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La clasificación de Asobal es una manta que no cubre ni los pies ni la cabeza, rota por los extremos. El Nava es uno de siete equipos separados por dos puntos, el pelotón de la clase media entre el Recoletas Valladolid, quinto con 19, y el Puente Genil, undécimo con 17, los mismos que los segovianos. Por encima está en Logroño con 23 y por abajo median seis puntos entre el Cangas, antepenúltimo con 8, y el Cuenca, el siguiente en el horizonte. El técnico de los segovianos, Álvaro Senovilla, tiene claro el mantra: «No miramos hacia arriba hasta que no tengamos nuestro objetivo». La pregunta que su plantilla responderá en las próximas fechas es cuándo un equipo que parte con diez puntos de ventaja con el descenso tiene colchón suficiente para quitar la vista del retrovisor.
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Luis Javier González
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Una primera respuesta podría llegar este sábado con la visita del Nava a O Gatañal para medirse al Cangas (19:00 horas) en busca de su segunda victoria a domicilio de la temporada. «Sería un espaldarazo bastante grande, pero no es definitivo», concluye Senovilla, consciente de la necesidad de rivales que cuentan con sumar los dos puntos cuando reciben a sus pupilos. «Un recién ascendido es un equipo contra el que se pretende puntuar, es normal. Es un arma que nosotros tenemos que utilizar a nuestro favor».
El Nava ganó el domingo más de dos meses después de que lo hiciera en diciembre ante Anaitasuna, con un parón y dos derrotas de por medio. «Nos hemos quitado un peso de encima. El trabajo que está haciendo el equipo es mucho más dinámico, más animado, en los entrenamientos estamos con otra tónica». El técnico subrayó con cierta molestia que la parada de Patotski para negar el último lanzamiento del Ademar haya dejado en un segundo plano los méritos colectivos. «Tapa hasta el buen partido que hemos hecho. Parece que solo ha existido esa parada y para ganar al Ademar hay que hacer muchísimas cosas bien».
El duelo de la primera vuelta vio a los naveros desperdiciar una ventaja que dos goles en los últimos segundos para un empate final de libre interpretación porque el Cangas fue por delante la mayoría del partido. «Antes de empezar el partido, teníamos una puntuación. ¿Después? Más uno. Pues entonces es un punto ganado», resume Senovilla. Los gallegos son terceros por la cola, un puesto que obliga a disputar una eliminatoria contra el tercero de Plata. El análisis de Senovilla es que se volverá «más peligroso» con el paso de las jornadas, a lo que se añade «la dificultad de jugar en O Gatañal».
Álvaro Senovilla
Entrenador del Balonmano Nava
Respecto a aquel duelo de setiembre, faltan dos piezas clave como Brandao y Juan del Arco. Una relevancia que han heredado Santi López o Mario Dorado en un equipo habituado a batallar por la salvación. «Una vez que nos hemos quitado el peso de puntuar, quizás esa carga emocional la lleve cangas. Está por ver si les genera un punto más de energía a favor o en contra». En una apuesta ya de por sí eléctrica, un equipo dinámico, con mucha variante táctica y dispuesto a correr. La receta navera es forzar al rival a «ataques muy largos durante mucho tiempo», una fórmula que funcionó ante Ademar. «Nuestro desgaste pasa por tener muchos minutos al Cangas atacando en estático».
Los gallegos son el rey de los empates en Asobal, con seis. «En casi todos esos partidos iban por delante en el marcador. Parte de suerte, no se han creído que podían sacar los puntos o se han venido abajo». Las dudas físicas respecto a su plantilla están más condicionadas por procesos víricos que por molestias musculares.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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