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Demoler Arco de Ladrillo supondrá el caos circulatorio. Y para evitar ese caos solo hay una solución: que Labradores esté abierto y que se arregle el viaducto de Daniel del Olmo (Paseo de Zorrilla-Argales-Delicias) para que sus dos carriles por sentido sean operativos ... para vehículos pesados. Con esta premisa, el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, no se cierra a licitar el futuro paso subterráneo de Arco de Ladrillo y la demolición del viaducto, pero prácticamente lo condiciona a que se le ofrezca una solución al problema de movilidad que crearía una obra que tiene un plazo de ejecución de en torno a dos años (22 meses).
La respuesta del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, a través del secretario de Estado, José Antonio Santano, es la misma que le ofrecieron al Ayuntamiento en el Consejo de Administración de la sociedad VAV: «Lo que vamos a hacer es el estudio del tráfico porque es el que te dice cuál es el impacto que puede tener y qué medidas se pueden tomar. Todas las medidas tienen un impacto en el tráfico. En el consejo de este miércoles [el alcalde] habló de ese paso de Daniel del Olmo y lo que dijimos es que lo primero es el estudio de tráfico, con un análisis compartido con el Ayuntamiento y transparente, y según eso vamos a hablar», explicaba a El Norte.
«Hemos dicho que no nos íbamos a oponer a ninguna licitación ni actividad que pretendiera la integración en tanto en cuanto no fuera incompatible con acometer en un futuro el soterramiento», decía hoy Jesús Julio Carnero, y ponía como ejemplo Padre Claret, una obra que considera ejemplo de la respuesta inadecuada a la presencia de las vías del tren. Así que la respuesta es una puerta abierta a licitar los pasos de la integración -hay cuatro con el proyecto ya hecho, tres en Ariza y el de Arco de Ladrillo-, pero al mismo tiempo condicionada. «No nos vamos a oponer a la licitación. Estamos jugando un partido que se llama sociedad Alta Velocidad, de la que formamos parte, y queremos modificar el convenio. Y todo lo que no suponga un punto de retorno será estudiado y asumido por el Ayuntamiento, o no asumido, caso por caso».
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Ante la amenaza que suponían las palabras del concejal de Urbanismo, Ignacio Zarandona, el miércoles, sobre la posibilidad de no licitar más pasos de la integración ferroviaria, el secretario de Estado ha pedido «reflexión para no perjudicar a Valladolid y cumplir con los objetivos de la sociedad, que se basa en la lealtad entre instituciones». Recuerda José Antonio Santano que la sociedad, hasta la fecha, ha cumplido «los objetivos de la sociedad, que se crearon con otros colores políticos en el Ministerio y en la Junta», por lo que considera «sorprendente» que se pueda decir que se van a bloquear las licitaciones y el cumplimiento social de una entidad creada por tres instituciones.
«Lo mollar es dar una solución a la situación circulatoria, y a partir de ahí hablamos», advertía Carnero. «El Ministerio puede encargar los estudios que quiera, pero cualquiera de los aquí presentes sabe perfectamente lo que supone el Arco de Ladrillo como vía de entrada a la ciudad», añadía.
Así las cosas, ¿habrá demolición o no? Pues de las palabras de Jesús Julio Carnero se desprende que sí, pero quizá no en el plazo que tiene prevista la sociedad Valladolid Alta Velocidad. En septiembre se reunirán técnicos municipales y de Adif para ver qué objeciones hay al proyecto y qué se puede hacer para subsanar las deficiencias que observan desde el Ayuntamiento. Después habría que incorporar esas modificaciones, si las hay, y licitar las obras. Y los trabajos podrían comenzar en el primer trimestre de 2025. Cabe recordar que la primera tarea que recoge el proyecto es el desmontaje y derribo del actual viaducto.
El Ayuntamiento, empero, quiere que primero se arregle el paso elevado de Daniel del Olmo. Esto tiene una complicación añadida. Si se arregla tal cual está, por encima de las vías, la competencia es del Ayuntamiento, que es quien debe encargarse del proyecto de reparación, encargar las obras y ejecutarlas. Sirve como ejemplo de máxima urgencia lo que se ha hecho con Arco de Ladrillo. Se ha encargado a Imesapi, con un plazo de ejecución de once meses y teniendo en cuenta que la reparación se centra en los elementos de protección y no en el tablero. El estado del viaducto de Daniel del Olmo necesitaría una intervención profunda, según las conclusiones del último estudio sobre su estado actual, por lo que resulta complicado creer que el plazo para su arreglo fuera menor a esos once meses que precisa Arco de Ladrillo.
Si lo que se pretende, como anticipó Jesús Julio Carnero meses atrás en una reunión del Consejo de Administración, es incorporar un nuevo paso subterráneo en Daniel del Olmo, sería Adif la encargada de crear el proyecto. De nuevo tomamos como ejemplo Arco de Ladrillo. Fueron 15 meses desde que se firmó el contrato hasta que se entregó la documentación. Y a eso hay que sumarle, de nuevo, licitación y plazo de ejecución. Es decir, crear un nuevo paso en Daniel del Olmo supondría irse más allá de este mandato con toda seguridad y posponer la demolición de Arco de Ladrillo hasta entonces.
Santano asegura que el Ministerio de Transportes está abierto «al diálogo y a la mano tendida» para cumplir «los objetivos de la sociedad VAV». Y eso parece desestimar la pretensión de intercalar otra obra y aplazar las que ya están casi en marcha. «Queremos seguir nuestra hoja de ruta, sobre el proyecto de Arco de Ladrillo vamos a ver sus dificultades técnicas con el Ayuntamiento y el estudio de tráfico y veremos qué medidas se pueden y deben tomar. Nos parece que hay un clamor en Valladolid con esta obra, todas las opiniones que recibo van en esta dirección», asegura el secretario de Estado.
Advierte, además, ante la advertencia del Ayuntamiento de la posibilidad real de bloquear licitaciones «incompatibles con un futuro soterramiento», de que «el bloqueo lleva a la ciudad a la parálisis». Y se refiere solo a Valladolid. Porque mientras las vías del tren no se muevan de su sitio, y eso parece garantizado si no hay integración ni soterramiento, Adif tendrá su estación de pasajeros y su estación intermodal y cumplirá con todos sus objetivos particulares. «Por eso no concebimos que una institución pueda plantearlo en esos términos cuando estamos juntos en una sociedad creada con un objeto social que tenemos que cumplir», añade.
El Ayuntamiento insiste en que no pedirá la disolución de la ciudad y no bloqueará los proyectos «compatibles» con el soterramiento. «El Ayuntamiento no renuncia a modificar el convenio de 2017. ¿Que en este momento no parece que sea factible? Ya vendrán momentos buenos», aseguraba Carnero en referencia a una eventual salida de Óscar Puente y del Gobierno de Pedro Sánchez y a la llegada de Alberto Núñez Feijóo a La Moncloa. El líder del PP se comprometió hace poco más de un año a soterrar las vías en Valladolid si llegaba al Gobierno. El convenio actual de integración, sin embargo, lo firmó Íñigo de la Serna, ministro de Fomento con el PP de Mariano Rajoy, en 2017, junto al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, también del PP, y el entonces alcalde Óscar Puente (PSOE).
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