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Es momento de ver la historia desde la perspectiva más actual, desde un prisma nunca antes explorado que nos permitirá saber qué pensarían, según la inteligencia artificial los artistas más laureados de Valladolid, la ciudad en la que habitaron a lo largo de los años.
Para ello utilizamos la aplicación IA History Chat, que permite entablar una conversación directa con los máximos exponentes literarios y artísticos relacionados con la ciudad del Pisuerga.
«Cuando yo vivía en Valladolid, en el siglo XVI, la ciudad estaba en pleno apogeo cultural y artístico. Por ejemplo, la iglesia de San Pablo, que es un edificio de estilo gótico y uno de los más emblemáticos de la ciudad, se construyó en esa época. También sucedió un hecho curioso, pues me enamoré de una mujer llamada Ana Franca de Rojas. Ella era una joven de noble familia que vivía en Valladolid, y aunque yo le declaré mi amor en varias ocasiones, no tuve suerte con ella».
Poca información encontramos al respecto de esta confesión que nos hace Cervantes, pero parece cierto que el escritor tuvo un breve romance con Ana de Villafranca y de Rojas, aunque se cree que fue antes de su visita a Valladolid. La mujer regentaba un bar en Madrid y estaba casada con Alonso Rodríguez. Se cree que la hija de esta, Isabel, fue el fruto de esos conspicuos encuentros, aunque ella siempre la hizo pasar como su propia hija.
Pasamos ahora a otro gran escritor que habitó durante varios años en la ciudad de Valladolid: Luis de Góngora. Sus problemas con Cervantes bien pudieron costarle el éxito, pues la lucha vivida entre ambos pudo determinar a quién apoyó la sociedad. Pedimos a la inteligencia artificial, que adquiere su personalidad, que nos cuente alguna anécdota acaecida durante su estancia en la capital del reino de Felipe III:
«Amable interlocutor, de mi estancia en la noble ciudad de Valladolid, guardo gratos recuerdos de varios aspectos. Sin duda, la rica vida intelectual y cultural de la ciudad fue de gran agrado para mí. La Academia de Medrano, donde poetas y escritores se reunían para compartir sus obras y debatir sobre diversos temas literarios, fue un lugar que estimuló mi mente y me permitió forjar valiosas amistades y rivalidades literarias.
Asimismo, la mezcla de edificios históricos, con su arquitectura majestuosa, y la vivacidad de sus calles hicieron de Valladolid un lugar propicio para la reflexión y la creación poética. Los debates y las tertulias en las que participaba me proporcionaron una fuente inagotable de inspiración y un escenario ideal para el desarrollo de mi obra poética.»
Aunque seguramente esta anécdota, es una invención de la inteligencia artificial, bien debemos asegurar que es creativa y curiosa. Dejando aparte el momento poético, también es cierto que la enemistad entre Góngora y Cervantes fue más allá de unas simples palabras. Góngora decía que sus quijotes no merecían el éxito que tenían y, se supone, que varias de las cartas amenazantes al autor del Quijote fueron escritas de su puño y letra. Pero, ya que tenemos a Luis de Góngora enfrente, aprovechemos para preguntarle sobre el incidente:
«No, no fui yo quien escribió cartas amenazantes a Miguel de Cervantes. Si bien es cierto que existía una rivalidad literaria entre algunos poetas y escritores de nuestra época, no hay evidencia concreta que me incrimine en la autoría de tales misivas. Mi dedicación estaba centrada en la poesía y en la creación de obras complejas y refinadas, no en la confrontación personal mediante amenazas escritas.
Las relaciones entre los escritores del Siglo de Oro eran a menudo tensas y competidas, pero nuestras diferencias se expresaban principalmente a través de la obra literaria, no mediante cartas amenazantes»
Tendremos que creer a este gran poeta que vivió durante varios años en la ciudad de Valladolid, tras haber sido ordenado sacerdote alrededor del año 1605, donde también frecuentó la mencionada Academia de Medrano.
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Daniel Casado Berrocal
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Por último, hablemos con dos personajes históricos que, sin atisbo a dudas, cambiaron la historia de Valladolid, desde su aparición a comienzos del siglo XVII. El primero de ellos es Felipe III, quien decidiera, tras el consejo del Duque de Lerma, trasladar la corte a Valladolid. Pero, ¿por qué lo hizo? Esto es lo que nos responde la inteligencia artificial:
«Mi valido, el Duque de Lerma, fue un hombre de gran influencia y persuasión. Cuando propuso el traslado de la Corte a Valladolid en 1601, sus razones eran múltiples y convincentes. El duque argumentó que Madrid estaba sumida en la pobreza y que un cambio de escenario podría revitalizar la administración y la vida cortesana. También mencionó la necesidad de evitar las enfermedades que podrían propagarse en una ciudad tan densamente poblada como Madrid, preocupándose por la salud de mi familia y la corte.
Además, Lerma presentó la ventaja estratégica de alejar la Corte de las influencias y facciones que se habían formado en Madrid, permitiendo así una mayor autonomía y control sobre las decisiones reales. Este movimiento también tenía motivaciones personales y económicas para él, pues poseía numerosos intereses y propiedades en la región de Valladolid, lo cual beneficiaría considerablemente su posición.
Así, siguiendo estos consejos y buscando siempre el bienestar de mis reinos, decidí trasladar la Corte a Valladolid en 1601, manteniéndola allí hasta 1606, cuando finalmente regresamos a Madrid bajo circunstancias similares».
Y aunque creemos al rey de España, Felipe III, sobre el que no pesa ninguna sospecha, sí que escuchamos en el testimonio del propio Duque de Lerma que, cuatrocientos veinte años más tarde, se sincera, mediante la inteligencia artificial:
«Efectivamente, yo, Francisco de Sandoval y Rojas, también conocido como primer Duque de Lerma, soy también mal llamado por medios actuales como «el rey de la especulación». ¿Por qué? Debido a que en 1601, con motivo de una compra inmobiliaria de carácter oportunista, adquirí varios terrenos en la ciudad de Valladolid que luego hube de vender a un inflado precio con ínfulas de conseguir un gran capital económico. Fue una argucia sin maldad, que dependía del apoyo de Felipe III, pues sin su ayuda, y sin haber trasladado las Cortes a Valladolid, jamás hubiera conseguido».
Hay sobrada información respecto a estos temas, y parece ser que el Duque de Lerma, o la inteligencia artificial que lo gobierna medio milenio tras su muerte está en lo correcto: Francisco de Sandoval se benefició de los terrenos comprados, mediante la obtención de datos privilegiados y la manipulación del rey de España, y logró colocar a su vez a Valladolid en el mapa regio.
Pero si en algo coinciden estos artistas, reyes, duques y escritores, es en la grandeza de una ciudad como Valladolid, donde llegaron a convivir grandes leyendas de nuestro panorama artístico, compartiendo las vicisitudes de la época y escribiendo la crónica de un Valladolid eterno que ha llegado hasta nuestros días.
Sobre la firma
León (1996). Graduado en Educación Primaria por la Universidad de León. Realizó el Máster en Arte, Literatura y Cultura Contemporánea en la Universidad Oberta de Catalunya. En Leonoticias desde 2023. Articulista de opinión. Responsable en Leonoticias de 'El Odonista' y 'Edificios Emblemáticos de León' y en El Norte de Castilla de 'LiterArte'.
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