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Lolo Montoya, ayer, en su casa de Venta de Baños. El Norte
Coronavirus en Palencia: Lolo Montoya, el ejemplo de que la UCI tiene salida

Lolo Montoya, el ejemplo de que la UCI tiene salida

El primer paciente en abandonar la Unidad de Cuidados Intensivos en Palencia revive su historia y manda un mensaje de ánimo a todos los que padecen el coronavirus

Álvaro Muñoz

Palencia

Sábado, 2 de mayo 2020, 08:31

Lolo Montoya no ha sido consciente de lo grave que ha estado. Tal vez esa pregunta sea para su mujer Lorena y sus dos hijos, que han sufrido en silencio desde Venta de Baños, sobre todo las alrededor de diez jornadas que ha estado sedado en la UCI. Todo empezó hace 45 días, cuando Lolo Montoya, conocido en la provincia por su pasado en los campos de fútbol al jugar en el Sani 2000 o el Venta de Baños donde también dirigió al primer equipo, notó los primeros síntomas del coronavirus. Se aisló en su habitación y a base de paracetamol buscaba una mejoría que no llegaba. Tras una semana en su vivienda de Venta de Baños, acudió al hospital Río Carrión, donde le ingresaron a las 11:30 horas. Siete horas más tarde estaba camino de la UCI. «A partir de las 18:00 horas no tengo recuerdos, a pesar de que era consciente, según me ha dicho una enfermera», detalla Lolo ya desde su casa.

Ahí arrancó la odisea de la familia de Montoya, que desde la distancia se preguntaba continuamente por su estado. «Lo más duro para mí ha sido despertar en la UCI y los días siguientes. Para el entorno son los días de sedación, con la incertidumbre del que espera una llamada... Yo no me enteraba, pero todos los allegados estaban preocupados. Los propios médicos no sabían qué iba a pasar. Una vez despierto, ya han sido todo noticias buenas», añade Montoya.

Y qué noticias, porque Lolo se convirtió en el primer paciente en salir de la UCI con coronavirus. Situación que emocionó a los sanitarios de la Unidad de Cuidados Intensivos. «El trato de los médicos ha sido exquisito. La experiencia es superpositiva. Los médicos tenían ganas de que su trabajo se viera reflejado en recuperaciones. Fui el primero en salir, pero luego, afortunadamente, han llegado más. Les vi supercontentos, aunque yo no tenía fuerzas para nada», rememora el exjugador y exentrenador, que reconoce que el peor momento fue «despertar con el tubo en la UCI».

Después de unos diez días sedado, Lolo despertó y su mejoría fue exponencial. Le extubaron al día siguiente y los cables que le envolvían fueron desapareciendo. «Hasta pude comer en la UCI los últimos tres días», apunta. De ahí a planta, donde siguió con su recuperación. Una mejoría que se iba adueñando del venteño hasta que el pasado lunes, día 20, le dieron el alta hospitalaria y sin rastro del coronavirus. Aún así, todavía le quedan otros diez días para poder, por ejemplo, abrazar a su mujer e hijos. Por eso, desde su experiencia de tantas semanas en aislamiento centra su discurso en animar a todos los que están padeciendo lo que vivió en primera persona. «Lo más importante es que tengan paciencia y que sean fuertes mentalmente. El aislamiento que estamos teniendo es fundamental para preservar la salud de nuestros seres queridos. Vemos que se está recuperando mucha gente. Hay que mirar hacia delante. Cada día es un día menos para recuperar la normalidad. Se puede», concluye.

«¿Un brindis?»

Toda buena historia tiene que finalizar con un broche de oro y nosotros debemos poner el nuestro.

No seríamos justos si no hiciéramos mención a todas esas personas que en la distancia confinada de sus hogares nos han acompañado, sería imposible nombrar a todos porque hemos tenido la inmensa fortuna de ver la grandeza de todos aquellos que tenemos a nuestro alrededor empezando por nuestra gran familia (con especial y gran cariño hemos de mencionar a nuestros hijos esos pequeños grandes héroes, nuestros padres que han sido de lo más valiente, nuestras hermanas y hermano así como nuestros cuñados/as y sobrinos que también han sufrido lo suyo incluyendo, cómo no, a tíos, primos y demás familias de ambas partes) a nuestros buenos e inseparables amigos, nuestros infatigables compañeros de trabajo, nuestros clientes de diversos pueblos y ciudades, el humano y enorme equipo del colegio Sagrado Corazón, los estupendos miembros de la Escuela y C.D. Pisuerga de Venta de Baños, los grandes integrantes de todos los grupos de clase y actividades de nuestros hijos y de las nuestras también y un sinfín de maravillosos conocidos.

Y para terminar a todo nuestro querdio pueblo llamado 'la Venta de Baños', cuyos vecinos han estado con nosotros en todo momento, sin olvidarnos de su alcalde, su corporación municipal y los componentes de todos los partidos políticos que han demostrado estar a la altura de las circunstancias.

Es gratificante ver como el amor lo mueve todo y lo simplifica a su vez.

Pues, sin más, levantemos nuestras copas y vamos al brindis:

Un brindis por aquellos que nos sonríen desde las estrellas y por todos aquellos, que debajo de ellas, nos han consolado, apoyado y mostrado de cualquiera de las maneras su cariño, su energía y sus oraciones en estos días tan complicados.

Eso es lo que nos ha fortalecido y nos ha reforzado como familia y, por supuesto, nos ha enorgullecido.

Va por vosotros. ¡Salud!

Familia Montoya Pérez.

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