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Eugenia Esteban Acero con su carreta vendiendo pescado en Valladolid. Foto: Álbum familiar / Vídeo: A. Mingueza

Comercios históricos de Valladolid: Pescadería Eugenia

La pescadería que trajo un delfín a Valladolid

Eugenia Esteban comenzó a vender pescado en la zona de Caño Argales con un carro tirado por una borriquilla en los años veinte del pasado siglo. Hoy Judith Prado Ramírez regenta el centenario negocio de la familia Bayo

Sonia Quintana

Valladolid

Lunes, 9 de octubre 2023, 00:13

La palentina Eugenia Esteban Acero (Villarramiel, 1904) empezó vendiendo pescado en Valladolid con un carro tirado por una borriquilla en la zona de Caño Argales. Era el año 1928. Judith Prado Ramírez, actual propietaria del negocio, recuerda con detalle una anécdota que le oyó contar mil veces a Demetrio Bayo Esteban, hijo de Eugenia, al que ella cariñosamente se sigue refiriendo como su 'jefe'. Ocurrió la mañana del jueves 8 de abril de 1937. Eran las doce del mediodía cuando un Tupolev republicano sobrevoló la ciudad y arrojó cinco bombas. Dos de ellas cayeron en las calles Joaquín Costa (actual Dos de Mayo) y Estación. A Eugenia Esteban el ataque le pilló en la calle, vendiendo pescado. «La sorprendió aquí mismo, en la esquina de Panaderos con Nicolás Salmerón. Justo pasaba por allí. La bomba mató a la borriquilla que tiraba de la carreta y Eugenia recibió metralla y se partió un brazo», recuerda Judith Prado que contaba el hijo mayor de la fundadora del centenario negocio vallisoletano.

Demetrio Bayo Esteban (Valladolid, 1924) no olvidó nunca aquel episodio de su historia familiar porque fue entonces cuando comenzó también su vida laboral. Tenía 13 años cuando empezó a acompañar a su madre a vender pescado por el barrio. Casada con Demetrio Bayo Cruz, el matrimonio tenía tres hijos: Demetrio, Victorina y Santiago. Fue el mayor el que durante años siguió con el negocio del pescado. Al poco tiempo del incidente de la metralla, el Ayuntamiento obligó a los vendedores ambulantes de la zona a montar un puesto fijo en la calle. «Similar a los actuales de la Plaza de España«, apostilla Judith Prado Ramírez. Así llegaron a la calle Panaderos, de donde Pescadería Eugenia no se ha movido desde entonces. Aquel puesto estuvo a la altura del actual número 34.

Arriba, Saúl, hermano de Raquel, la mujer de Demetrio, y Santiago, el hijo pequeño de Eugenia, atendiendo en la pescadería. A la izquierda, Demetrio Bayo y su mujer Raquel Pérez. A la derecha, Judith Prado e Inma López. Álbum familiar, Rodrigo Ucero y Alberto Mingueza
Imagen principal - Arriba, Saúl, hermano de Raquel, la mujer de Demetrio, y Santiago, el hijo pequeño de Eugenia, atendiendo en la pescadería. A la izquierda, Demetrio Bayo y su mujer Raquel Pérez. A la derecha, Judith Prado e Inma López.
Imagen secundaria 1 - Arriba, Saúl, hermano de Raquel, la mujer de Demetrio, y Santiago, el hijo pequeño de Eugenia, atendiendo en la pescadería. A la izquierda, Demetrio Bayo y su mujer Raquel Pérez. A la derecha, Judith Prado e Inma López.
Imagen secundaria 2 - Arriba, Saúl, hermano de Raquel, la mujer de Demetrio, y Santiago, el hijo pequeño de Eugenia, atendiendo en la pescadería. A la izquierda, Demetrio Bayo y su mujer Raquel Pérez. A la derecha, Judith Prado e Inma López.

En 1942 Eugenia se instaló en el local que hace esquina con Pedro de la Gasca. La pescadera, «quien gozaba de unánime estimación entre sus amistades», tal y como recogió en su día El Norte de Castilla, falleció en 1949. El pequeño de sus hijos, Santiago, ya trabajaba entonces también en el negocio familiar. «Se casaron los dos hermanos y como era poco negocio para todos salió la oportunidad de un local en Cruz Verde. Decidieron echar a suertes quién se iba y le tocó a Demetrio», cuenta la actual propietaria de la pescadería. Casado con Raquel Pérez, Demetrio abrió una 'sucursal' en la Plaza de la Cruz Verde y Santiago se quedó en la pescadería de Panaderos. La de Cruz Verde estuvo abierta entre 1949 y 1990 y allí se pudo ver el viernes 21 de febrero de 1969 el único delfín que se recuerde se haya visto en Valladolid. A Demetrio se le ocurrió comprar uno en el mercado, abrirlo en canal y exponerlo delante de su pescadería. «En cuanto los trabajadores del tren salieron de los talleres fueron corriendo a casa a coger a los niños y traerlos a ver al delfín», recordaba Demetrio en El Norte hace diez años.

«En los años setenta tiraron el edificio donde estaba la pescadería y cuando quisieron volver ya no estaba disponible, por lo que tuvieron que coger el local donde estamos ahora, en el número 39. Volvió solo Demetrio. Su hermano Santiago ya no regresó al negocio», recuerda Judith Prado Ramírez (Valladolid, 1973). Durante diez años siguieron conviviendo las dos pescaderías. Demetrio y Raquel tuvieron tres hijos: Santiago, Alfonso y María Eugenia. Fue el mayor el que dio el relevo a su padre en la pescadería. Santiago Bayo Pérez (Valladolid, 1952) estuvo trabajando en el negocio familiar hasta su jubilación. «Santiago se jubiló y entonces yo, que llevaba trabajando con ellos desde 1991, decidí quedarme con el negocio. Y aquí estoy al frente desde 2018», sonríe Judith. «Seguimos teniendo clientes de toda la vida. Mi 'jefe' me contó que Lola Flores compraba aquí el pescado cuando estaba en Valladolid».

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