Segovia

San Gabriel urge restringir el tráfico ante la contaminación y la inseguridad vial

La elevada intensidad de tráfico que de por sí soporta la calle se ha visto agravada desde el pasado octubre por la derivación de flujos de vehículos a raíz de las obras que mantienen cortado el tramo de Padre Claret entre el Acueducto y la rotonda de Dionisio Duque (los antiguos Bomberos). En este tiempo ha aumentado el tráfico de los autobuses urbanos desviados por el levantamiento de la calzada en Claret y de autocares turísticos que toman este itinerario, además de la mayor densidad de coches particulares en horas punta de entrada y salida de colegios y de los centros de trabajo.

El portavoz del equipo de gobierno en el Ayuntamiento, Miguel Merino, admite «entender» la preocupación y afirma que «se irán viendo opciones de ordenación de determinados flujos de tráfico», incluido San Gabriel. El también concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras vincula esos estudios a la Zona de Bajas Emisiones, uno de cuyos objetivos es mover los caudales de circulación rodada «en determinados parámetros y hacer itinerarios recomendados e incluso obligatorios» para atajar problemas de contaminación o de movilidad.

La plataforma insiste en alertar de «los gravísimos riesgos para la salud que supone la exposición crónica a altas concentraciones de gases tóxicos». «San Gabriel, transitada diariamente por miles de peatones a rebufo de decenas de miles de coches, ha pasado a asemejarse más bien a una refinería de petróleo; resulta insalubre, repugnante y asfixiante respirar el aire de esta calle», subrayan los firmantes de la misiva.

La propia estructura de la vía no ayuda. «Se genera un fondo de valle que dificulta la ventilación», alerta el colectivo. En la acera de los portales pares «no existe un solo árbol ni arbusto», lamentan. Ante la petición de más barreras verdes, el concejal llama la atención sobre las limitaciones de espacio. Agrega que el corredor cuenta con la cercanía de la Alamedilla del Conejo, «insuficiente» para compensar las emisiones, replican los damnificados. Merino matiza que «otra cosa es que haya retranqueamientos» de las viviendas. Es decir, ganar espacio para las aceras. Esto, añade, ya se ha hecho en la rehabilitación de algunas casas.

Este problema está vinculado a la insuficiente anchura en ciertos tramos, donde las personas «pasean a menos de treinta centímetros de los coches», asegura la plataforma. Su escrito advierte de que «no se cumplen las medidas mínimas para circular con un carrito de bebé y mucho menos para que puedan hacerlo personas con movilidad reducida». Merino responde que la solución es «difícil», y reitera que los tramos donde hay más problemas son aquellos en los que «no se han retranqueado o no se han rehabilitado» las viviendas.

La «inseguridad» es también fruto de las «altas velocidades a las que circulan los coches», avisan los vecinos, que citan al menos dos atropellos en uno de los pasos de peatones. Otro peligro del que dan cuenta es el producido cuando se cruzan dos vehículos pesados en la curva de la Alamedilla del Conejo. «Es habitual que el que va en sentido de subida invada con su parte frontal la acera, con el consecuente riesgo de atropello», explican. Además, se quejan de la invasión de un trozo de acera por parte de coches aparcados en batería.

Las críticas sitúan otras dos dianas en sendos pasos de cebra ubicados en la parte central. Si bien están sobreelevados, la pendiente está suavizada, por lo que los vehículos no frenan. «Esto se ve agravado en circunstancias de peor visibilidad por la noche, así como en días de lluvia por la pésima iluminación», precisa el documento.

La plataforma propone balizas intermitentes, realizar obras urgentes para acentuar la pendiente para que los vehículos ralenticen e incluso paren la marcha e iluminar todos los pasos de cebra y la acera colindante con un foco de alta visibilidad.

El portavoz municipal avanza que el Ayuntamiento reforzará el control para evitar los excesos de velocidad. Merino detalla que la solicitud de más o menos alumbrado «es difícil de gestionar» al estar sujeta a una normativa, salvo en casos concretos de cruces peatonales. «Queremos que sean lo más seguros posible», por lo que abre la puerta a una revisión. También recuerda que cuando se cambiaron las barandillas ya se amplió el tránsito por ciertos puntos y se redujeron las invasiones de acera.

Merino subraya que el paso de dos a tres carriles en el inicio y desembocadura de San Gabriel «ha dado buenos resultados». Hay menos colapsos y las colas de los atascos no son tan largas. Opina que el desdoblamiento de la SG-20 ha aligerado el tráfico, y piensa que «se ha aliviado la contaminación». Las mejoras no eximen de que siga habiendo problemas. «Hay que escuchar y vamos a continuar trabajando en mejorar», incide.

El concejal descarta de manera más tajante la conversión de la propia San Gabriel y de Padre Claret en vías de un único sentido, como sugieren los afectados, que en el escrito añaden, entre otras soluciones, la medición de la contaminación en la misma calle, lo que atañe a la Junta, ya que la estación de referencia, a su juicio, no recoge la realidad de la alta densidad de tráfico que registra San Gabriel.