Algunos de los elementos de protección que se han entregado en los centros de salud. WORD

Las muestras de solidaridad no cesan en la Sierra de Francia

SIERRA DE FRANCIA ·

Los vecinos ofrecen al personal sanitario desde mascarillas y otros elementos de protección hasta habitaciones en casas rurales para su descanso

M.J. GUTIÉRREZ / WORD

SIERRA DE FRANCIA

Jueves, 26 de marzo 2020, 11:36

En tiempos difíciles es cuando se demuestra de qué están hechas las personas y los habitantes de la Sierra de Francia no dejan de demostrarlo desde que se declaró el Estado de Alarma por la pandemia del coronavirus.

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Empresas y particulares tratan de ayudar ... en cuanto pueden, especialmente al personal sanitario de los distintos centros de salud existentes -Miranda del Castañar, La Alberca y Linares de Riofrío-. Médicos y enfermeras agradecen la colaboración y los presentes que les llevan y que les hacen más fácil su tarea diaria, llegándoles incluso a emocionar esta entrega de los vecinos de la Sierra de Francia.

En estas dos semanas, desde que comenzara la alarma, han recibido desde mascarillas elaboradas por los propios vecinos en sus casas hasta otros elementos de protección como guantes, gafas, pantallas faciales realizadas con impresoras 3D, monos... E, incluso, también hay personas que les han ofrecido sus casas rurales para que puedan descansar durante estos duros momentos.

Y en La Alberca, el dueño del antiguo hotel París ha puesto a disposición del Ayuntamiento todo el edificio por si fuera necesario usarlo durante esta crisis sanitaria que padecemos. Otro gesto solidario más, que enorgullece a sanitarios y administraciones locales.

Una enfermera que se encuentra en la Sierra de Francia describe esta situación de la siguiente forma: «Nos encontramos en una guerra infame, guerra sin balas pero con una letalidad brutal.

Pero, en estos tiempos de guerra la solidaridad humana no tiene límites, gente anónima y humilde de la Sierra de Francia pone al frente su artillería y la ofrece a los que estamos trabajando por su salud.

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Se han puesto manos a la obra y nos hacen mascarillas, la gente de la miel nos donó, gafas, mascarillas, monos..., eso que nosotros los sanitarios llamamos EPIS.

Gente de bien nos llevó los guantes que tenía en su casa, nos ofreció de comer, puso a nuestra disposición sus apartamentos rurales para que descansáramos... y así podría enumerar un millón de cosas; en La Alberca hacen pantallas faciales, porque alguien tiene una impresora 3D.

Miranda del Castañar está volcada en gestos de solidaridad, Cepeda..., el supermercado de Sotoserrano nos donó guantes...

No acabaría de enumerar las cosas buenas. Pero como en todas las guerras, también hay cosas malas, la soledad de las personas mayores y con pocos recursos que, en muchos casos, no tienen a nadie a su lado que los ayude. La inmensa mayoría de la gente de la Sierra son muy mayores y con muchas patologías.

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Los sanitarios seguimos atendiendo a este colectivo, acudiendo a sus domicilios para sus tratamientos: cura de heridas y cubrir sanitariamente sus necesidades. Pero, muchos ancianos están solos, y aunque tienen hijos no están con ellos... porque trabajan fuera de los pueblos». Se trata de una situación muy triste, ya que, además, son el sector más vulnerable al virus.

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