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Ana Arias Barra, en su farmacia de Baltanás. L. A. C.
Coronavirus en Palencia: Ana Arias, farmacéutica: «Nos costará asimilar como práctica obligatoria mantener la distancia social»

Ana Arias, farmacéutica: «Nos costará asimilar como práctica obligatoria mantener la distancia social»

Desde su oficina en Baltanás, que abastece a los pueblos del Cerrato, cree que las farmacias pueden ser claves para hacer test a la población

Luis Antonio Curiel

Viernes, 17 de abril 2020, 06:54

Desde su farmacia en Baltanás, presta servicio a otros pueblos de la comarca. Reconoce que la situación de confinamiento provocó inicialmente cierto temor y preocupación en los vecinos, que intentaron llenar los botiquines de sus casas. Con el paso de los días, la población se ha ido calmando y, la mayoría, acuden a la farmacia como primera opción para resolver dudas, pues el centro de salud solo funciona para las consultas imprescindibles. No obstante, desde la farmacia mantiene una estrecha coordinación con el centro de salud de Baltanás para facilitar las gestiones de los vecinos, muchos de ellos mayores, que no saben cómo activar la receta electrónica o que no saben qué hacer si se encuentran mal. En estos días están ya recibiendo las primeras partidas de mascarillas, guantes y gel desinfectante que habían pedido.

–En este momento, ¿qué papel juega una farmacia en el ámbito rural?

–Es un papel fundamental, y en los núcleos rurales la gente tiene un contacto muy directo con el médico, pero ahora vienen antes aquí porque saben que les ayudamos, y nosotros tenemos un contacto directo con los médicos del centro de salud. En cierto sentido, ahora estamos más expuestos que los médicos, pues ahora la mayoría de los vecinos acuden a la farmacia antes que al centro de salud.

–¿Qué medidas de prevención han adoptado?

–Hicimos lo que fuimos viendo que hacían otros compañeros, pues nadie nos indicó nada al respecto y lo hemos echado de menos. En nuestro caso, hemos instalado unas mamparas en el mostrador y las marcas de distancia de seguridad. Las mamparas me las ha hecho mi marido, pues era la opción más rápida dadas las circunstancias. También protegemos al personal con guantes, mascarillas y gel hidroalcohólico.

–Pretender encontrar guantes, mascarillas y gel desinfectante es imposible...

–Al principio, la gente venía a comprarlos por miedo, después ha sido una excusa para salir de casa a preguntarnos si ya los habíamos recibido. Nosotros nos quedamos con la última caja de guantes porque veíamos que el pedido nos llegaba. El Gobierno requisó todos los pedidos de alcohol y geles hidroalcohólicos, muchos de los cuales tenían que haber llegado a las farmacias.

Y nosotros vamos detrás, de lo tardío que de por sí ya iba el Gobierno. Gel tenemos, pero parece ser que esta semana recibiremos todo el material. Hemos conseguido un precio moderado, porque sé que se han pagado burradas por este material y yo me he negado a abonar esos precios. Nuestra idea es vender las mascarillas a precio de coste, con el fin de dar servicio a la población. No se trata de ganar dinero, sino de abastecer a los vecinos. Imagino que cuando se regularice acabarán regalándolas, pero de momento es necesario que los vecinos tengan algo. Creo que esto lo teníamos que hacer todas las farmacias ahora, porque lo importante es que el material llegue a la sociedad para que salgamos cuanto antes de esta situación.

–¿Cree que los vecinos han respetado el confinamiento?

–Los primeros días, varias personas venían a la farmacia a preguntarnos si teníamos guantes o mascarillas, cuando esas consultas se pueden hacer por teléfono. Éramos la excusa perfecta para salir de casa. Y yo me he tenido que enfadar para que tomaran conciencia de la situación, pues todos nos ponemos en riesgo. Pero ahora pienso que la mayoría de los vecinos ya están concienciados.

–El Gobierno no consideró a las farmacias como personal sanitario de primera línea...

–Estoy muy cabreada, al igual que la mayoría de mis compañeros. La descripción del personal sanitario dice que lo componen farmacéuticos, médicos, odontólogos y veterinarios, con sus correspondientes licenciaturas y demás. Fue un error. Está claro que no tiene comparación el médico de urgencia por la carga viral al atender a un paciente de la Covid-19 que un farmacéutico. Pero tampoco se puede negar que estamos expuestos, pues aquí suele venir gente que puede tener ciertas patologías. Por lógica, está claro que no somos lo más urgente, hay que priorizar a los hospitales, pero no se puede negar que tenemos un riesgo que debemos paliar con alguna protección. Los farmacéuticos nos enfadamos un poco porque siempre estamos en la cuerda floja, pues somos un sector privado que da un servicio público. Por eso nunca estamos englobados en ese combo de sanitarios que dependen de la sanidad pública.

–¿Las farmacias pueden ser decisivas para realizar la prueba del coronavirus?

–Por supuesto. El presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Jesús Aguilar, se ha ofrecido a la red de farmacias para llevar a cabo esta operación. Bajo mi punto de vista, lo más eficaz para poder parar esto o saber qué tenemos es haciendo los test. Tienen que llegar, hacérselo en primer lugar a toda la población que ha podido estar expuesta, como médicos, enfermeros, farmacéuticos y personal sanitario. En un segundo momento, hay que testear al mayor número de población posible. Y aquí las farmacias podíamos ofrecer este servicio para evitar un colapso en los centros de salud y hospitales. De hecho, hay farmacias en pueblos muy pequeños, donde no hay ni centro de salud. Además es algo que siempre hemos estado haciendo los farmacéuticos, no colapsando el sistema, pues mucha gente viene aquí con un constipado para el que no le hace falta una atención médica pero sí una atención farmacéutica para tratar un síntoma. Los farmacéuticos también hacemos pruebas de glicosilada, diabetes, azúcar y, supongo que cuando esto se regularice, también se podrían hacer los test del coronavirus.

–¿Qué recomendaciones siguen haciendo a los clientes?

–Es verdad que no se ha acabado el mundo y que sigue habiendo medicinas. La gente te pregunta mucho por la duración de todo esto. Tienen asimilado que hay que guardar las distancias o que se tienen que lavar las manos constantemente, pero se ha bajado un poco la histeria colectiva que había. Ahora la gente nos comenta más su deseo de que no les toque el coronavirus y que ya vaya pasando todo.

–¿Y después del confinamiento?

–Cambiarán totalmente las prácticas sociales. Se ha creado una psicosis colectiva, por lo que cuando empecemos a hacer vida normal, tendremos cierto miedo de que otras personas puedan estar contagiadas o hayan pasado por ello. Esa psicosis se nos ha interiorizado mucho y nos va a costar quitarla. Somos muy de contacto y nos costará asimilar las nuevas prácticas sociales. La higiene también se cuidará de un modo especial. Lo importante es que estas pautas de limpieza, cuidado y prevención no se relajen.

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