Adif presentará el proyecto definitivo de Arco de Ladrillo el 8 de junio

Según ha podido saber El Norte, la sociedad Valladolid Alta Velocidad había recibido un escrito de Adif en el que se pedía prorrogar por un mes el plazo porque cabía la posibilidad de que unos últimos trámites de carácter burocrático se alargaran más. Comprobado que no era así, la propia administradora de infraestructuras ferroviarias rectificó este mismo viernes y anuló la petición. El 8 de junio habrá proyecto definitivo. Después tendrá que aprobarse en el consejo de administración, donde Adif y Renfe tienen el 50% de los votos, Ayuntamiento y Junta el otro 50% y el secretario de Estado del Ministerio, José Antonio Santano, cuenta con voto de calidad. Esa aprobación se dará a finales del mes de junio.

A partir de ahí podrán licitarse las obras. Contando con que por medio está el mes de agosto y que se trata de una licitación de obra compleja, el proceso puede irse a noviembre-diciembre. El siguiente paso sería empezar el tajo.

Y el primer punto del orden de trabajo es la demolición del actual viaducto en Arco de Ladrillo.

Así las cosas, si este calendario se cumple, las obras de demolición interrumpirán las obras de emergencia para consolidar la infraestructura, que han comenzado hoy.

Jesús Julio Carnero, alcalde de Valladolid, argumentaba este viernes a mediodía que la decisión de intervenir «de emergencia» en el viaducto de Arco de Ladrillo antepone la seguridad de los vecinos a cualquier otra circunstancia. Y le restaba importancia al hecho de que esta inversión de dos millones de euros en su mantenimiento pueda llegar a coincidir con el inicio de su demolición. «No tienen ni proyecto y nos piden que vayamos al consejo de administración para darles tres meses más», se quejaba Jesús Julio Carnero antes de saber que esa prórroga no se llevará a término y que el proyecto definitivo ya está listo para su entrega.

En el caso de que Adif cumpla con la entrega, el concejal de Movilidad, Alberto Gutiérrez Alberca, explica que eso es independiente de la obra de emergencia. Hay que tener en cuenta que en las primeras tres semanas de obras se van a realizar catas que determinarán el estado real del paso elevado. Coincidirá en el tiempo con la celebración del consejo de administración de la sociedad Valladolid Alta Velocidad. «Cuando el proyecto definitivo vaya al consejo lo plantearán, y en ese momento, dentro del ámbito del consejo de administración, se tomarán las determinaciones que sean», explica Gutiérrez Alberca. Es decir, que el Ayuntamiento estaría abierto a la posibilidad de consensuar la actuación a seguir, pero solo entonces, con el proyecto sobre la mesa y con los demás socios, Adif, Renfe, Junta y el propio Ministerio de Movilidad.

Recuerda Gutiérrez Alberca que en el último consejo de administración se explicó que «si hay que cortar Arco de Ladrillo debería estar prevista alguna solución para Daniel del Olmo». Y es que hay un informe del Servicio de Movilidad que incide en que no hay alternativas suficientes, hoy, para absorber todo el tráfico que cada día pasa por Arco de Ladrillo, dado el cierre de Labradores y las restricciones de Daniel del Olmo.

Jesús Julio Carnero dirigió una carta al secretario de Estado en la que le advertía de la necesidad de realizar una intervención en Arco de Ladrillo «que no puede posponerse»

Por otro lado, por primera vez al alcalde de Valladolid admitía que la demolición del viaducto no admite pasos atrás. Lo que no es óbice para que defienda que la reparación era absolutamente imprescindible. «¿Nos cruzamos de brazos tres meses esperando al proyecto? ¿Puede Valladolid permitirse el lujo en este momento de demoler el Arco de Ladrillo? No se lo puede permitir», insistía en relación a los problemas de tráfico que puede suponer su cierre total. «Arco de Ladrillo hay que demolerlo, pero en su momento. Cuando llegue ese momento, procederemos a la demolición de Arco de Ladrillo para permitir la operación ferroviaria que queremos todos los vallisoletanos», señaló. En este punto, cabe pensar que se refería al soterramiento, que defiende, y no a la integración ferroviaria, que es la que sigue adelante mientras no se revoque el actual convenio rubricado por Ayuntamiento, Junta, Adif y Renfe. «Pero en este momento no pensamos en clave de operación ferroviaria, sino en clave de seguridad de las personas y de la circulación de Valladolid», concluyó.

Carnero deslizó que su intención es que sea la sociedad Valladolid Alta Velocidad la que corra con los dos millones de euros de esta intervención de emergencia. O al menos con parte del coste. Lo basa en el hecho de que, además de ser una vía urbana, y de titularidad municipal, también es una infraestructura ferroviaria. «A la sociedad Valladolid Alta Velocidad les dijimos que esta actuación corresponde, dada la emergencia que tiene y dado que es una infraestructura de vía urbana pero también ferroviaria, que la acometa la sociedad. Y si no es así, lo haremos nosotros, como ya estamos haciendo y en su momento dilucidaremos quién es el responsable», señaló. Es decir, que el Ayuntamiento ha empezado por su ejecución y por el pago de los costes, pero no renuncia a que posteriormente la sociedad Valladolid Alta Velocidad se haga cargo de la factura.

Respecto a los ineludibles atascos que se van a producir, admitió que esta obra llega «cuando la ciudad no está en la mejor de las situaciones desde el punto de vista circulatorio, porque Labradores está cerrado y Daniel del Olmo tiene restringida la circulación», pero enfatizó que «lo primero es garantizar la seguridad».

El Grupo Municipal Socialista considera que ha habido «mala fe» por parte del equipo de Gobierno, que conocía los informes de Adif y de los propios técnicos desde el 24 de enero, cuando recibió el estudio de Adif, y el 20 de febrero, cuando la empresa que va a acometer los trabajos entregó el informe definitivo de «actuación para el viaducto Arco de Ladrillo». Los técnicos municipales del Servicio de Espacio Público e Infraestructuras emitieron un informe, fechado el 30 de abril, hace un mes, en el que instaban a actuar inmediatamente. «Se tratará siempre de una solución provisional, paliativa de los riesgos existentes, y transitoria hasta la demolición definitiva del viaducto, que ineludiblemente se debería acometer a corto-medio plazo», concluían.

«[Carnero] Ha actuado con mala fe porque se levantó de la mesa de las reuniones técnicas de Adif, Renfe, Junta y Ayuntamiento. Recibió unos informes técnicos que denunciaban la gravísima situación del viaducto y no quiso hacer nada. Hace unas semanas dijo que había que olvidarse de Arco de Ladrillo y arreglar Daniel del Olmo. Jugando con la seguridad de las personas solo con una obsesión: que no se proceda a la demolición del Arco de Ladrillo e interferir en el proceso de integración ferroviaria», acusó Pedro Herrero (PSOE).