enviudar de su primera mujer, Damián tuvo diez hijos. Fue la novena, Nazaria Milán Ferrín (Tordesillas, 1923), quien dio el relevo a su madre al frente del comercio tordesillano.

Durante su primer mandato como alcalde de Tordesillas -entre diciembre de 1917 y abril de 1922-, Damián Milán hizo de anfitrión del rey Alfonso XIII durante su visita a la villa en abril de 1920, ocasión que aprovechó el industrial para enseñarle al monarca su negocio. «Aquí estuvo Alfonso XIII», relata orgullosa Ana María Sigüenza Milán. Cuando falleció Damián en los años sesenta del siglo XX la tienda cambió su ubicación unos metros más allá, donde permanece desde entonces, en el número 2 de la plaza de la Iglesia.«Yo me he criado detrás de este mostrador. Mi hermana sí recuerda la droguería en el local de la esquina pero yo la he conocido siempre donde estamos ahora», cuenta la nieta de Damián Milán. «Mi hermana estuvo también trabajando con mi madre en la droguería hasta que se casó y se fue a vivir a Madrid», cuenta Ana María Sigüenza.

Casada con Lorenzo Sigüenza Mayordomo, Nazaria Milán Ferrín tuvo tres hijos: María Luisa, Manuel y Ana María. Fue la pequeña la que se quedó al frente del negocio familiar cuando se jubilaron sus padres. «Cuando se murió mi abuela, mi padre dejó el trabajo que tenía y se vino a ayudar a mi madre con el negocio. Y aquí estuvieron los dos hasta su jubilación». Ana María Sigüenza Damián (Tordesillas, 1961) y su marido Antonio Hernández Lorenzo (Torrelobatón, 1960), actuales propietarios del negocio, tienen la misma idea que sus antecesores: mantenerse detrás del mostrador de Milán hasta su jubilación y que su hijo pequeño, Daniel, les de el relevo. «Eso es lo que nos gustaría. Milán sigue siendo un buen negocio. Tenemos clientes de toda la vida, no solo en Tordesillas, también en la comarca; pero el que tiene que querer quedarse es él».

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