El deterioro sanitario ya pasa factura con una caída en la satisfacción del paciente

Y es que el deterioro de la sanidad en todo el país, por falta de recursos fundamentalmente de profesionales, pasa ya factura. El usuario detecta problemas de accesibilidad y percibe un empeoramiento, aunque aún no de forma drástica. La puntuación cae incluso por debajo de los valores que trajo la crisis económica –durante la pandemia no se realizó encuesta– y suma peor valoración también que en la segunda recesión de 2018, año en el que cayó en toda España. Los mejores resultados autonómicos se registraron en 2011, con 7,06 puntos y en 2017, con 7,07. En 2019, último año prepandémico, la nota fue de 6,95. Un recorrido en el que siempre ha estado por encima de la media nacional. El primer registro, en 2003, obtuvo el más bajo dato con un 6,38 en más de un decenio hasta este nuevo barómetro sanitario.

Un repaso por niveles asistenciales muestra como Atención Primaria, pese a la crisis que arrastra por falta de efectivos, aún logra mejor puntuación, un 6,52, frente al 6,17 de Especializada. La mejor nota la sacan las urgencias extrahospitalarias, con un 7,62. Pese a todo, el usuario de la pública optaría, así lo haría el 75,4%, por la provisión de Sacyl frente a la privada cuando de médico de Familia o pediatra se trata. El 81% de los pacientes de los centros de salud califica de buena o muy buena la asistencia recibida en los mismos. Es la novena comunidad con mayor puntuación. Y el 83% sí sintió libertad de plantear dudas y preocupaciones a su facultativo de cabecera frente al 81% nacional. En cuanto a la demora media para lograr una cita con el especialista de Primaria, es de casi seis días (5,63); aun así lejos de los ocho de media nacional. En 2008, el 38% lo lograba dentro de la misma jornada –ahora lo hace el 32%– y la puntuación de la Primaria llegaba al sobresaliente (92% de calificación muy positiva). Castilla y León, sin embargo, se sitúa ligeramente por debajo del resto del país, en la confianza y seguridad que transmiten médicos y enfermeros y en el tiempo dedicado por ambos.

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En cuanto a la asistencia en los hospitales, se iguala al resto del país con un 6,17 de puntuación. Y aunque en este nivel baja la satisfacción comparada con el de los centros de salud; aún así el 63% lo prefiere a recurrir a la privada y para el 80% la atención del especialista hospitalario ha sido buena o muy buena –dos puntos por debajo de España– y es el tiempo dedicado a cada paciente, la confianza y seguridad que transmiten y la información recibida lo que sitúa a los facultativos castellanos y leoneses por debajo de la media del territorio nacional. Y un notable conceden los usuario de Sacyl que han sido ingresados, por lo que no es de extrañar que el 84% (frente al 75% nacional) prefiera para ello el complejo asistencial público. En esto la comunidad se sitúa en tercer lugar, tras Cantabria y Galicia. La atención, por lo tanto, se evalúa como buena o muy buena en casi el 95% de los casos.

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Y es la atención de emergencias, la demandada desde el 112, la que mejor valorada es, con un 7,6 de nota mientras que las urgencias hospitalarias obtienen un 6,38 y un 6,56 las de la atención continuada. Y ocho de cada diez personas prefiere recurrir a los centros públicos cuando tiene un problema grave o serio que requiere inmediatez. Y el tiempo de espera hasta ser atendido es mejor que el nacional. En Castilla y León el 32% permaneció en Urgencias menos de una hora desde que llegó, un dato que desciende al 28% en el resto. Y ocho de cada diez considera que le respondió muy bien el sistema y los profesionales.

Y las listas de espera son los que los habitantes de esta comunidad consideran que han empeorado especialmente, casi la mitad así lo cree.