![El Arzobispado de Valladolid amplía la investigación sobre el capellán de las Angustias acusado de abusos](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202002/03/media/cortadas/NF0CEDE1-kdjH-U100380597589zG-624x385@El%20Norte.jpg)
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El cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal, informó la semana pasada al Vaticano del inicio de una «investigación canónica» (emprendida por la diócesis vallisoletana) que, de forma paralela al proceso judicial, analizará «toda la vida religiosa» del capellán ... de las Angustias (Ó. F. L., de 40 años), acusado de enviar un vídeo pornogáfico y mensajes de 'whatsapp' a una adolescente de 14 años, hija de una indigente de origen rumano que ejercía la mendicidad a las puertas del templo y a quien, presuntamente y de acuerdo con las primeras investigaciones, intentó acallar con dinero para que no hiciera público el caso.
Blázquez informó la semana pasada, en persona y durante una visita a Roma, tanto del suceso como del comienzo de la investigación canónica (que no solo analizará este caso concreto, sino que rastreará toda la vida religiosa del acusado, desde su ingreso en el seminario). Lo hizo ante los integrantes de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el órgano colegiado de la Santa Sede que (con orígenes en un órgano creado en 1542 por el papa Pablo III) se «ocupa de los delitos contra la fe, así como de los delitos más graves cometidos contra la moral y en la celebración de los sacramentos». Entre otras competencias, aquí se incluye la vigilancia de los casos de abuso sexual. El papa Francisco nombró a Ricardo Blázquez miembro de esta congregación en abril de 2015 y el arzobispo de Valladolid decidió informar en persona –durante la última reunión, celebrada la semana pasada– del inicio de esa investigación canónica, que ya lleva en curso tres semanas.
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e. esteban y j. d. fuente
El Arzobispado de Valladolid tuvo conocimiento el pasado domingo 12 de enero –después de una denuncia de la madre en la comisaría de Delicias– de los hechos por los que ahora se juzga al capellán de las Angustias. Ese mismo día, el cardenal Blázquez apartó al sacerdote –en principio de forma temporal y hasta que se resuelva la instrucción del caso– del ejercicio público del ministerio sacerdotal. Esta es una medida que todavía hoy sigue en vigor.
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Al día siguiente, lunes 13 de enero, se fijó el inicio de la investigación canónica a partir de la firma de dos decretos. En el primero se hacían efectivas las medidas cautelares que ya un día antes se establecieron «de viva voz». El cura acusado era retirado de sus cargos y oficios y suspendido de todas las funciones para el ejercicio público sacerdotal. Desde entonces, permanece bajo la tutela de la diócesis. Hasta que no se haya resuelto judicialmente el caso, sigue dado de alta en la Seguridad Social y cobra el salario mínimo.
De forma paralela, Blázquez designó ese mismo día 13 (lo que, según el obispo auxiliar, Luis Argüello, es muestra de «rapidez y contundencia» en la respuesta) a dos personas para que lleven a cabo una exhaustiva investigación sobre «toda la vida del presbítero», desde su ingreso en el seminario hasta su posterior labor dentro de la Iglesia católica. Para ello, se han establecido las figuras de un investigador (encargado de recabar datos y tomar testimonios)y un notario, que dará fe de la veracidad del proceso.
Esa labor está en estos momentos en marcha y en ese expediente se incluirán también los hechos ocurridos hace diez años, cuando este mismo sacerdote –destinado en Zaratán– fue denunciado por un padre que interceptó las comunicaciones vejatorias que el cura, entonces treintañero, dirigía a su hija de 14 años por la red social Tuenti. La justicia archivó esa primera denuncia, pero ya entonces –y aunque no hubo condena civil– el Arzobispado fijó una sanción para el sacerdote acusado y lo retiró del ministerio durante dos años. Durante ese tiempo, estuvo acompañado de un «custodio» que supervisó su comportamiento y actividad.
Ahora, el Arzobispado avanza en una investigación canónica que irá paralela y está supeditada a la instrucción judicial. Blázquez informó en el Vaticano del suceso y del inicio del proceso interno, pero el protocolo establece que no se enviará ningún documento ni resolución del expediente hasta que no se haya pronunciado la Justicia civil (el juez tomará mañana declaración a la madre de la menor). Cuando se produzca esa sentencia se adjuntará a la investigación canónica y, en función de ambos informes, se pronuciará la Congregación para la Doctrina de la Fe, que puede tomar medidas directamente o bien decidir que sea el Arzobispado de Valladolid el que intervenga con la sanción que estime oportuna. Las penas pueden ir desde la suspensión temporal del sacerdocio hasta la expulsión definitiva.
El titular del Juzgado de Instrucción 1 continuará mañana con la investigación del caso escuchando a la madre de la menor de 14 años, una mujer de origen rumano que ejercía la mendicidad a las puertas del tempo. Fue su teléfono, que la hija utilizaba, el que registró vía Wathsapp la grabación de contenido sexual protagonizada por el sacerdote Ó. F. L, de 40 años. La declaración está programada para el mediodía y el instructor también ha acordado la exploración de la menor, por parte de los equipos psicosociales y forenses, para comprobar si ha sido víctima de malos tratos o abusos. El capellán de la Cofradía de las Angustias, que se acogió a su derecho a no declarar ante el juez horas después de su detención, permanece en libertad, prácticamente confinado en su domicilio desde entonces y se le han impuesto medidas cautelares de alejamiento, prohibición de comunicación con la víctima y obligación de comparecer una vez al mes en sede judicial. Se encuentra investigado por un delito contra la libertad e indemnidad sexual de una menor de 16 años del artículo 183 del Código Penal. Ó. F. L., al parecer, trató de comprar con dinero el silencio de la madre a cambio de que no hiciera público este escabroso caso, el segundo de esta índole en el que está implicado el religioso.
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