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Servicio de Hemodinámica del Campo Grande Recoletas de Valladolid. Alberto Mingueza

Más de cien mil castellanos y leoneses se han hecho un seguro médico privado en diez años

El sector, con datos a la baja entre 2011 y 2015, ha remontado especialmente con la crisis asistencial y la pandemia y con grandes inversiones

Ana Santiago

Valladolid

Martes, 21 de febrero 2023, 00:01

El despegue tras la pandemia es especialmente llamativo; pero la sanidad privada lleva remontando sus datos –tras años de caída, lenta pero constatable– desde el año 2015 con un crecimiento continuo que parece fundamentalmente ligado a la crisis de la pública por falta de ... profesionales y a las dificultades de accesibilidad que ello ha provocado desde hace más de un decenio. No obstante, el impulso al sector privado también llega de la mano de grandes inversiones en aparataje y servicios y especialmente en los hospitales.

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Desde el año 2002, fecha en la que Castilla y León sumaba 243.076 asegurados hasta el cerrado 2022, con 455.298 personas con seguro asistencial (un 20% de la población), son 212.222 los castellanos y leoneses que han suscrito una póliza privada de salud. Desde hace diez años, 2012, lo han hecho 104.068. Son datos del sector empresarial que también muestran que, tras la citada constante caída desde 2011 (391.776 asegurados); 2012 (351.230); 2013 (349.776) y 2014 (3476.646), el aseguramiento en salud cae cada año hasta que tal tendencia se frena en 2015 y comienza no solo a aumentar sino a recuperar terreno con creces. Primero en una progresión más lenta –con un incremento anual entre el 3% y el 4%– y más llamativa con la pandemia con ya 433.618 pólizas en 2021; pero el cerrado 2022 lejos de estabilizar números suma todavía más, crece por encima del 7% el número de asegurados en toda España, y de alrededor del 5% en la comunidad, según datos de la Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras (ICEA) y del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Ahora, se disparan nuevamente en plena crisis del sistema sanitario y con movilizaciones de médicos en la sanidad pública pero, también, en la privada. A partir del 23 de enero, los facultativos privados (más de 50.000 ejercen como autónomos en clínicas o consultas propias, o prestando servicios para centros y hospitales en toda España) protagonizarán protestas por las bajas tarifas que les pagan las aseguradoras. En Castilla y León aún no hay anuncios de movilizaciones en este sentido;pero las quejas también están vivas. Critican que les abonan unos 8 ó 9 euros por una primera consulta de un médico general y en torno a los 15, si es un especialista.

En Castilla y León, hay 15.689 médicos colegiados, incluidos los jubilados, y el 89,9% trabaja en pública y privada. En la mayoría de las autonomías esto es lo más habitual, el que sean en realidad los mismos facultativos;pero en la Comunidad de Madrid, Navarra, Andalucía y Cataluña el peso de la privada en exclusiva es mayor, de entorno al 20%. La privada ha despegado, por lo tanto, de forma importante; pero no solo por el deterioro de la pública, aunque le haya favorecido. El sector privado era, hasta principios del presente siglo, algo bastante más residual, especialmente centrado en la cita con el especialista en su pequeña consulta y con unos hospitales –salvo Madrid o Barcelona– con muchas limitaciones técnicas, de aparataje y de recursos asistenciales. Los centros asistenciales privados de hace dos decenios de Castilla yLeón no tenían UCI, como mucho alguna pequeña dotación de reanimación postquirúrgica, ni radioterapia o capacidad para delicadas técnicas quirúrgicas, o simplemente carecía de resonancias magnéticas o TAC.

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En estos años, la revolución ha sido enorme hasta lograr incluso competir con la pública en tecnologías o en la creación de unidades específicas y, desde luego, contar con unidades de críticos y similares, además de ampliar servicios y especializar unidades. Un salto cualitativo que, sin duda, también ha contribuido a ganar peso y a aumentar en asegurados.

La privada cuenta en general con los mismos especialistas de la pública y sus fuertes son el poder elegir médico concreto –aunque esto comienza a perderse a cambio de seleccionar clínica u hospital concreto–; también lo es la confortabilidad de no compartir habitación y disfruta de unos tiempos de demora muy competitivos; aunque también comienza a registrar agendas cerradas durante meses si se quiere un profesional muy concreto.

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La pública no tiene parangón en cuanto a recursos y a la superespecialización y prácticas de técnicas y cirugías pioneras, de gran valor «aunque algunas ya están en ambos sistemas), en sus urgencias, cobertura o respuesta a accidentes de tráfico... y muchas otras ofertas. De hecho, lo más habitual para un asegurado de la privada es tener también la cobertura de Sacyl. Es más, en las encuestas del Ministerio de Sanidad, la valoración de la pública siempre sale mejor parada que la de la privada. Hay preferencia por la primera. Y especialmente en AtenciónPrimaria donde el papel de la pública parece insustituible –también porque es imprescindible en cuanto a los trámites de bajas por enfermedad–. Obviamente, a la par que crecen los asegurados lo hace el volumen de primas de forma que los 267 millones de euros de 2016 ya fueron 325 en 2021, según recoge el informe 'Sanidad privada, aportando valor. Análisis de situación 2022' del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS).

Junto a la suscripción de la póliza está el pago directo de cada consulta o prueba que, en realidad, supone el 76% de las cuentas de un sector que representa en la comunidad el 24% del gasto total en sanidad. Además, el gasto en seguros privados per cápita fue de 137 euros al año, 20 menos que en España, mientras que el 2,7% del gasto sanitario de Castilla y León se dedicó a contratar con centros privados, un porcentaje cuatro puntos inferior a la media de las comunidades autónomas. Y crecen también contrataciones de seguros de salud realizadas on line, un 2,97% el último año.

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La privada atiende un importante porcentaje de la actividad asistencial y el sector defiende en este sentido su valor para frenar listas de espera y evitar una total saturación de la pública. Unas 30.000 ingresos, (el 11%); más de 395.500 estancias; de 684.400 consultas (14%); 231.284 urgencias (18%) y 45,127 cirugías (18%), según datos de IDIS.

Según el Estudio sobre las contrataciones de seguros de salud de la consultora Doctor I, el mayor porcentaje de asegurados lo tiene entre 36 y 45 años, con un 23,50% del total y, salvo los solicitados para bebés, es poco habitual en menores de edad. También es más frecuente que lo suscriban mujeres que hombres.

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Críticas de la FADSP a la «privatización» de la asistencia

El aumento de las pólizas y el volumen de conciertos son interpretados habitualmente por los partidos de izquierda como un un dato de privatización. La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) ha emitido varios informes a este respecto y señala recurrentemente «el aumento de la privatización de la asistencia hasta escalar Castilla yLeón cuatro puestos en el mapa nacional». Un dato llamativo porque en el primer año de la pandemia, comparado con el último informe anterior de 2014, había bajado en siete posiciones. No obstante, no es de la autonomías con mayor dependencia de la privada, figura en un término medio, según el VIII trabajo de esta plataforma.

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