Cambio de color: llega el 'azul Tuero'

A la altura de 1995, la situación de AUVASA no era la más óptima: además de ser un servicio deficitario, los viajeros habían disminuido desde los 22,4 millones de 1988 a los 20,9 de ese año. Las elecciones municipales del mes de mayo otorgaron la victoria por mayoría absoluta al Partido Popular liderado por Javier León de la Riva, que se mantendrá al frente del Consistorio hasta 2015. El nuevo equipo de gobierno nombró a Manuel Tuero Secades, concejal delegado de Personal, Transporte y Seguridad Ciudadana, presidente del Consejo de Administración de AUVASA.

Aunque en un primer momento se especuló con la posible privatización del servicio, el propio León de la Riva aclaró que seguiría con la misma estructura, aunque con cambios sustanciales. Los primeros afectaron al gerente: a Felipe Álvarez Diego le sucedió, en noviembre de 1995, Edilberto García Yagüe, y a éste, en febrero de 1996, Jesús Pelayo de la Higuera, que, sin embargo, sería cesado a los seis meses por Tuero, sustituyéndole, el 23 de octubre de 1996, Jaime Ordás Salvador, que sería relevado en 2001 por Fernando de la Cruz del Pozo.

Otro aspecto más polémico afectó a la representación de trabajadores y vecinos en el Consejo de Administración, pues en octubre de 1995, el nuevo equipo de gobierno decidió eliminarla y dejar solo a representantes políticos, en concreto a cuatro concejales del PP, dos del PSOE y uno de IU. El resto de los consejeros pasó a formar parte de un Comité Consultivo.

Hito relevante

Un hito relevante fue el acuerdo alcanzado en mayo de 1996 con CCOO y USO –no así con UGT– por el que el nuevo equipo de gobierno se comprometía a firmar un Convenio Colectivo que era presentado como un plan de futuro para AUVASA. En él, además de asegurar la gestión pública del servicio municipal de autobuses, se aprobaba un programa cuatrienal de inversiones, de más de 2.000 millones de pesetas, para modernizar el servicio. Estas medidas serán la implantación de nuevas tecnologías como el programa informático de seguimiento y localización de autobuses, que tendrá su gran hito en 1997 con la implantación del sistema GPS, los monitores en el interior de los vehículos para informar sobre el trayecto y las paradas, y otros monitores en las propias paradas para aportar información útil al usuario.

También se establecerán nuevas máquinas expendedoras de billetes y canceladores, con posibilidad de transbordos (el sistema «transfer», iniciado en 1997), la racionalización del trazado de las líneas con amplia participación vecinal a través de encuestas y alegaciones, se incidirá en la preocupación medioambiental que había dado lugar a la utilización de autobuses a gas (GLP) y nuevos carburantes potenciados con aceite de girasol, llegndo incluso a presentar un vehículo híbrido, y se renovará la flota con nuevos vehículos –por ejemplo, entre 1997 y 1999 se adquirirán 70- tintados ahora de blanco y azul. Se comenzó a hablar así del «azul Tuero», en referencia al concejal y presidente del Consejo de Administración.

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