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El pleno de constitución de la Diputación de Valladolid ha culminado con un desenlace nada propicio para abonados a reventar finales, a los 'spoilers'. Conrado Íscar Rodríguez fue elegido presidente de la institución provincial vallisoletana en primera votación, con el apoyo de los ... 13 diputados del PP y de las dos de Ciudadanos. La votación cerró el relevo de Jesús Julio Carnero en la institución vallisoletana.
La corporación provincial encargada de velar por facilitar iniciativas y asesoramiento a los pueblos de menos de 20.000 habitantes está integrada por trece diputados provinciales del PP, diez de un PSOE lastrado por los malos resultados en Medina de Campo y Tordesillas, dos de Ciudadanos, y dos más que pertenecen a Vox y Toma la Palabra (IU). Suman 27 representantes.
La portavoz de Cs, Gema Gómez, ha confirmado minutos antes de tomar posesión del cargo que la formación naranja iba a sumar sus votos a los del PP y que abrirán ahora un espacio de trabajo para cerrar un acuerdo programático de gobierno, con participación expresa en el equipo de Conrado Íscar a través de una de las vicepresidencias de las Diputación Provincial.
Los diez diputados del PSOE emitieron papeletas en blanco y completaron el escrutinio Virginia Hernández, de Valladolid Toma la Palabra, y Mario de Fuentes Francos, de Vox, que se votaron a sí mismos.
A la negociación de los populares por recabar el apoyo explícito o mediante la abstención de Cs y/o de Vox para alcanzar la mayoría necesaria para presidir esta institución, se ha sobrepuesto la pugna interna en el PP sobre quién debía presidir la Diputación Provincial, con el envío desde la sede central de Génova de emisarios para trasladar a Jesús Julio Carnero que no era el candidato de Pablo Casado y que debía retirarse. Carnero ha peleado hasta el último minuto. Su renuncia definitiva a optar a la reelección cuajó en la tarde-noche de ayer, tras una larga reunión con Alfonso Fernández Mañueco, presidente del PP de Castilla y León, y el secretario autonómico, Francisco Vázquez.
El también presidente del PP de Valladolid había asegurado que limitaría su etapa al frente de la Diputación de Valladolid a dos mandatos, criterio que varió tras la lacerante confección de listas electorales, sobre todo la autonómica y la del Ayuntamiento de Valladolid, en las que entró, salió, cambió de posición y fue repescado en el tiempo de descuento para la municipal por Pilar del Olmo y después de que Alfonso Fernández Mañueco, presidente del PP de Castilla y León y candidato a la Junta, le nombrara oficialmente aspirante a la reelección en la institución provincial durante un mitin del partido en abril.
Luego llegó el veto de Cs en la negociación del pacto autonómico a que siguieran en diputaciones y ayuntamientos dirigentes populares que llevaran ocho años en el cargo, perfil en el que encaja Carnero, y las maniobras internas para situar al frente de la Diputación no ya a los dos dirigentes incluidos en listas municipales que podrían haber sustituido al presidente vallisoletano (Borja García, contrincante de Carnero en las primarias y concejal como él en Valladolid, y Pablo Trillo-Figueroa, exdelegado de la Junta y edil cunero en Castromembibre), sino a Alberto Plaza, alcalde de Simancas. Este último, abulense y amigo personal de Pablo Casado, es yerno del exeurodiputado del PP Agustín Díaz de Mera y se quedó sin opciones al impulsar Carnero, contra criterio de la dirección nacional del PP, una lista de doce diputados provinciales integradas por alcaldes y concejales afines políticamente a su persona.
Jesús Julio Carnero relevó a Ramiro Ruiz Medrano como presidente de la Diputación de Valladolid en junio de 2011, en un acto al que asistieron cuatro consejeros de la Junta de Castilla y León, la presidenta de las Cortes y el grupo de concejales del Ayuntamiento de Valladolid prácticamente al completo, con el entonces alcalde, Javier León de la Riva, a la cabeza. Llegaba a la Diputación tras años de gestión en la Junta como secretario general de la Consejería de Fomento, departamento que aglutino Medio Ambiente.
Carnero disfrutó la primera legislatura en el Palacio de Pimentel de la libertad de acción que permite disponer de mayoría absoluta y en su segundo mandato, en 2015, reeditó presidencia gracias al apoyo de Cs. La gestión ordinaria de estos últimos cuatro años se ha desarrollado sin mayores contratiempos políticos en la institución provincial. Algo que no se ha dado en el devenir del Partido Popular de Valladolid, cuya presidencia también heredó Carnero de Ruiz Medrano, en una etapa marcada por los posicionamientos y resultados de las primarias autonómica, provinciales y nacionales.
De los 27 escaños de la Diputación de Valladolid, 10 están ocupados por mujeres, el 37%. El PP es el grupo provincial con menor presencia femenina, con tres representantes en una bancada de trece, lo que supone un 23%.
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