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Antiguo mercado del Campillo, construido en 1956. Foto: El Norte; Vídeo: R. Ucero

El cronista | Callejeando por Valladolid

La calle Panaderos y los tres mercados del Campillo

En ella estuvo el último almacén de grano de propiedad pública que aseguraba que hubiera trigo para hacer pan o sembrar en los años de malas cosechas

Jesús Anta

Valladolid

Viernes, 6 de octubre 2023, 00:00

El mercado del Campillo de San Andrés, que estaba situado en la actual plaza de España y que es donde nace la calle Panaderos, fue el primero de los tres modernos mercados de hierro que se construyeron bajo el impulso del alcalde Miguel Íscar: el del Val y el de Portugalete fueron los otros dos. Se inauguró en diciembre de 1880, un mes después de que falleciera Miguel Íscar.

Se estaba quedando obsoleto el mercado, y el Ayuntamiento tenía mejores planes para la plaza de España, así que en 1946 encargó un estudio para cambiarlo de ubicación y diez años después ya estaba concluido un nuevo mercado al inicio de la calle Panaderos haciendo esquina con la calle Vega. Y en 1957 se derribó el viejo mercado decimonónico.

En los años 80 se construyó el actual mercado, que a finales de 1986 entró en servicio, con mejores espacios de venta, un centro cívico, aparcamiento subterráneo y la sede de la Oficina de Información al Consumidor. El mercado, sin duda, es una de las señas de identidad de la calle Panaderos.

Viene el nombre de Panaderos porque en ella se fueron estableciendo algunas tahonas de la villa, y aquí estuvo el último almacén de grano de propiedad pública que aseguraba que hubiera trigo para hacer pan o sembrar, en los años de malas cosechas: el pan no podía faltar bajo ningún concepto.

Es una vieja calle de Valladolid que antes se conoció como calle de Zurradores (artesanos que curtían las pieles en el ramal de la Esgueva que pasaba por la actual plaza del Caño Argales, proveniente de la calle Nicolás Salmerón y que continuaba por Dos de Mayo), y durante unos años del primer tercio del siglo XX se llamó calle de Pí y Margall.

Mercado de verduras en plaza del Caño Argales en 1970. Archivo Municipal de Valladolid

Está muy transformada y ofrece un caserío irregular, poco respetuoso con el tradicional y con desiguales alturas y tipologías. No obstante, aún conserva algunas casas interesantes como las de los portales 12 y 14, construidos en 1896 y 1911, respectivamente. La mayoría del resto de los edificios son de los años 40 y 50 y de aquellos años posteriores en los que la piqueta especuladora hizo de las suyas.

Los vecinos de antaño aún conservan el recuerdo de un cine que hubo a la altura del número 4 y 6 de la calle: el Capitol, cuyo trazado se debe al arquitecto Ramón Pérez Lozana, conocido por ser el que diseñó los cines Lafuente, Roxy y Carrión. En 1977 se cerró tras cuarenta y seis años funcionando, y en su solar se construyó un nuevo edificio.

Fachada del cine Capitol, de 1931. Foto cedida por Daniel Villalobos

Cruza Panaderos con calle del Hostiero, cuyo nombre indica que en ella hubo alguna industria dedicada a la elaboración de hostias para las iglesias y obleas para los barquilleros.

Mediada la calle se erige el Colegio Público Cardenal Mendoza. Un edificio moderno que renovó el viejo colegio construido en la década de 1930. En este solar, precisamente, es donde desde principios del siglo XVIII estuvo la panera alhóndiga o pósito municipal ya citado. Larga es la historia de estos almacenes de origen medieval que fueron fundamentales para evitar las hambrunas cuando el trigo, la cebada u otros cereales escaseaban por las malas cosechas.

Próximo a la calle Cadena aún está abierto un viejo negocio casi centenario: la pescadería Eugenia, fundada en 1928

Próximo a la calle Pedro de la Gasca aún está abierto un viejo negocio casi centenario: la pescadería Eugenia, fundada en 1928. En la acera de enfrente, haciendo esquina con la plaza del Caño Argales hubo otro establecimiento ya desaparecido, pero muy característico de los años de posguerra, en los que el bacalao era casi la estrella de la cocina: Alimentación Heras, que tuvo sus puertas abiertas entre 1934 y 2015. Ambos negocios, junto con el de Calzados Zorita (1958) –en la plaza- están unidos a la historia contemporánea de esta calle.

Merece la pena salirnos un poco de Panaderos para comentar que de Pedro de la Gasca parte la calle Cadena, una de esas calles modestísimas, pero no por eso debe pasar desapercibida. La razón es que acaso una placa debería recordar que en ella vivió Jerónimo de Ayanz, el ingeniero e inventor más importante del Renacimiento español. Durante veinticinco meses el ingeniero y su familia vivió en la calle, en la época que la Corte estuvo en Valladolid. Para resumir, diremos que fue el que diseñó el primer equipo de buzo que se probó con éxito el ante el mismo Felipe III a orillas del Pisuerga, junto al Palacio de la Ribera.

El nombre de la plaza del Caño Argales, que antes se llamó del Dos de Mayo, de Pí y Margal y durante unos años de José Mosquera (presidente de la Diputación entre 1968 y 1976), hasta que en noviembre de 1984, por iniciativa de la Asociación Vecinal de San Andrés, recobró su viejo nombre. La fuente de la plaza puede considerarse como la primera fuente pública que se habilitó en el trazado de la traída de Argales que se acometió a finales del XVI: en aquella acometida se hicieron siete fuentes, incluida la Fuente Dorada.

El lavadero de las Moreras

La traza de la fuente actual es de hacia 1888 y se levantó aprovechando las piedras del caño y lavadero de las Moreras que ese se desmontó. Y en lo que respecta al artístico quiosco de la plaza, no ha sido posible localizar la fecha de instalación, pero a tenor de la decoración, bien podría ser de las décadas 1920-1930.

Durante años en la plaza se instalaban los puestos de venta de frutas y hortalizas, también padeció largos años en los que con frecuencia se encharcaba y se hacía casi imposible transitarla. En 1984 se hizo una profunda reforma instalando zona ajardinada, arreglando el firme, eliminando el tendido eléctrico aéreo y, como decían algunos vecinos, dejó de ser un retrete de perros. Ha conocido la plaza varias reformas sin que acaso hasta la actual, no se haya acertado para que sea eso, una plaza, lugar donde poder pasar el rato, aunque la verdad es que soporta mucho tráfico.

Termina la calle en la de la Estación, y la reciente construcción de un nuevo paso subterráneo para peatones y vehículos bajo las vías del tren, así como el derribo de la vieja tapia a lo largo del trazado ferroviario, han dado a la calle Panaderos una nueva y agradable perspectiva que alcanza al barrio Delicias.

Mas, se debería pensar en instalar en este punto final de Panaderos algún hito que recuerde que aquí estuvo el primer arca en el casco urbano de la traída de Argales del siglo XVI.

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