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«A veces no queda más remedio que ir improvisando en la gestión, con la sensación de que estamos siendo puestos a prueba sin saber ... qué va a pasar mañana, pero un en este clima de tercera, o cuarta guerra mundial, no sé, las empresas agroalimentarias estamos dando lo mejor de nosotras mismas, con unos trabajadores implicados como nunca». La voz de Beatriz Escudero, presidenta de Vitartis, transmite esperanza en medio de una situación de alarma por el coronavirus, que sus palabras describen de forma harto elocuente.
Para la responsable de la asociación de empresas agroalimentarias de Castilla y León, «antes de hablar de empresas debe quedar claro que estamos en una crisis sanitaria y superarla debe ser la primera prioridad de todos».
«Nuestra obligación es hacer lo posible y lo imposible para abastecer a la población, con la particularidad de que todo el mundo obligado a permanecer encerrado en casa, con lo que eso conlleva. Es importantísimo, pues, que la producción no se interrumpa, que se mantenga con total seguridad alimentaria y, a la vez salvaguardando la salud de los trabajadores», destaca.
Y en pleno estado de alarma, con el abatimiento haciendo mella en la gente «está brillando la solidaridad entre todos los eslabones de la cadena, con innumerables casos de donaciones de todos los sobrantes», resalta.
Consejos y recomendaciones
Un problema está haciendo acto de presencia, de momento solo como amago, aunque con riesgo de agravarse si no se ataja: «En algunos centros productivos están empezando a escasear los materiales de protección: mascarillas, guantes, mandiles, buzos, calzas…; es uno de nuestros grandes problemas y algo que ya se ha comunicado a las administraciones con urgencia porque si dejamos pasar una semana la situación puede complicarse mucho».
No es el único contratiempo: «Las restricciones al tránsito y el tráfico deben cumplirse, pero siempre teniendo en cuenta que los alimentos están excluidos y la mayoría de los productores agroalimentarios estamos en zonas rurales y ahora no hay transporte público. Si se estropea una máquina, el reparador tiene que poder llegar, sin estar a expensas del criterio de un guardia civil en concreto». Es algo, defiende, que también necesitan las empresas de fitosanitarios, limpieza y desinfección.
Desde el punto de vista laboral, aplaude las medidas adoptadas, como es el caso de los ERTES por fuerza mayor, si bien advierte de que al estar restringidas a los comercios y establecimientos de hostelería obligados a cerrar, dejan fuera a los y proveedores de estos, también golpeados por la situación. «Esto es una cadena y si los clientes de nuestras empresas han cerrado, ¿qué pasa con nosotros? Hay que trasladar las medidas 'hacia atrás'».
Por otro lado, aun siendo «un gusto ver a las plantillas implicadas a tope, con gente súper responsable, que hace propuestas, algunas empresas sí están trabajando a destajo y necesitarían más personal, pero no tienen mecanismos de contratación y de formación exprés». «Quizá algunos de los afectados por ERTE podrían ser derivados a empresas del sector. No sé ni cómo ni si se puede articular esto, pero es una idea», sugiere.
Adelantándose a futuros acontecimientos, Escudero avisa también de que «en breve van a empezar infinidad de labores de recolección en el campo y muchas empresas nos recuerdan que ellas dependen en gran medida de trabajadores extranjeros. Con las fronteras cerradas, ¿van a poder venir?», se pregunta.
Por otro lado, la también presidenta de la empresa berciana Pharmadus Botanicals cree que las medidas financieras aprobadas por el Gobierno «son potentes, pero carecen de instrumentalización, por lo que en muchos casos obligan a tener que tirar de las líneas de financiación especial que cada cual tenga con su entidad. De las líneas del Gobierno no sabemos nada todavía». Además, «cuando termine la crisis sanitaria –advierte– no va a haber vuelta a la normalidad. En absoluto. La crisis va a ser global. No sabemos qué va a pasar con las exportaciones, con proyectos que se han aplazado, con los clientes que no están pudiendo pagar. Y si la economía se para...».
Se detiene un momento para tomar aire y sigue: «Creo que todo esto va a cambiarnos como sociedad, nada va a ser como antes, ni la forma de relacionarnos ni nuestra manera de ver la vida».
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