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J. sanz
Valladolid
Domingo, 2 de agosto 2020, 09:06
El sonido de los cláxones y los juramentos (muchos irreproducibles) se han convertido en las últimas semanas en la banda sonora del paseo de Isabel la Católica. Justo desde la apertura del carril bici que une los puentes Mayor y de Isabel la Católica, ... a costa de reducir a una sola calzada la circulación de vehículos hacia el Paseo de Zorrilla, donde los atascos son prácticamente perpetuos a cualquier hora, especialmente por la mañana. Una pesadilla que atrapa a diario desde hace un par de semanas a decenas de conductores, que se enfrentan al reto de recorrer los 1,4 kilómetros que separan la salida desde la plaza de San Nicolás (Puente Mayor) del cruce con el Paseo de Zorrilla. Diez minutos, en el mejor de los casos, tarda en realizarse este recorrido con un sinfín de paradas, incluidas siete forzosas ante otros tantos semáforos en rojo (en algunos por partido doble e, incluso, triple), entre una cola de vehículos que se complica por momentos en cada salida de los cruces con las vías colindantes.
La prueba, por partida doble, tuvo lugar en dos horas distintas en la mañana del miércoles, un día laborable, cabe recordar, de finales del mes de julio. El primer trayecto, siempre idéntico (entre la plaza de San Bartolomé y el Paseo de Zorrilla), costó diez minutos exactos para recorrer esos 1.400 metros por un solo carril (el izquierdo), con seis paradas ante semáforos en rojo, y con una cola que prácticamente unía los dos puentes. Esto ocurrió entre las 11:55 y las 12:05 horas. Durante el trayecto apenas pasaron tres ciclistas por el carril bici bidireccional que conecta la red del entorno de la avenida de Salamanca (incluido el nuevo carril también para ciclistas que ha eliminado un carril de entrada a la ciudad por la avenida de Gijón) con el centro urbano y la VA-10.
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El segundo trayecto, ya en plena hora punta, se realizó a las 13:31 horas. Y concluyó once minutos después (13:42). Las mismas colas de vehículos, con siete paradas esta vez ante semáforos en rojo, que en la ocasión anterior y los mismos problemas en el tramo entre los dos puentes –a partir del de Isabel la Católica, ya en San Ildefonso, se mantiene el doble carril para vehículos–, sobre todo, en las distintas intersecciones. Los coches, ya en el mismo puente de Poniente, tienen problemas para incorporarse a la hilera de vehículos; al igual que ocurre en las salidas de la plaza del mismo nombre o de la calle Encarnación, donde algunos coches (en las dos ocasiones) llegaron a quedarse cruzados ocupando el carril contrario. En esta ocasión fueron seis los usuarios del nuevo carril bici.
Más sobre los atascos
«Es una vergüenza», coincidieron en señalar muchos conductores antes de culpar abiertamente al «alcalde» por la situación y preguntarse por una alternativa. La alternativa, en el caso de Isabel la Católica, pasa directamente por evitar pasar por allí y realizar rutas alternativas por la avenida de Salamanca y los puentes colindantes, incluido el de Isabel la Católica (desde allí se puede girar sin demasiados problemas hacia Zorrilla), sin tocar a ser posible el puente de Poniente. En este último paso, que ya perdió uno de sus tres carriles para habilitar un carril bici hace tres años, se ha incorporado ahora (hace tres semanas) un carril exclusivo (el central) para autobuses y taxis como vía de entrada a la denominada VA-10, un circuito circular por el casco histórico a través del eje entre Poniente y Fuente Dorada y las calles López Gómez y Miguel Íscar (plaza de España incluida), en el que el carril exclusivo para el transporte público ocupa siempre la parte derecha de la calzada y por la izquierda deben convivir vehículos particulares y ciclistas en ciclovías con la velocidad limitada a 30 kilómetros por hora. Una velocidad que, en teoría, también está marcada en el carril destinado a autobuses y taxistas.
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Una quimera, de entrada, el cumplimiento de la velocidad (también en el carril exclusivo para el transporte público) siempre, claro, que los atascos puntuales –mucho menores, eso sí, que los de Isabel la Católica– en el carril izquierdo, que se suceden prácticamente en cada intersección, permitan comprobar cómo los vehículos adelantan a más de treinta por la derecha. La ruta para comprobar la movilidad por la nueva VA-10 tuvo lugar en la misma mañana, de nuevo en dos ocasiones. En este caso sí hubo diferencias notables entre el recorrido de ida y vuelta al puente de Poniente de las 9:20 y el de las 11:34. En el primer trayecto, que duró 14 minutos, el único atasco reseñable se produjo en el corredor entre Poniente y la Bajada de la Libertad, por la que forzosamente deben circular los vehículos particulares, ya que el paso por Cánovas del Castillo y luego por Fray Luis de León está reservado para autobuses y taxis, residentes con vado autorizado y, en este caso, también ciclistas. En este punto son innumerables las infracciones cometidas por conductores que se cuelan por un carril bus vacío para evitar la fila ante el cruce de la Bajada de la Libertad. También se produjeron problemas en la incorporación desde Duque de la Victoria a la plaza del Ochavo y la calle Vicente Moliner, con coches atascados que cortaban el carril exclusivo.
La segunda ruta, ya al mediodía, fue más lenta, de 19 minutos para realizar el mismo recorrido. Esta vez, al margen de los mismos problemas en el corredor de Poniente y Fuente Dorada, con las quejas de algunos ciclistas que se veían obligados a sortear los coches parados por la ciclovía (no pueden circular por el carril bus), sí hubo más complicaciones tanto en López Gómez como, sobre todo, entre la plaza de España y una calle Miguel Íscar, con un único carril para los vehículos particulares (el central), atestada hasta el inicio de la plaza de Zorrilla.
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La alternativa a este casos (por horas) pasa evidentemente por evitar directamente atravesar el centro por su espina dorsal e intentar hacerlo bien por el entorno de la plaza de Colón (General Ruiz o Ferrocarril) bien por San Quirce.
La situación es la que es y, a tenor de lo defendido por el propio alcalde, la VA-10 ha venido para quedarse e, incluso, se ampliará.
El presidente de Fecosva recuerda que «el comercio está en un momento crítico», apunta que los atascos generados por la VA-10 «están restando clientes al centro» y considera que «es el peor momento para dificultar la movilidad». El portavoz de la patronal cree que deberían «haberse buscado alternativas previamente».
La presidenta de la Federación de Vecinos Antonio Machado aplaude la puesta en marcha de la VA-10 y considera que «pacificar el tráfico y fomentar la convivencia con ciclistas y peatones es bueno para la ciudad y, aunque ahora puede haber atascos, creo que solo hay que acostumbrarse».
La portavoz de la asociación ciclista La Curva defiende que las medida adoptadas «son el camino correcto» y apunta que «siempre es positivo avanzar hacia una movilidad más sostenible». Carmen Duce matiza que estas medidas, no obstante,, «deben ser diálogadas y modificables en función de los resultados obtenidos».
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