Los paritorios de Segovia nunca habían tenido menos trabajo que el año pasado. Al menos desde 1975, que es cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) comenzó a hacer un seguimiento pormenorizado de los nacimientos por territorios. Se echa la vista atrás, se repasan una ... a una las anualidades, los decenios, se traspasan las fronteras de las centurias y los números que se recorren en este viaje en el tiempo nunca han sido tan bajos como en 2023. La provincia saludó la llegada al mundo de 851 nuevos segovianos, un 8,5% menos que en 2022. Otro desplome para hundir la curva de la evolución a mínimos históricos y establecer un nuevo suelo en la natalidad.
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Esta adversidad con la que tropiezan los intentos de crecimiento demográfico no es nueva. La reducción de los nacimientos al hacer el balance al cierre de cada año va camino de convertirse en una norma no escrita, aunque tiene sus razones de ser.
Dos explicaciones asoman sobre el resto. Una tiene un cariz más financiero. Es el encadenamiento de crisis en lo que va de siglo. No se terminada de pasar la página de una cuando sobrevenía otra. Apenas se veía un hilo de luz al final del túnel en el que muchos hogares segovianos se adentraron por el estallido de la burbuja inmobiliaria, allá por 2008, y por las posteriores ondas expansivas del aumento del paro y de la implantación de las políticas de recortes y austeridad que apretaron y forzaron a hacer nuevos agujeros en el cinturón para ceñir aún más las economías domésticas, cuando la doble crisis sanitaria y económica detonada por la pandemia del coronavirus volvió a sumir en la penumbra a muchas familias. Estas coyunturas no invitaban precisamente a traer hijos al mundo.
La otra razón predominante que contribuye a explicar el descenso de la natalidad atiende a una realidad sociodemográfica: la población residente en la provincia de Segovia cada vez tiene más años. El paulatino envejecimiento de los padrones es la cola de la pescadilla, ya que si no hay un rejuvenecimiento de la demografía difícilmente habrá nacimientos.
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Para muestra, varios botones que brindan las estadísticas del instituto nacional. La franja de segovianos que aún no han cumplido los 20 años es prácticamente la misma que la de aquellos residentes septuagenarios. Los más jóvenes suman 26.956 vecinos, mientras que los más mayores se quedan en 26.523. La vuelta a la tortilla en lo numérico se produce cuando se amplía el rango de los DNIs más veteranos y se incluye en él a los ciudadanos que, en teoría por su edad, ya se han jubilado.
Es decir, un segoviano que ha cumplido ya 65 años forma parte de un nutrido grupo compuesto por más de 35.900 personas. Son casi una cuarta parte de toda la población que vive en la provincia. En este segmento tienen cabida 9.000 habitantes más que en el conformado por adolescentes y jóvenes que todavía no son veinteañeros, que no llegaban a 27.000 el pasado ejercicio.
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35.905 personas
residentes en la provincia de Segovia han cumplido los 65 años, lo que equivale al 23% del conjunto de la población a 1 de enero de 2023.
12.637 personas
residentes en la provincia de Segovia tienen más de 80 años, lo que supone el 8% del conjunto de población a 1 de enero de 2023.
Otro ejemplo del extendido envejecimiento que marca alguna que otra arruga de más en la faz del territorio provincial es que la población octogenaria y nonagenaria es más numerosa que la menor de 10 años. Cerca de 12.650 habitantes han dejado atrás los 80 años en el carné. La diferencia no es demasiado alarmante, de aproximadamente 800 personas a favor de los ancianos.
La serie histórica de la natalidad en la provincia de Segovia es una curva descendente prácticamente constante desde la crisis generalizada financiera de 2008. Es un punto de inflexión. En quince años, trece caídas anuales en el registro de los alumbramientos, según se extrae del INE. Las excepciones que confirman la regla de una natalidad a la baja se localizan en 2014 y 2021, que recogió lo sembrado en los meses previos de enclaustramientos domiciliarios por la expansión de la covid. Tampoco fue un gran repunte. En concreto, un 1,8% al pasar de 949 a 967 recién nacidos.
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Si el espejo retrovisor de la comparación se enfoca un poco más en el tiempo, al inicio del siglo XXI, en los veintitrés años completos transcurridos ha habido nueve crecimientos de la natalidad en Segovia. El resto son disminuciones más o menos llamativas, algunas casi imperceptibles. Lo que sí es descollante es que ahora nacen aproximadamente 400 niños menos que al comienzo de la centuria. Es un reducción de la natalidad superior al 31%. Si la referencia se retrotrae cuarenta años atrás, la cifra de bebés se queda en la mitad.
Los 851 nacimientos contabilizados en 2023 en la provincia segoviana no solo establecen un hito en la serie histórica por ser el periodo menos fértil de al menos los últimos 48 años, según se sonsaca de los datos del Instituto Nacional de Estadística; sino que por primera vez en cerca de medio siglo la cifra de alumbramientos baja del listón de los 900.
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En toda España hay seis territorios que todavía celebraron menos veces la buena nueva de un nacimiento durante el año pasado. A las dos ciudades autónomas -Ceuta y Melilla, con 642 y 721 recién nacidos, respectivamente-, hay que agregar Soria, Palencia, Zamora y Teruel, con 489, 724, 784 y 832 bebés traídos al mundo por sus progenitoras. En este grupo de las provincias con menos nacimientos hay cuatro vecinas de Castilla y León. Y es que si se sobrevuela el conjunto de la región, la comunidad experimentó un descenso de los alumbramientos del 5,1% durante el pasado curso. Esta caída es superior al descenso del 2% contabilizado en el global de España.
Las últimas estadísticas del INE también revelan las defunciones que hubo que lamentar el ejercicio pasado. En Segovia, los datos informan de 1.703 decesos, lo que representa una tenue bajada del 2,2% con respecto al curso precedente, en el que el ente estatal tiene registrados 1.742 óbitos. Esta mortandad se ajusta a la que había antes de la covid. Hay que tener en cuenta que 2020 fue atípico por el exceso de muertes que padeció la provincia, una de las más castigadas por la pandemia. Las defunciones en aquel año fatídico aumentaron hasta lamentar 2.428 pérdidas.
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La curva que dibujan los datos anuales de decesos en la provincia es menos monótona que la de los nacimientos, con subidas y bajadas más frecuentes; sin embargo, son más los periodos de aumento de la mortandad que los que apuntan una disminución. En el trayecto de los últimos veintitrés años, hay quince repuntes en las cifras de fallecimientos, incluido el provocado por la covid-19.
Ahora la provincia va más a sepelios que al principio del siglo. En este tiempo los fallecimientos han aumentado en torno al 11%. El INE, a través de la serie histórica que se remonta a 1975, también pone de manifiesto que ahora mueren más segovianos al cabo del año que por aquel entonces.
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Así, con unos nacimientos en horas bajas y mínimos históricos y una mortalidad que más o menos se mantiene constante, el llamado crecimiento vegetativo sigue en números rojos, un rojo propio de la alarma demográfica que se extiende por la comunidad autónoma y otras regiones de la bautizada como 'España vaciada'. El saldo entre óbitos y alumbramientos es negativo y favorable a los funerales en detrimento de los bautizos. El año pasado, por cada dos defunciones se celebró el parto de un bebé. Es la diferencia entre las 1.703 muertes y los 851 recién nacidos.
1.703 defunciones
hubo que lamentar en 2023 en la provincia de Segovia, según el INE, lo que supone un descenso de los fallecimientos con respecto a 2022 del 2,2%
851 nacimientos
se celebraron en la provincia de Segovia a lo largo de 2023, tal y como señalan los datos del INE, lo que representa una disminución del 8,5% con respecto a 2022.
A pesar del retroceso que conlleva un crecimiento vegetativo negativo tan acusado, el padrón de la provincia se aferra al clavo ardiendo de la inmigración para no solo sostener la población, sino para impulsarla y aumentarla. La llegada de ciudadanos extranjeros que huyen de la inseguridad, de las penurias, de la falta de oportunidades y de la guerra en sus países de origen explican el estirón demográfico que refleja también el Instituto Nacional de Estadística.
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A 1 de enero de 2023 había 155.332 vecinos empadronados en Segovia, lo que supone un 1% más respecto al año anterior. Los aumentos porcentuales, aunque ligeros, han sido sostenidos en el tiempo. No sorprende por tanto que la entrada de 2024 haya traído consigo la superación de la barrera de los 156.700 segovianos censados, algo que no sucedía desde 2015.
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