El Nava sale de la encerrona de Cangas

Cinco meses después de un partido no apto para pulsos sensibles, Viveros Herol Nava y Frigoríficos Cangas han terminado este sábado una intensa partida, como las que han protagonizado sin respiro en el último lustro, en tablas y tienen ahora la tarea de interpretar el punto. Después de todo, grandes noticias para los segovianos, que mantienen a nueve puntos al antepenúltimo tras un choque que fueron perdiendo por cuatro goles –y por dos a falta de tres minutos–; pero pudieron ser todavía mejores, pues Andrés Moyano estrelló el último lanzamiento en la madera con Jorge Pérez, el gran sostén de los gallegos, vencido en el lado contrario, esperando lo peor.

La cuarta expedición segoviana a Cangas tampoco ha traído la victoria, pero el Nava ha sobrevivido a una verdadera encerrona en O Gatañal, con un graderío a rebosar tras una promoción del club local, con entradas para que los socios llevaran acompañante. Los de Pontevedra evitan ahora mismo los dos puestos de descenso directo a División de Honor Plata, pero no les sobra margen de error.

Lo cierto es que el lema de su fondo –'Aquí no se rinde nadie'– lo interiorizó mejor su rival, que encontró una y otra vez argumentos para agarrarse a la cuerda en una tarde sin héroes, sin un Patotski sobresaliente en portería y sin un anotador reputado que tirase del carro. Fue más que nunca un punto de fondo de armario, del colectivo.

El técnico del Nava, Álvaro Senovilla, planteaba como clave para el desenlace hasta qué punto la necesidad del Cangas se traducía en energía o en ansiedad. Lo cierto es que el juego de los primeros minutos evidenció más las urgencias que el talento. Mario Nevado, con la personalidad para seguir lanzando una y otra vez pese a que no tuvo su día, se estrenaba a la tercera y asistía a Marugán en el extremo. Luis de Vega defendía de salida la portería visitante, pero los signos de exclamación eran para su homónimo rival, Jorge Pérez, que se hacía grande ante Gonzalo Carró y reclamaba que el gallego en las filas segovianas –ha jugado en casi toda la región salvo en Cangas– merecía una exclusión de dos minutos por golpearle en la cara.

La fórmula local era que su portero –casi toda la tarde por encima del tercio de paradas– tocara balón y que sus compañeros encontraran el atajo hacia la meta rival y evitaran el peaje físico de la defensa 6:0 navera en ataque estático.

Ocurrió en cuanto llegaron las primeras pérdidas de un Nava que circulaba bien en ataque, pero erraba en la finalización. Los palos de Guardiola o Prokop o una parada de nota de Pérez al irredento Nevado. Errores no forzados y ganadores del meta. Y en un partido sin grandes rupturas, llegaba un 4-0 de parcial que ponía al Cangas con viento a favor (8-4). Primer tirón a la cuerda, pero el nudo visitante aguantaba gracias a la definición de sus extremos: desde Ahumada a Marugán, que la soltaba a centímetros de chocarse con el portero, y Dani Pérez, con una rosca al palo largo para desatascar una secuencia atropellada. El vallisoletano, infalible en los penaltis, se está convirtiendo en uno de los mejores ejecutores de siete metros de la Asobal. Parcial de 4-0 devuelto. De nuevo, empate.

Los ataques empezaron a adueñarse del encuentro en el tramo final de la primera parte, con una colgada de muchos quilates del Cangas a una buena definición picada de Santi López. El Nava se complicaba regalando exclusiones como la que vio Moyano por no dejar el balón en el suelo tras una pérdida, pero aprovechó el minuto bueno de Guardiola: trallazo más asistencia a la carrera de Ahumada para el 11-12, la última ventaja visitante de la tarde. Dos paradas más de Pérez, una de las cuales dejó boquiabierto a Smetanka, y una buena definición de Gael Blanco desde el extremo daban a los locales la ventaja al intermedio (14-12).

El comienzo de la segunda parte parecía de otro partido; los dos equipos que apenas sumaron dos goles en los primeros cinco minutos de la contienda iban ahora a gol por minuto. Acierto de los ataques, con un pase genial por la espalda de Méndez a Ahumada en el Nava y Rajmond Toth exhibiendo lanzamiento exterior en los gallegos. Con los porteros inéditos, Montero sentaba a Patotski tras un doble amago y forzaba el tiempo muerto de Senovilla. El frenesí de ataques no le sentaba bien al Nava, que perdía otra vez por cuatro (20-16).

Pero la cuerda ha aguantado. El cuadro navero encontró una autopista hacia el pivote y a un Pablo Herranz que cazaba cada balón como si tuviera pegamento en las manos para definir luego sin misericordia. Sin grandes números de Prokop o de Méndez, esta vez más organizador que anotador, el Nava se agarraba con las pequeñas cosas: la parada de Patotski, los brazos en defensa, la internada de Smetanka. Y Jorge Pérez tenía que guardar los ahorros locales con paradas salvadoras a Guardiola y Moyano. Mal augurio.

El argentino, el ejecutor del capítulo final, nivelaba por dos veces la contienda; la segunda, con un golazo a brazo cambiado. Pero el Cangas respondió con un par de carreras y una definición de Montero que ponía dos goles de ventaja a tres minutos del final. Pero aquí nadie se rinde. Moyano acortó distancias y Smetanka puso de nuevo las tablas tras una transición endiablada.

Así ha llegado el duelo a los últimos segundos, con el cuadro local agotando los segundos hasta que Martín Gayo mandó la pelota al panel de publicidad de la banda. Senovilla dibujó en once segundos el golpe letal, pero la madera dejó a los suyos sin el punto extra que valía la sexta plaza. Con todo, son séptimos, a dos del quinto y con 11 sobre el descenso. Permanencia a la vista.

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