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Héroes. Lo son desde los hospitales, los supermercados, las farmacias y también desde las comisarías, aunque no se reconozcan en esa piel. Sin capa ni antifaz. Sí con bata y uniforme. De carne y hueso para batallar, desde la primera línea de fuego, contra la pandemia del coronavirus. Esta es la historia de un homenaje de mutua admiración. De un aplauso colectivo para recargar sus baterías después de intensas jornadas de trabajo por y para los ciudadanos. Unos, para salvar sus vidas. Otros, para evitar que pongan en riesgo la suya.
El sábado 14 de marzo, apenas unas horas después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciara el decreto del estado de alarma para frenar la curva de la pandemia, por redes sociales y grupos de WhatsApp corrió como la pólvora un mensaje: «Homenaje a todos los sanitarios. A las diez horas de la noche saldremos todos a nuestras ventanas, terrazas y balcones y aplaudiremos. Por favor, pásalo», rezaba la misiva. Era una primera toma de contacto. Nadie sabía qué ocurriría y si los ciudadanos responderían. Pero a las diez, puntuales, un atronador aplauso dilapidó al silencio de las calles al que el Covid-19 había condenado. Desde entonces, esa cita es el hilo del que pende la esperanza de los ciudadanos. Nadie quiere perdérsela, ni tan siquiera los más pequeños:al día siguiente se decidió adelantar el homenaje dos horas antes, a las ocho, para que éstos pudieran participar.
Valladolid, como el resto del país, se asoma cada tarde a la ventana para homenajear, entre aplausos y ovaciones, al personal sanitario que cada día lucha por evitar la propagación del coronavirus. Pero ellos, los héroes anónimos que cada día patrullan los pueblos y la ciudad y mantienen la guardia para velar por la seguridad ciudadana y sancionar a aquellos que se salten el aislamiento domiciliario sin justificación de fuerza mayor, tampoco querían quedarse atrás.
Coronavirus en Valladolid
Víctor Vela
Todo comenzó el domingo 22 de marzo con un intercambio de mensajes entre los jefes de sala de los Bomberos de la capital y de las Policías Local y Nacional. La iniciativa proponía acudir a la zona de urgencias del Hospital Clínico para evidenciar su admiración por los sanitarios que allí trabajan. Dicho y hecho. La dotaciones estaban disponibles dada la reducida actividad del momento y, a las ocho, puntuales, encendieron al unísono las luces y sirenas de sus vehículos como reconocimiento a la labor que realizan a diario. Fue un aplauso de mutua admiración. Los agentes aclamaron a médicos y enfermeros, pero éstos les devolvieron el aplauso.
A la tarde siguiente, la del lunes, misma escena, aunque con escenario diferente: el Hospital Río Hortega. Aquella vez, además, se sumaron varios agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) de la Guardia Civil.
Así, un día tras otro. Una escrupulosa rutina q seguirán siempre y cuando haya personal y en ese instante no ocurra ningún incidenteue, según fuentes de los cuerpos, o acontecimientos a los que tengan que acudir.
Querían cumplir con todos los centros. «Que nadie se sintiera desatendido». Por ello, conforme avanzaron los días, repitieron la misma dinámica –vehículos en fila, sirenas sonando al mismo compás y luces de los vehículos encendidas durante poco más de cinco minutos–. El martes fue el turno del Hospital Recoletas Campo Grande, mientras que el jueves hicieron lo propio con el Felipe II. ¿Y el miércoles? Alteraron esta 'rutina' y acudieron hasta el centro comercial Vallsur para homenajear «a todas las personas que continúan trabajando en supermercados y tiendas para que no nos falten los productos de alimentación». También hubo tiempo para rendir homenaje, otra tarde, a los profesionales y residentes de la Casa de la Beneficiencia. Otro día aparcaron sus vehículos en el corazón de la capital, frente al Ayuntamiento, para exhibir su admiración por el trabajo de los servicios sociales.
Consejos y recomendaciones
Carmen Barreiro
No se «cansan de dar las gracias». No dejarán de hacerlo, siempre y cuando las circunstancias se lo permitan, pues tanto Bomberos como Guardia Civil y Policías Nacional y Local aseguran que estas iniciativas están supeditadas a la disponibilidad de medios y personal. No obstante, explican que los equipos que acuden a estas iniciativas «van preparados por su hubiera que intervenir en la zona, para acortar tiempos de respuesta». A todo ello, además, cabe añadir el apoyo que estos profesionales muestran cada día en redes sociales a los sanitarios.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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