Valladolid

Comienza el asfaltado de la Autovía del Duero tres meses después de señalizar los baches

El objetivo es acabar con los baches y las mordidas del pavimento, que habían obligado incluso a rebajar la velocidad en la A-11. Hace tres meses, a finales de marzo y en el entorno de la Semana Santa, el Gobierno colocó unos indicadores que alertaban a los conductores de la presencia de baches en la carretera y obligaba a circular, como máximo, a 80 kilómetros por hora, cuando lo habitual en este tramo de la autovía es de 100. Este límite de velocidad se aplicó para reforzar la seguridad en una carretera que encadenaba un bache detrás de otro.

Para solventarlo, los operarios han señalizado este miércoles un tramo de casi tres kilómetros (entre los puntos 343,6 y 346 de la Autovía del Duero), desde que la vía se desdobla hasta el punto en el que la carretera pasa por encima del río (una vez superado el primer enlace a Tudela de Duero). A partir de ahí, y de forma escalonada, se trabajará en dirección hacia Valladolid, hasta llegar a la rotonda de La Cistérniga y la conexión con la ronda exterior (VA-30).

Este tramo vallisoletano de la Autovía del Duero cumple ahora 22 años. El 19 de abril de 2002 se abrían al tráfico los 8,9 kilómetros desdoblados desde el polígono de La Mora hasta Tudela de Duero. Tres meses después, el 29 de junio de 2002, se inauguraba la variante de La Cistérniga, incluido el falso túnel de 340 metros. Cada día, 19.955 vehículos transitan por la A-11 (de ellos, el 13,2% son vehículos pesados).

Hace justo un mes, el 4 de junio de 2024, el Ministerio de Transportes anunciaba una inversión de 3,82 millones de euros (IVA incluido) para solventar los problemas del firme registrados en 220 kilómetros de carreteras de la provincia. Además de estos tramos de la Autovía del Duero y de la N-122, también se trabaja en la N-610 (entre Villalón y la localidad leonesa de Valderas) y la A-6 (en varios puntos que en total suman 129 kilómetros, de Adanero a Medina, a la altura de Tordesillas y de Urueña a Benavente).

Esta «reconstrucción superficial del pavimento» supone «el fresado del pavimento que presenta deterioro y agotamiento». A continuación, se repone el firme deteriorado con mezclas bituminosas en caliente. Y finalmente se procede al repintado de las marcas viales horizontales y a la limpieza y terminación de las obras», indican desde el Gobierno.

A estas labores de reconstrucción del firme se unen otros trabajos de conservación adjudicados este miércoles por el Ministerio de Transportes. La cartera que pilota el exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha anunciado una inversión de 18 millones de euros (durante los próximos tres años) para ejecutar «diversas operaciones de conservación y explotación en carreteras del Estado en la provincia de Valladolid».

Entre otras acciones, se consigna el mantenimiento y conservación de 183,1 kilómetros de carreteras (de ellos, 157 en autovías), con especial atención a distintos tramos de la A-6 (como el que discurre entre Medina del Campo y Tordesillas) y sus vías de servicio, así como la instalación de malla conejera y despeje de taludes a lo largo de la Autovía del Noroeste. Los pliegos para adjudicar estos trabajos incluyen unos criterios por los que las empresas que opten a ejecutar las obras deberán presentar un cálculo de la huella de carbono que generarán durante los trabajos y se comprometen a presentar un plan de descarbonización para compensar las emisiones.