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El sacerdote investigado por supuesta pederastia, Ó. F. L., de 40 años, permanece desde el pasado fin de semana prácticamente confinado en su domicilio de Valladolid bajo la tutela de la Diócesis y apartado por completo de las funciones que ha venido desempeñando como ... rector capellán de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias hasta que saltó el escándalo de su detención, tal y como confirmó ayer el obispo auxiliar, Luis Arguello, quien destacó, a propósito del espinoso asunto de la reincidencia del excura de Zaratán, la «rapidez y contundencia» con la que ha actuado la Archidiócesis. El investigado ya fue denunciado hace diez años por un padre que interceptó las comunicaciones vejatorias que el cura treintañero dirigía a su hija de 14 años por Tuenti.
A pesar de que esta primera denuncia no prosperó en la vía penal y se archivaron las diligencias porque el juez instructor entendió que, aunque la conducta del sacerdote resultara inapropiada, no había ilícito penal, la autoridad diocesana aplicó una sanción que a diez años vista se valora de «grave y proporcional al daño causado», pues le apartó del ministerio y le impuso el acompañamiento de otro sacerdote (un 'custodio' en argot eclesiástico) durante dos años y después le relegó a destinos lo suficientemente alejados de la grey para tratar de «aplacar sus impulsos» y progresivamente, regresar a la actividad. En el actual caso que se investiga, desde el Arzobispado se reconoce que esta conducta del cura reicidente «parece que sí es más grave».
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El Juzgado de Instrucción 1 de Valladolid, en funciones de guardia, acordó el pasado domingo la detención de Ó. F. L., de 40 años, que había sido denunciado pocas horas antes por una mujer, que había acudido a la Comisaría de Delicias al detectar que el sacerdote había enviado por Wathsapp al teléfono que compartía con su hija, menor de 14 años, un vídeo de contenido sexual.
El magistrado José María Crespo decidió, tras la detención del sacerdote, que se acogó a su derecho a no declarar, y de acuerdo con el criterio de la Fiscalía, la puesta en libertad del detenido, que desde entonces está sometido a las medidas cautelares de alejamiento de la menor, prohibición de comunicación con ella y la obligación de comparecer una vez al mes en el juzgado.
El juez espera a conocer los resultados del análisis del contenido del teléfono propiedad de la madre de la niña, en estos momentos en manos de los técnicos de la Policía Nacional, antes de decidir la práctica de nuevas pruebas. Las diligencias continuarán en los próximos días con la exploración de la menor.
El capellán de la vetusta cofradía vallisoletana está siendo investigado como presunto autor de un delito contra la libertad e indemnidad sexual de menor de 16 años que recoge el artículo 183 ter del Código Penal. Este artículo establece que quien contacte con un menor a través de Internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología de la información y la comunicación para concertar un encuentro y cometer un acto delictivo sexual, o bien para embaucarle de que le facilite material pornográfico de un menor, se enfrenta a penas que oscilan desde multas que van de doce a veinticuatro meses, hasta prisión de seis meses a tres años.
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