La casa desde donde Berruguete dirigió su primera gran obra en Valladolid

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El edificio albergó el taller y la casa del escultor que, aunque estaban bien diferenciados, se comunicaban entre sí. El solar originariamente perteneció a la comunidad benedictina del Monasterio de San Benito el Real quien, en 1524, se lo vendió al carpintero Juan de Salamanca, al licenciado Pablos de Santa Cruz y a Francisco Saldaña. Este último, tres años después, vendió su parte a Alonso Berruguete, quien trasladó a esta esquina su casa-taller. En 1542 y 1543, el artista amplió esta vivienda adquiriendo las dos casas colindantes.

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La que en su día fuera la puerta principal, flanqueada por dos columnas toscanas sobre pedestales, en la fachada de la calle de San Benito, está actualmente cegada. Esta casa-palacio -con su patio, cochera, bodega y caballerizas-perteneció a la familia del escultor hasta 1647, año en el que la adquirió el regidor Francisco Lozano de Yurreamendi; cuya nieta, Ana Catalina Gámiz, la donó por vía testamentaria en 1705 al Colegio de San Ignacio de la Compañía de Jesús.

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Cuando el rey Carlos III ordenó la expulsión de los jesuitas de España, en 1767, bajo la acusación de haber sido los instigadores de los motines populares del año anterior, conocidos con el nombre de Motín de Esquilache, esta propiedad fue incautada, subastada y convertida en cuartel del Regimiento de Milicias de Valladolid, siendo adquirida en 1770 por Real Orden de Carlos III. En 1839 se instaló allí el Cuerpo de Ingenieros del Ejército.