![Árboles en el paseo del Camino del Cementerio.](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/08/17/paseo-cementerio19-kvLD-U200971357508WQD-1200x840@El%20Norte.jpg)
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Todo municipio tiene su camino del Cementerio. Y Valladolid no es una excepción. Se fue formando a partir de que en 1833 se llevara a cabo el primer enterramiento en el cementerio habilitado en un terreno perteneciente al Convento de Nuestra Señora del Carmen Extramuros. Diez años más tarde se concluyó la construcción de lo que ahora se viene en llamar cementerio histórico o romántico. La puerta de acceso, de porte monumental, es el cuerpo bajo del convento de San Gabriel, que estaba junto a la iglesia de San Agustín, actual Archivo Municipal de Valladolid.
El cementerio de Valladolid es el resultado de una obediencia tardía a lo ordenado en una Real Cédula de 1787 por la que Carlos III mandaba que los municipios que delimitaran lugares alejados de la población para enterramiento de los difuntos.
El Camino del Cementerio, en imágenesVer 20 fotos
El camino del Cementerio contó con la atención del Ayuntamiento desde el principio mediante la plantación de árboles y habilitando caminos que se cuidaban y regaban regularmente. Incluso tuvo «guarda de los paseos del Camino del Cementerio», para el que en 1865 construyó una casilla donde refugiarse de las inclemencias del tiempo.
Todo el camino está arbolado a ambos lados con algunas acacias de gran porte junto al Esgueva, con viejos ejemplares de celtis australis –popularmente llamado almez-, y mediado el camino, con los tradicionales cipreses.
Comienza el camino en el punto en que termina la calle Madre de Dios, e inmediatamente cruza el cauce del Esgueva a través de un puente construido hacia 1890, que es cuando se abrió este tramo o canal por el que se desvió el río que hasta entonces atravesaba (ya soterrado) la ciudad. El puente, al igual que los otros cinco puentes de principios del XX que hay hasta la desembocadura fue pintado entre 1998 y 1999 por el artista Pablo Ransa en el transcurso de las obras de mejora de las orillas del río. Fue un trabajo muy duro, comentó el artista, pues tuvo que trabajar al mismo tiempo que se estaban haciendo las obras y acondicionamiento del arbolado: polvo, ruidos y continuo trasiego demaquinaria.
Como puede suponerse, en un principio, y dado lo alejado del casco urbano del Valladolid del siglo XIX, era un lugar solitario que transitaba entre pequeñas huertas y tierras de labranza.
Ahora, a lo largo de sus rectilíneos 1.350 metros, en ambos lados se han ido consolidando diversos servicios, dotaciones, viviendas y espacios libres: supermercado, talleres de reparación y venta de automóviles, un tanatorio, un centro de Salud aún en construcción, un Centro de Tecnificación Deportiva de Castilla y León (construido en torno a las viejas pistas de la Juventud Onésimo Redondo), residencia de mayores de la Beneficencia (institución impulsada en 1818 por el general Carlos O´Donnell), campus universitario Miguel Delibes, residencia de estudiantes de la UVA Cardenal Mendoza, viviendas del plan parcial los Viveros, viviendas de San Pedro Regalado y barrio Belén, etc.
Destaca por su singularidad el primer edificio de ladrillo construido en la acera de la derecha: se conoce popularmente como «el Picón» y pertenece a la Confederación Hidrológica del Duero. Es un edificio de carácter industrial actualmente desocupado que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) considera que hay que mantener por su interesante construcción y como integrante del paisaje urbano.
El colegio Juan XXIII, erigido en 1969 por las Discípulas de Jesús, se considera un ejemplo de arquitectura contemporánea que el PGOU también dice que debe conservarse, por su tipología arquitectónica, especialmente su capilla.
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De entre lo que el paseante se puede encontrar a lo largo del camino destaca el «Arboreto universitario Miguel Delibes». Frente al tanatorio de El Salvador, en 2017 la Universidad inauguró un jardín botánico siguiendo el hilo literario de Miguel Delibes centrado en los espacios paisajísticos más característicos de la provincia de Valladolid: Tierra de Pinares, Torozos y Tierra de Campos. El término «arboreto» evoca la plantación de especies vegetales que se hizo en el siglo XVIII junto a la Facultad de Medicina (plaza de la Universidad). Se trataba de especies que tenían aplicaciones terapéuticas, para que los estudiantes conocieran y practicaran con sus componentes destinados a la cura y alivio de enfermedades.
Termina el camino en las puertas del Cementerio del Carmen, donde se cruza con el Camino Santos, que viene desde la Campiña del Carmen y que continua casi en paralelo a la carretera de Renedo por la nueva urbanización de Los Santos-Pilarica.
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