Sólo el 5% de las empresas de Segovia mide el efecto invernadero

Una de las conclusiones que extrae la patronal que preside Andrés Ortega es que queda camino por andar para que la economía circular forme parte de la cultura industrial que practican las empresas de la provincia. También hay que tener en cuenta el pequeño tamaño de la mayoría de las compañías que trabajan, producen y facturan en suelo segoviano. Dicho esto, la pregunta sobre la medición de la huella de carbono arroja que dos de cada tres empresas encuestadas «no dispone de medidas para cuantificar su emisión de gases de efecto invernadero, frente a un 5% que sí y un 3% que considera necesario un estudio previo para su establecimiento», según extrae la Federación.

Además, en otra de las cuestiones planteadas a los encuestados por la Fes, el 70% cree que «no necesita» personal cualificado en medio ambiente. Así pues, no es de extrañar que la encuesta ponga de manifiesto que el 71% de las compañías que respondieron a la toma de contacto durante el desarrollo de la encuesta afirman y admiten que carecen de plantilla especializada y formada adecuadamente para gestionar asuntos como la sostenibilidad, el cambio climático, el efecto invernadero que causan las emisiones tóxicas de una factoría o la economía circular sobre la versa la iniciativa de la patronal que lidera Andrés Ortega.

En lo que respecta a la movilidad sostenible y la implantación de la Zona de Bajas Emisiones, que tanto carrete polémico ha traído consigo por el debate entre los partidarios que crear un perímetro lo más amplio posible y quienes prefieren que cuanto más restringido mejor, se observa una aceptación por parte de los empresarios preguntados.

Los resultados de la encuesta de la Fes vislumbran que seis de cada diez consultados piensan que la implementación de la Zona de Bajas Emisiones «no reducirá el flujo de su negocio y su logística».

En relación a este asunto, las empresas de la provincia llaman la atención sobre lo que consideran aún «escasa oferta de vehículos eléctricos», que son los que van a ser referenciales para transitar dentro de los perímetros que delimiten las citadas áreas en las que se quiere minimizar la emisión de gases mediante cotos al tráfico de vehículos. La consulta realizada arroja que siete de cada diez industriales de preguntados piensan que falta disponibilidad para acceder a transporte más verde y menos contaminantes, como proponen los vehículos eléctricos o de hidrógeno.

El porcentaje aumenta a la hora de advertir la necesidad que arrastran los empresarios de Segovia en este aspecto de la movilidad ecológica. El 78%, según la patronal, cree que es acuciante que se diseñen «incentivos para la adquisición de este tipo de vehículos».

Con respecto a la normativa y certificaciones ambientales, como son los casos de la ISO 14001, la etiqueta ecológica o el sello de carbono neutro, algo más de la mitad del sector empresarial de la provincia, en concreto el 51% consultado por la Fes, cree que es «excesiva y dispersa». Además, el 48% considera que «se solapa o contradice con otras normas»; aunque idéntico porcentaje valora como «adecuada» su implementación para llevar a cabo una correcta gestión de su actividad. Por su parte, las certificaciones energéticas también cuentan con un «escaso nivel de implantación, ya que el 81% de los encuestados carece de ellas», añade en sus conclusiones la patronal.

La mayor concienciación de los industriales segovianos se encuentra en la gestión de residuos. El 54% de las empresas encuestadas asegura realizar un análisis de su flujo de desechos y el 93% considera que sí tienen identificado los residuos que se pueden reciclar, reutilizar y valorizar. Esa es la cara de la moneda. La cruz es que, a tenor de los resultados de la consulta, únicamente el 12% de los preguntados ha diseñado «nuevos procesos basados en la ecoinnovación». El porcentaje baja al 8% cuando se trata de ver qué compañías han rediseñado sus productos en base al ecodiseño; y aún desciende más, al 6%, al preguntarlas su emplean ecoetiquetas.

La Federación Empresarial Segoviana extrae de todos datos un fotografía fija en la que detecta que una de las mayores dificultades para el desarrollo de la transición energética y hacia una economía circular es «la escasez de subvenciones correctamente adaptadas a las necesidades de las empresas para poder acometerla». Asimismo, la organización provincial añade a este problema «el gran desconocimiento sobre la propia definición de economía circular, por lo que gran parte del empresariado demanda iniciativas de formación específica al respecto».

Por todo ello, Andrés Ortega defiende que «este tipo de estudios es prioritario para conocer en qué grado de implantación de medidas medioambientales se encuentra el sector empresarial, puesto que debemos prepararnos para operar en un entorno respetuoso con el medio ambiente y, para ello, adaptar nuestros procesos productivos con la progresiva reducción en la generación de residuos y el fomento de los controles y certificaciones de calidad».