Desde el Arco de Ladrillo hasta la salida de la ciudad hay previstos 13 pasos, entre peatonales-ciclistas y de vehículos. Los que más avanzados están, con el proyecto redactado, son los tres que van en el entorno de Ariza. Luego aparecen sobre ... el plano otros dos, en el Parque de las Norias con las calles Luna y Estrella, y en Arturo León con Argales, de los que de momento no hay nada. Y a continuación se señalan cinco que van desde la calle Espanta, en Arturo León, hasta la calle Campo de Gómara, en Covaresa. De esos cinco, cuatro cuentan ya con un diseño básico, según la información que Adif ha remitido al Ayuntamiento de Valladolid.
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Es el primer avance visible respecto a estos pasos y señal de que la integración ferroviaria continúa aunque sea en segundo plano mientras se va rematando la Variante Este y se rematan los pasos de Labradores y Padre Claret, los únicos que ahora mismo están en obras. Tres más están en proyecto y otros tres, con el proyecto constructivo listo a falta de licitar las obras. Serán, eso sí, de los últimos en ejecutarse. El cronograma que maneja Adif sitúa el comienzo de las obras en el horizonte del año 2028. El más complejo es el de la Avenida de Zamora, que tendría una duración de 36-42 meses de obras y cerraría la integración ferroviaria de la ciudad allá por el primer trimestre de 2031, mientras que los otros cuatro se prolongarían en torno a 16 meses. Para cumplir ese calendario, la licitación del proyecto constructivo tendría que realizarse este mismo año.
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Antonio G. Encinas
Antonio G. Encinas
Los dos primeros pasos se sitúan al norte del viaducto de la avenida de Zamora, como conexión de la barriada de Arturo León y La Rubia con el polígono de Argales.
El de la calle Espanta es el primero. Conecta la calle peatonal y un espacio ajardinado que la rodea con el otro lado de la vía, ya en Argales. En ese lugar en el que desemboca se encuentran ahora mismo instalaciones ferroviarias de Adif que en su momento desaparecerán, ya que todo lo relacionado con Redalsa se trasladará a la zona de los nuevos talleres de Renfe cuando se terminen las obras que ya están en marcha. Así, la transformación de ese lugar en el polígono servirá para crear, según el diseño previo, «una superficie verde» a ambos lados «de 3.400 metros cuadrados» alrededor de las rampas. En este caso se trata de un paso peatonal y ciclista para el que se ha previsto una anchura de 8,5 metros y una longitud de 65 metros. «Se integran en el borde de la traza dos lucernarios para asegurar la luz natural no solo en los extremos sino también en estos puntos adicionales», explica el plan.
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El paisaje actual en ese punto es el de un muro alto, rematado por cristaleras antirruido. Algo que también cambiaría, según el proyecto que se presentó en febrero, porque toda la franja ferroviaria se reurbanizará, ganándole espacio a las vías y ajardinando los bordes.
Unos 275 metros más al sur, a mitad de camino entre Espanta y la avenida de Zamora, se sitúa el siguiente paso, el de la calle Licenciado Bellogín. La clave aquí también es la desaparición de las instalaciones ferroviarias en el lado de Argales. «El lugar que albergaba una playa de vías se convierte en una nueva topografía urbana que permite un recorrido peatonal a lo largo de un nuevo parque», explica Adif. Aprovechando la creación de esta zona ajardinada se crea un paso peatonal y ciclista del estilo del que ya existe en Panaderos. Con unos 9 metros de ancho y 35 de largo, «luz natural y fondos vegetales en ambos extremos».
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El gran cambio planificado por Adif es el de la avenida de Zamora, que Óscar Puente presentó en Valladolid en el mes de febrero como una propuesta de los propios técnicos de Adif para mejorar la permeabilidad y el diseño urbanístico. Montse Rallo, directora de proyectos, explicó que durante sus visitas al entorno ferroviario para diseñar la integración percibieron que ese era un espacio muy mejorable y por eso optaron por crear un diseño básico que en principio no estaba previsto.
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La gran novedad aquí es que se plantea el soterramiento de la avenida de Zamora desde justo la entrada a la rotonda de la carretera de Rueda hasta después de la vía. Un entorno en el que ahora el viaducto tapa la zona ajardinada y deportiva que se encuentra debajo. Se conforma así un nuevo parque «libre de edificaciones o de elementos sobre rasante» de unos 5.000 metros cuadrados en el lado de la carretera de Rueda.
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El viaducto actual tiene unos 30 metros de ancho y 640 metros de longitud. El paso para vehículos conlleva también la creación de un paso inferior de peatones, diferenciado, para conectar ambas zonas, con unos 18 metros de ancho y 35 de largo que unirá el parque de la carretera de Rueda con la nueva zona verde del otro lado de la vía, la que sustituirá a las instalaciones de Adif.
El cambio de uso de estos terrenos de Adif es, en definitiva, el gran salto de esta zona industrial. Una superficie ingente que quedará liberada y pendiente de reurbanizar. Eso es lo que lleva a plantear los dos siguientes pasos, en las calles Tierra de Sepúlveda y Campo de Gómara.
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El primero de ellos, apenas esbozado, es un paso para vehículos «que conectará de manera directa los viarios del nuevo desarrollo urbano con las calles ya consolidadas» situadas en el entorno de Tierra de Sepúlveda. Y el segundo, en Campo de Gómara, da a parar ahora mismo al haz de vías. Un entorno cuyo futuro se muestra muy diferente en la infografía de Adif, «con un espacio ajardinado triangular situado en el extremo del antiguo haz de vías». De nuevo se instalará un paso subterráneo lineal, «sin quiebros», de 16 metros de ancho por 40 de longitud, con vegetación que conforma un parque de unos 4.500 metros cuadrados.
Es en este punto, la calle Campo de Gómara, donde más se nota la diferencia con Arturo León. Chalés que lindan con una valla, la de las vías, que tiene una verja de hierro en lugar de un muro alto. Esa es la propuesta que se quiere extender al resto de la traza urbana del ferrocarril. Es una actuación ambiciosa, porque pretende introducir una nueva valla, una franja de vegetación y carril bici en el espacio que se ganará al ferrocarril «en el lugar que ocupa actualmente la vía de ancho ibérico que será levantada por necesidades de explotación». Es decir, en el lado este de la vía, el que da a Argales, Farnesio, Pajarillos… Hasta completar un trazado de siete kilómetros conectados por carril bici y paseo peatonal trufado de intersecciones bajo las vías con el resto de la ciudad.
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Aún más al sur de toda esta línea de intervenciones se sitúa otro paso, el de la calle Anselmo Miguel Nieto con el camino de La Rubia, peatonal y ciclista, y otro más paralelo a la ronda exterior sur al final de Covaresa. Aún queda más al sur, como cierre, el de la calle Mirto, ya en uso.
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