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La provincia coge aire y gana población. Es lo que concluyen los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre los censos en España. En ellos, y por primera vez en este 2023, con cifras a 1 de enero, se captura la instantánea demográfica ... localidad por localidad. En esta ocasión, el premio del aumento de habitantes está repartido por la geografía segoviana, aunque hay una zona que no para de crecer y que no es otra que el alfoz.
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César Blanco Elipe
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Palazuelos de Eresma, Real Sitio de San Ildefonso, La Lastrilla, San Cristóbal de Segovia, Torrecaballeros, Valverde del Majano, Espirdo, Trescasas, Bernuy de Porreros y Hontanares de Eresma tejen un entramado residencial al alza. Muchas familias jóvenes han asentado su hogar en estos núcleos, aunque el trabajo lo desarrollen en la capital o en otros destinos que permite ir y volver en el mismo día, como Madrid o Valladolid.
Entre las diez localidades registran más de 750 nuevos habitantes. La Lastrilla, con 208, es la que, en términos absolutos, más aporta al censo metropolitano; pero es Palazuelos, que a comienzos de este ejercicio contabilizaba 5.839 residentes, la que se afianza como el término más poblado del alfoz y el cuarto en el cómputo provincial, por detrás de la capital, El Espinar y Cuéllar.
En proporción, el mayor estirón en este área lo protagoniza Bernuy de Porreros, que gana 161 vecinos en un año y supera la barrera de los mil. En doce meses, el municipio ha experimentado un aumento de su comunidad cercano al 18%; pero si se toma como referencia 2021, el crecimiento es aún más notorio. En dos años, los reclamos de sus promociones urbanísticas y el desarrollo industrial por el que ha apostado han atraído a 274 nuevos residentes, lo que supone un crecimiento del 34,7%, a tenor de los datos del INE.
Esta vez, el alfoz no se ha quedado solo a la hora de mover el motor demográfico. La capital segoviana también ha contribuido gracias a la recuperación de residentes tras apretar el torniquete para frenar una hemorragia mayor de ciudadanos. Han sido las personas llegadas de otros países las que han empezado a cicatrizar la herida para que la ciudad y la provincia retomen el empuje perdido. La inmigración compensa e incluso supera la diáspora. Al inicio del año había censados 50.926 en la capital. La subida no llega al 0,6%.
El peso creciente de las comunidades extranjera queda patente al representar el 15% de la población de la provincia. En el último año, la presencia de foráneos en los censos se ha disparado hasta contabilizar 23.084 habitantes nacidos fuera de España, 2.389 más que doce meses antes. Las estadísticas oficiales a fecha del 1 de enero del curso que está a punto de expirar ponen de manifiesto un crecimiento de la comunidad de ciudadanos extranjeros que han establecido su domicilio en la provincia algo superior al 11%.
Por el contrario, la población nacional vuelve a menguar, al igual que ocurrió entre 2021 y 2022. En esta ocasión, son 788 españoles menos en un año. En términos relativos, el descenso es del 0,6% para situarse por debajo de los 133.000 habitantes.
En doce meses, el censo provincial de Segovia sumó 1.601 personas hasta alcanzar una población de 155.332 a 1 de enero de 2023. En términos relativos, el 1% de crecimiento anual solo se ve superado en Castilla y León por el experimentado por Soria. También el saldo fue positivo en Valladolid, Ávila, Burgos y Salamanca. Por el contrario, la sangría demográfica que viene vaciando pueblos, comarcas y capitales de la comunidad continuó en León, Palencia y Zamora.
La foto del INE revela que de los 209 municipios que componen la provincia, 104 pueden presumir de haber engordado sus respectivos censos, aunque sea con un solo residente más. En la lista hay localidades de todos los tamaños situadas en un medio rural que se resiste a vaciarse gracias a los asentamientos extranjeros y a la movilidad que ha traído consigo el teletrabajo.
Hay pueblos pequeños, como Bercimuel, de 34 vecinos, que ha sumado tres; Castroserna de Abajo, que con los tres nuevos censados llega a 36; Domingo García, que vuelve a rebasar el listón de los treinta habitantes gracias a cuatro 'fichajes', o Perosillo, que alcanza la veintena de residentes con cuatro incorporaciones.
Esos veinte vecinos son más aún que los que tienen fijada su residencia en Ventosilla y Tejadilla, que tras perder tres personas, comenzó este 2023 con quince censados, convirtiéndose en el municipio más 'vaciado' de la provincia. Hay otro término que tampoco llegaba a los veinte habitantes: Arevalillo de Cega, en el que el INE contabilizaba 18 personas, dos menos que los moraban el año precedente.
Mención aparte merece Fuente el Olmo de Fuentidueña, que a este ritmo superará los trescientos censados en una evolución vertiginosa. Hace dos años, en 2021, su población la conformaban 152 moradores. Un año después, el pueblo acogía 28 más. Pero el gran salto que ha propulsado el censo local se ha producido a lo largo de 2022. Los vientos favorables de la implantación de una industria hortofrutícola han empujado a decenas de personas que han asentado su domicilio en Fuente el Olmo de Fuentidueña. En doce meses, este término ha engordado su padrón con 101 residentes de nuevo cuño. Esto quiere decir que empezaron este 2023 con 281 vecinos, lo que representa un crecimiento por encima del 84%.
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