Los jugadores con la camiseta del ascenso homenajean a los aficionados. A. Mingueza

¿Qué necesita el Real Valladolid en Primera?

Regresa por la vía rápida a la categoría de oro, en la que deberá aprovechar todas las buenas sensaciones que la propuesta del entrenador ha dejado y corregir los errores recurrentes

Chencho Alonso

Lunes, 30 de mayo 2022, 20:47

Ya es realidad. El Real Valladolid está de vuelta en LaLiga. Cumple así con el objetivo que se marcó nada más caer, hace poco más de doce meses, al infierno de la segunda división. Definida así, sin menosprecio ni desconsideración, sino todo lo contrario. LaLigaSmartBank se ha convertido en una de las categorías más duras del fútbol europeo y ser capaz de salir de ella nada más descender tiene mucho mérito. Es una gymkana de continuas trampas de las que escapar en todo momento. El Real Valladolid de Pacheta ha ido siempre de cara a por ellas, a superar cada adversidad sin miedo, a veces, incluso, como un kamikaze. En ocasiones tocó dar un paso atrás para enderezar un camino que se estaba torciendo. Otras, parar y coger aire, calmar tensiones y euforias desmedidas, y volver a enseñar su mejor versión.

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Desde la confianza que el técnico burgalés ha tenido en sus ideas y en cómo ha sido capaz de que sus futbolistas creyeran en ellas se empieza a entender la inmediata vuelta del Real Valladolid a la máxima categoría del fútbol español. Desde la rueda de prensa inicial el discurso siempre fue el mismo. En Zorrilla íbamos a disfrutar de un equipo alegre y atrevido del que sus aficionados iban a estar orgullosos. Dicho y hecho. Pacheta no engañó a nadie y ha sido fiel a sí mismo en todo momento. Fiel y humilde cuando su propuesta necesitaba retoques. LaLiga Santander exigirá el mismo nivel de valentía. El Real Valladolid en primera división necesitará darle continuidad a esta propuesta, subiendo un escalón el nivel de ciertas posiciones en su alineación y puliendo varios detalles que en el fútbol de élite penalizan hasta el límite.

1.- Aprovechar la inercia. Uno de los mayores retos que tenía el entrenador por delante esta temporada era darle una vuelta de 180 grados al equipo deprimido que se encontró tras el descenso. Este próximo Real Valladolid de primera división debe saber darle continuidad a la propuesta atrevida del curso que acaba de concluir. Ni un paso atrás en cuanto a la alegría y el vértigo que este equipo ha demostrado. Es evidente que jugando al más alto nivel los partidos van a requerir otras muchas lecturas en muchos momentos, pero la premisa inicial debe partir desde ahí porque el entrenador cree en ella y los jugadores disfrutan con este modelo de juego. El técnico se ha ganado la oportunidad de dar rienda suelta a su plan en primera división.

2.- Salto de calidad en ciertas posiciones. La plantilla del Real Valladolid sufrirá muchos cambios este verano. Hay muchos futbolistas que terminan contrato y no seguirán perteneciendo al club. Otros, incluso, que podrían recibir tentadoras ofertas para salir. En la portería, durante los últimos años, siempre ha existido una sombra de dudas sobre la figura de Jordi Masip a pesar de haber mantenido una gran regularidad. Llegó Roberto Jiménez, pero tampoco terminó de aportar la seguridad que su trayectoria podía hacer esperar. A la espera de lo que pueda ocurrir con Nacho Martínez, ambos laterales necesitan aumentar la competencia. Saidy Janko estaba ante una gran oportunidad esta campaña que no ha sabido aprovechar. Todo lo contrario que un Luis Pérez que ha demostrado porqué se llegó a catalogarle como uno de los mejores laterales derechos de la categoría de plata. Algo parecido podríamos decir que ocurre en las posiciones de extremo.

3.- El centrocampista defensivo, esa posición inexistente. Durante toda la temporada el Real Valladolid ha sufrido ante las transiciones defensa-ataque rápidas del rival. A pesar de jugar con muchos centrocampistas ninguno tenía un perfil posicional o más defensivo. Roque Mesa, Aguado, Monchu, Anuar o Iván Sánchez son jugadores más preocupados por elaborar el juego ofensivo que por lo que puede quedar a su espalda. No existe, desde la salida de Fede San Emeterio en el mercado de invierno, un jugador de estas características y la primera división lo va a requerir. El fútbol de élite te machaca al contragolpe y penaliza cualquier pérdida de balón si el rival no está bien colocado. Uno de los principales deberes de la dirección deportiva este verano pasará por acertar en el futuro de esta demarcación.

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4.- Rotación que aporte. En primera división nadie puede ser irrelevante. Toda la plantilla tiene que poder ser titular y dar un buen rendimiento haciendo que la rotación de futbolistas se note lo menos posible. La aportación de los futbolistas menos habituales resulta clave para el éxito de un grupo. La competencia en el grupo por hacerse un hueco en el once debe ser monstruosa y el entrenador tener dudas en cada once. Habrá sanciones, lesiones, malos estados de forma o cualquier otro imprevisto que obligará a que todos los jugadores estén preparados para el nivel de exigencia que la competición pone en juego. La gestión del entrenador será muy importante en este aspecto.

5.- La importancia del balón parado. Los goles encajados ante el filial de la Real Sociedad B y la UD Almería dejan una sensación de debilidad a balón parado, pero nada más lejos de la realidad esta temporada. El Real Valladolid solamente ha recibido dos goles desde el saque de esquina y otros tres tras un envío de falta lateral. Por el contrario, ha marcado once goles en jugadas a balón parado: 6 de saque de esquina, cuatro tras falta lateral y el lanzamiento directo de Monchu ante la SD Ponferradina. Con todo y con esto la precisión de los centradores debe mejorar. Más allá del buen golpeo de Monchu, que ha dado un salto de calidad a este aspecto desde su llegada, el resto no ha dado con la tecla de forma tan asidua como el '8'.

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6.- Un socio para Weissman. Sin desmerecer la gran temporada que ha realizado Sergio León, y con la que se ha ganado continuar en esta plantilla, la dirección deportiva deberá poner el foco en el fichaje de otro delantero que complete la parcela ofensiva. El israelí en una apuesta segura de cara a gol, pero necesitará socios de garantías.

7.- Absoluto y total compromiso. Un equipo comprometido, generoso y humilde está un paso más cerca de conseguir sus objetivos. Este año hemos tenido muy buenos ejemplos como los de Sergio León o Anuar. El fichaje del ex del Levante UD se cerró entre un mar de dudas acerca de su posible rendimiento y que el delantero se ha encargado de disipar desde el primer minuto que pisó el césped con la camiseta blanquivioleta. El centrocampista canterano ha sido todo un ejemplo de profesionalidad y cada vez que Pacheta le ha brindado la oportunidad ha respondido con una nota muy alta. Estos valores deben ser innegociables.

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