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Vicente Cantalapiedra Ventosa (Ventosa de la Cuesta, 1894) se estableció en Valladolid a principios del siglo XX. «Vino a vivir de niño a la capital», recuerda Juan García Cantalapiedra, nieto del fundador de Calzados Cantalapiedra. Abrió su primer comercio en el número 15 de la calle Libertad (luego Queipo de Llano y hoy Bajada de la Libertad). «En 1922 tenía dos tiendas en Valladolid, una en Medina del Campo y otra en Palencia; llegando a tener hasta ocho establecimientos vinculados a la fabricación artesana de la piel y del calzado», cuenta su nieto Juan. Casado con Bernarda Rojo Prieto (Ventosa de la Cuesta, 1895), el matrimonio tuvo cuatro hijos: María Luisa, Felisa, Josefa y Vicente.
Vicente Cantalapiedra Ventosa murió en 1945 a los 51 años. «Murió muy joven. Una pena porque era un gran empresario», lamenta Juan García Cantalapiedra, quien recuerda cómo su abuelo tenía uno de los dos mejores coches de Valladolid en aquel momento. «Durante la guerra, José Antonio Girón de Velasco -entonces jefe de las milicias falangistas vallisoletanas- le confiscó el coche para su uso personal, aunque luego se lo devolvió», cuenta el nieto del fundador de Calzados Cantalapiedra. «Se quedó mi abuela al frente del negocio con empleados en las tiendas». Queipo de Llano, López Goméz, Mantería, plaza del Ochavo... «Con el tiempo se fueron traspasando algunas y vendiendo otras. El número 1 en los negocios era mi abuelo», recalca Juan.
El único hijo varón, Vicente Cantalapiedra Rojo, fue el encargado de dar continuidad al negocio familiar tras la muerte de su madre en 1953. Vicente estuvo al frente de último establecimiento hasta su fallecimiento en 1987. Felisa (Valladolid, 1922), la segunda de los hermanos Cantalapiedra Rojo, también estuvo un tiempo vinculada al negocio de los zapatos. «Mi madre tuvo una zapatería en el número 10 del Paseo de Zorrilla. Calzados Peques», explica Juan, hijo de Felisa. «Cuando mi abuela murió, mi madre y mis tías ya estaban casadas y ninguna se quedó a trabajar en las zapaterías de mi abuelo. Mi padre era músico aficionado y trabajaba como técnico. Se dedicaba a reparar radios y televisiones por las casas», señala Juan.
Casada con Balbino García Arranz (Valencia, 1921), Felisa y su marido siguieron los pasos empresariales del padre de Felisa y abrieron una empresa vinculada a la música. Fue en 1958 en la calle Héroes del Alcázar: Cantalapiedra Distribuciones Musicales, «promotores del conocimiento y desarrollo del disco de vinilo en todo el norte occidental de España, promocionando a músicos y cantantes españoles de la década de los sesenta», recuerda su hijo Juan. En 1963 trasladaron el almacén al número 8 del Paseo de Zorrilla; fue entonces cuando abrieron también la zapatería. Desde 1982 y hasta hoy, es su hijo Juan García Cantalapiedra quien da continuidad al negocio familiar, trasladado en 1977 al número 9 de la calle Recoletas y especializado hoy en taller y venta de instrumentos musicales. Juan es pianista y técnico de pianos, y enseña su oficio «para que la profesión no se pierda».
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Sara I. Belled y Leticia Aróstegui
Doménico Chiappe | Madrid
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