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Las cartas del genio Miguel Ángel al escultor palentino Alonso de Berruguete

Literarte

Las cartas del genio Miguel Ángel al escultor palentino Alonso de Berruguete

El artista originario de Palencia, que compartió taller en Florencia con el genio renacentista, recibió la ayuda de éste cuando quería ver una obra de arte y su preocupación cuando se encontraba recuperándose de una enfermedad

Domingo, 23 de junio 2024, 08:24

Volvemos de nuevo sobre la figura de Alonso de Berruguete, del que ya hemos conocido varios detalles en anteriores entregas de LiterArte. En esta ocasión, para rememorar la curiosa relación entre el gran pintor y escultor Miguel Ángel Buonarotti y el artista afincado en Valladolid.

Berruguete se mudó a Italia a una pronta edad para conocer los secretos que ocultaba el manierismo en Roma y Florencia, dos de las capitales del arte. Luego volvería a Valladolid, donde fundaría su casa taller, aún en pie en la ciudad. En la capital del país transalpino conoce a Miguel Ángel, que siente predilección por este nuevo conocido, del que otros investigadores, como Giorgio Vasari, ya han dado a conocer su similar opinión.

Capilla Sixtina, por Miguel Ángel. World History Encyclopedia

El primer vestigio de esta buena relación entre ambos surge al leer las investigaciones de García, (2000), que expone que Miguel Ángel escribiría un par de cartas a su hermano Buonarotti para que autorizase, en el mismísimo Palacio Vecchio de Florencia, la contemplación de una de sus obras al joven español, que deseaba conocer su técnica para aplicarla a sus propios trabajos. Así decía la carta:

Miguel Ángel Buonarotti.

«El portador de ésta será un joven español que viene a Italia a aprender a pintar y que me ha rogado que le permita ver mi cartón que he comenzado en la Sala. Así pues, es necesario que tú hagas que a todo evento le entreguen la llave y si tú puedes servirle en algo, hazlo por amor mío, porque es un buen muchacho ...»

Una talla de Alonso Berruguete, en el Museo Nacional de Escultura. R. G.

Era 1508 y, en una segunda carta, Miguel Ángel seguía preocupado pues sabía que Berruguete no había conseguido entrar en el Palacio Vecchio de Florencia. Empero, el joven Miguel Ángel solicitó de nuevo el permiso, ante la alta estima que este artista universal le tenía a nuestro Berruguete:

«Quedo enterado de que el español no ha conseguido la gracia de entrar en la Sala; lo tengo en estima, mas ruégale de mi parte cuando le veas que obre del mismo modo con los demás todavía y recomiéndame a él».

Ya por último, según recoge esta investigadora en su artículo sobre Berruguete, es en una tercera carta cuando Miguel Ángel, cuatro años después, se interesa por la salud del que ya está considerado como su buen amigo, Berruguete, que se encuentra en Florencia recuperándose de una enfermedad.

Claramente, además de existir una clara amistad entre los artistas, Berruguete se deja influenciar por Miguel Ángel o Leonardo Da Vinci, veinte años mayor que este último, copiando, o basándose en algunas obras de estos maestros universales para algunas de sus esculturas y tallas.

La primera de estas representaciones pictóricas y escultóricas, según García, son las sombras y luces de los modelos desnudos de 'La Batalla de Cascina', pintada por Miguel Ángel, los que aportan a Berruguete el conocimiento necesario sobre las técnicas para trasladar este arte manierista al renacimiento tardío español, que introducirá él mismo en la península. Pero, ¿dónde encontraríamos semblanzas de esta citada obra de arte en las del artista vallisoletano?

'La batalla de Cascina'. Miguel Ángel

Sería luego Vasari, el gran biógrafo italiano y artista, el que aduciría la existencia de similitudes entre el lienzo de Miguel Ángel y la obra denominada 'Serpiente de Bronce', de Alonso Berruguete, expuesta en la Catedral de Toledo. Esta construcción circular con varias mujeres y hombres postrados ante la serpiente, acerca al relieve clásico, cubriendo también sus cabezas con turbantes y otros cabellos mojados y de carácter expresivo. (García, 2000)

Gracias a la copia de este Cartón de Miguel Ángel, hubo artistas de la talla de Sansovino o Bandinelli que aprendieron de él y llegaron a ser grandes maestros.

'La serpiente de bronce', de Alonso Berruguete. García

Otra de las posturas que Berruguete tomó prestada del nuevo renacimiento clásico de la escultura fue el famoso ecce homo de Olmedo, que cuyas piernas cruzadas nos recuerdan a los modelos conocidos en Italia, sobre todo los expuestos en la Galería de los Ufficci, y que expresan, según García, la aflicción de Cristo. Según Winckelman, las piernas cruzadas simbolizaban el duelo, al ver por ejemplo el cuadro que representa el Filostrato en el que los guerreros con las piernas cruzadas estaban colocados alrededor del cuerpo de Antíloco, hijo de Néstor. Y en esa actitud también señala Antíloco a Aquiles la muerte de Patroclo en el bajorelieve del Palacio Mattei.

El ecce homo de Olmedo se puede encontrar en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Algunos estudios aseguran que el Cristo con las piernas cruzadas pudiera significar un intento de juventud vivaz, haciendo también alusión al dios Mercurio que se expone en la galería mencionada.

Ecce Homo de Olmedo.

Una nueva teoría que manejaron expertos como José María Azcárate, es que la sensual Eva de la sillería de Toledo se nos ofrece como un eco de la 'Leda y el cisne' pintada por Miguel Ángel. De nuevo, la 'Adoración de los Reyes Magos' de Berruguete también parece inspirada en obras como las de Leonardo.

Pero no es de extrañar que esto suceda en la historia del Arte, pues el Renacimiento italiano, sobre todo el Alto Renacimiento sirvió de inspiración para toda Europa, quien observó cómo desde Italia se promulgaban las doctrinas que habrían de cambiar el mundo.

Berruguete llegó a Valladolid años después convertido en un gran maestro de la talla y de la escultura fundando, como ya dijimos, su propio taller,en la casa que luego ocupó el Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Sus creaciones se extendieron por todo el continente, aunque centralizadas en España, donde hay vestigios de su prolífica tendencia creativa y su incitación al manierismo florentino.

Placa instalada en el inmueble que fue casa taller de Berruguete en Valladolid. A. Q.

Esta metodología, puntera en cualquier rincón del país, conseguía hacernos entender la razón de esas figuras inquietantes, desde el 'San Jerónimo', irreal en su dolor, a la suave figura del 'San Sebastián (José María Azcárate, conferencia, 1961). Incluso la 'Tumba del Cardenal Tavera', que presenta ese dolor físico, pero dominado por la grácil belleza de la escultura.

Tumba del Cardenal Tavera José Riello

Tanto es así, que hasta él mismo calificó el retablo de San Benito, hoy expuesto en el Museo Nacional de Escultura, como su mejor creación hasta la fecha. Una verdadera obra maestra. Pero, ¿qué ocurrió con el taller de Berruguete? ¿Se conserva algún tipo de información o artículo que explore su trayectoria? Y, sobre todo, ¿conocen la tumba del Cardenal Tavera y sus secretos y su simbología?

Sobre la firma

León (1996). Graduado en Educación Primaria por la Universidad de León. Realizó el Máster en Arte, Literatura y Cultura Contemporánea en la Universidad Oberta de Catalunya. En Leonoticias desde 2023. Articulista de opinión. Responsable en Leonoticias de 'El Odonista' y 'Edificios Emblemáticos de León' y en El Norte de Castilla de 'LiterArte'.

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