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Alexandra Tarniceru es una soprano rumana que hace que salga el sol, aún en tiempos de nubes y sombras –como el actual–, en la calle San Bernardo. Confinada en su hogar junto a su marido, decidió el pasado viernes salir al balcón –después de entrenar y calentar la voz– para regalar a sus vecinos una bella melodía, llena de sentimiento y emoción. «En estos momentos la gente necesita un apoyo de cariño para pasar mejor esta situación. Y se me ocurrió salir al balcón a mostrar la ópera a todos los de mi calle y mi zona», explica la soprano. Cierto es que sus vecinos, los que viven en su mismo bloque, saben de sus dones, porque la escuchan estudiar la voz y entrenar a diario. Al resto de convecinos de su zona, les sorprendió con 'Nuit d'Etoile' de Claude Debussy. «En esta situación en la que nos encontramos, pongo de mí y de mi cariño hacia los demás», explica una emocionada Alexandra Tarniceru.
Esta soprano habla seis idiomas y ha cantado en 16. «Mi trabajo me pide muchos idiomas y participar en muchos proyectos, que se desarrollan en distintos países en los que tienes que saber comunicarte», afirma en perfecto castellano. «Lo aprendí en tres meses, en la Escuela de Idiomas de Valladolid», añade.
Coronavirus en Palencia
Esther Bengoechea
Esther Bengoechea
Tarniceru lleva viviendo en Palencia desde octubre de 2017. Años antes, entre 2013 y 2015, cantó en la Ópera de Zurich. Después de eso, participó en proyectos de ópera por todo Europa. Recaló en Palencia por amor, después de conocer a su actual marido en un crucero por América Central. Ella era la artista principal del mismo y él estaba disfrutando de un viaje de placer. «Aquí se habla muy buen castellano, yo soy muy comunicativa», reconoce la artista internacional, que prefiere hablar y mantener contacto con las personas a ver la televisión.
«Quería mostrar que en Palencia también hay ópera de muy buena calidad. No salgo por darme publicidad, salgo porque lo siento. Quiero que la gente se vaya a la cama con armonías que les llenen el corazón», reconoce.
Ya ha salido tres veces a su balcón, con su atril y su cazadora, para desplegar toda su magia desde su ventana al mundo. Los vecinos de alrededor también salen a acompañarla, a disfrutar de su maravillosa voz y de su encanto sobre el improvisado escenario.
Pero no solo disfrutan de ella los palentinos que están confinados en la calle San Bernando. Qué va. La magia de las redes sociales sigue su curso. La profesora que Alexandra Tarniceru tuvo en Zurich le propuso abrir un canal de Youtube con sus cánticos en el balcón. «Ella me lo sugirió, le parecía una gran idea. Me decidí a hacerle caso, aunque yo soy muy nueva en esto de las redes sociales, ni siquiera tengo Facebook», afirma la soprano, que acaba de abrirse una cuenta de Instagram, además de la de Youtube, claro, que está corriendo como la pólvora entre los muros de los perfiles palentinos. Tanto, que ya sobrepasa las 7.000 visualizaciones con un vídeo que subió hace tres días. «Como los médicos luchan por salvar vidas, la policía vigila, los trabajadores de los supermercados y de las farmacias siguen ahí, pues yo quería hacer algo que me diera alegría, algo para mí y también para los demás. Y esta es mi forma de hacerlo», argumenta.
Mas allá de los improvisados conciertos en su balcón de hierro forjado, Alexandra Tarniceru ha dado dos recitales en Palencia –desde que aterrizó en 2017–, ambos en la Fundación Díaz Caneja. «Intento entrar en el mundo de la música clásica en España, pero es difícil si eres extranjero», reconoce la artista de 32 años, que lleva 25 estudiando música. «Tengo un repertorio musical muy amplio. Por eso me encantaría tener más conciertos aquí», agrega.
Tarniceru se proclamó ganadora del primer concurso de Canto Compostela Lírica organizado por Amigos da Ópera de Santiago de Compostela. Posteriormente dio dos recitales en Galicia, en la Gala Lírica Homenaje a Andrés Gaos. Curiosamente escogió una canción de este compositor gallego –'Rosa de Abril'– para deleitar a sus vecinos el pasado domingo.
Los expertos
Doménico Chiappe
Confinada en su casa, aprovecha el tiempo para estudiar, leer y cantar –no tiene tiempo para el aburrimiento con su rutina de estudio–. Ayer mismo recibió una carta en la puerta de su casa, de una vecina que le daba las gracias por «regalarnos tu maravillosa voz».
Mantiene contacto con su primer profesor de canto, que tiene 93 años. También con otra profesora que tuvo en Milán, que también es ya muy mayor. «Espero que estén bien, porque ahora con todo esto del coronavirus...», dice preocupada.
Desde septiembre trabaja con Javier San Miguel de Salamanca. «Toda soprano necesita un buen pianista y un 'coach' para que te prepare», argumenta, con la esperanza de abrirse hueco en el mundo de la ópera en España. De momento, trabaja confinada en su piso, saliendo a su balcón para deleitar a los vecinos y hacer su encierro mucho más dulce.
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