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La calle General Almirante de Valladolid, al fondo la Iglesia de San Benito. Foto: C. Espeso; Vídeo: R. Ucero
El cronista | Callejando por Valladolid

La calle en la que ni nació ni creció el General Almirante

El Ayuntamiento acordó en 1919 dedicar a José Almirante Torroella, un afamado militar del siglo XIX, una vía a su nombre y colocar una placa en la Comandancia de Obras en la que trabajó al no encontrar su casa natal

Jesús Anta

Valladolid

Viernes, 19 de enero 2024, 00:10

Los compañeros de armas del general José Almirante y Torroella, nacido en Valladolid en 1823 y fallecido en 1894, iniciaron en 1912 una campaña para reivindicar la memoria de tan ilustre personaje. El Ayuntamiento se sumó a la iniciativa y en sesión de 25 de abril de 1913 acordó trasladar sus restos (que estaban en un panteón familiar) al Panteón de Personas Ilustres, dedicarle la calle donde nació y poner una lápida en su casa natal.

Pero como no se localizaron ni una ni otra, en 1919 decidieron que la placa se pusiera en la fachada de la Comandancia, donde residió cuando estuvo destinado en Valladolid, y cambiar el nombre de la calle donde está (que se llamaba calle de la Milicia) por General Almirante. También se decidió erigirle una estatua mediante suscripción popular, pero aquello no llegó a cuajar. Y el 8 de junio del mismo año, los restos del general fueron trasladados al panteón acompañado por numeroso público, por representantes de todos los estamentos vallisoletanos y en medio de honores militares, banda de música y salva de fusilería.

José Almirante es considerado uno de los más importante tratadistas militares del siglo XIX. Autor de un buen puñado de libros y artículos, algunos de cuyos títulos han sido material de estudio no solo en academias militares sino en diversos estamentos de la vida civil.

Retrato del general de división José Almirante y Torroella publicado en El Moro Muza el 26 de junio de 1870. El Norte

Le fueron concedidas importantes distinciones y en 1874 fue elegido por unanimidad miembro de la Real Academia de la Historia. La biografía de este militar la escribió José María de Campos Setién, un general de División que fue presidente del Ateneo de Valladolid y miembro de honor de la Real Academia de la Purísima Concepción.

Y es la fachada de la Comandancia, situada en el edificio número 1 de la calle dedicada al general, la que da inicio a esta vía que parte de San Benito y que desemboca en la plaza de los Arces. El edificio acoge en la actualidad la Comandancias de Obras (COBRAs) número cuatro, de las cinco que hay por todo el territorio nacional, dependiente de la Dirección de Infraestructuras del Ministerio de Defensa. Además, el edificio tiene un importante archivo para el estudio de la historia, el arte y el urbanismo de Castilla y León.

Estamos hablando del edificio que mandó construir el escultor Alonso Berruguete en el siglo XVI. Mas, para conocer mejor la historia del inmueble, nada mejor que remitirnos a Margarita Ausin Íñigo, archivera de la Comandancia de Obras: «La ubicación del solar era la perfecta para construir un magnífico edificio que cubriera las expectativas de reconocimiento social del maestro (Alonso Berruguete), ya que estaba muy cerca de la Plaza Mayor, de las dependencias del Concejo y del Palacio Real. Por otro lado, tenía las dimensiones perfectas para levantar un palacio que hiciera visible la posición social que había adquirido como escribano de la Real Chancillería y como poseedor junto a su mujer de un mayorazgo por facultad real. La nueva casa albergaría, además, su taller de escultura donde realizaría las imágenes del retablo del monasterio y otros encargos, a la vez que serviría como escuela de formación a los nuevos escultores del Renacimiento español (…) La casa a lo largo de los años pasó por diferentes propietarios (…) hasta que en 1705 fue donada al Colegio Jesuita de San Ignacio, quien la tuvo hasta la expulsión de la Orden en 1769. En la subasta de las posesiones de los Jesuitas en Valladolid las casas fueron compradas por el Regimiento de Milicias de la ciudad de Valladolid, permaneciendo aún en manos del ejército donde tiene su sede la Comandancia de Obras».

La calle, que además de Milicias, tuvo otros nombres anteriormente (como buena parte de las calles más antiguas de Valladolid), tiene otra referencia en el edificio número 7. En su portal anota la fecha de 1882, que es cuando se dio la licencia para levantar dos pisos sobre la casa que ya existía y, evidentemente, construir una nueva fachada. Las letras 'GM' que figuran en la rejería de la puerta son las siglas de Gorgonio Martínez R. Casariego, propietario del inmueble. Mas, la casa tuvo como habitantes a una destacada familia: César de Medina Bocos, casado con Ulpiana de Castro Rueda. Medina Bocos era natural de Pedrajas de San Esteban, aunque la casa familiar, para los veranos, la tuvieron (y tienen) en Serrada, fue poeta y gobernador civil en Almería, Vitoria y Murcia.

Acceso a la calle General Almirante. Carlos Espeso

César y Ulpiana tuvieron trece hijos, de los que varios también se han movido en el mundo de las artes, pues el matrimonio creó un clima propicio para ello: no solo el padre era poeta sino que a la madre se la describe como persona de gran sensibilidad y cultura. De los hijos, Ernesto transitó por la poesía y Fuensanta se dedicó a pintar. Pero fueron Elvira y José Luis los que alcanzaron proyección nacional: en pintura Elvira y José Luis en la escultura.

Placa dedicada a Antonio de Medina y Castro, teniente fallecido en el desastre de Annual. J. A.

Otro hermano, Antonio, teniente de Artillería, alcanzó fama, triste fama, por ser considerado uno de los héroes del desastre de Annual de 1921, en el que murió, junto con todos sus soldados, el 24 de julio (otras informaciones hablan del 22 o el 23).

Y este episodio es el que conmemora la placa que el Ayuntamiento colocó en la fachada del edificio el 12 de octubre de 1923, haciéndolo coincidir con lo que por aquellas épocas se conocía como Día de la Raza, que desde 1987 es oficialmente la fiesta nacional de España. 

Frente a la casa se abre la corta calle que desemboca en el mercado del Val, de Fray Antonio Alcalde: nacido en Cigales en 1701, fue obispo de Mérida y de Guadalajara (México). Falleció en 1792.

Termina General Almirante en la plaza de los Arces.

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