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Ya llegó el verano, y como todos los años nos surge tanto a docentes como a padres la eterna pregunta, ¿es aconsejable que los escolares sigan realizando tareas o es mejor que desconecten y recarguen pilas para el próximo curso?
En primer lugar, tenemos que ... realizar un apunte importante, nuestro país está entre los primeros de Europa donde los alumnos tienen un periodo vacacional estival más largo y continuado, es decir, pasan de tener una rutina diaria a tener casi tres meses de vacaciones y tiempo libre.
Durante este periodo, que ocupa casi el 25 % del año, no nos olvidemos de que el aprendizaje puede continuar de una forma u otra, bien para consolidar conocimientos o para adquirir otros totalmente nuevos.
Pues la comunicación padres-hijos. El escolar valora la preocupación de sus padres por sus intereses y aficiones y el adulto conoce a su hijo fuera del trepidante ritmo del curso de horarios de clases, extraescolares…
Establecer un calendario con diferentes actividades puede ser muy interesante, y no olvidar también el aprendizaje, que puede generar desde la realización de un problema matemático hasta el montaje de un mueble paso a paso. Y esta posibilidad nos la da el verano al disponer de más tiempo de asueto.
Los estudiantes necesitan romper con la dinámica del curso, pueden realizar tareas, sí, pero sería aconsejable buscar otras formas o maneras de realizarlas rompiendo así con su estructura escolar. No olvidemos que las competencias que tienen que aprender nuestros menores no son solo lingüística y matemática, también hay otras muchas como sociales y cívicas, conciencia y expresiones culturales o iniciativa y espíritu emprendedor que permiten ser adquiridas en muchos otros contextos y el periodo estival puede ayudarnos a ello.
A la hora de valorar las tareas que pueden realizar los estudiantes, tenemos que diferenciar según los resultados académicos que hayan obtenido los alumnos. No es lo mismo que haya obtenido buenos resultados a que haya pasado de curso con alguna asignatura o que haya repetido curso.
Los cuadernos de vacaciones de verano, tienen que tener su espacio y momento, pero puede que no sea lo más motivador para estos 'centenials' y generación alfa que nacieron con una tablet debajo del brazo, con lo cual debemos buscar el equilibrio entre tecnología y aprendizaje tradicional, sin descartar ninguno de ellos.
Algunos métodos de aprendizaje innovadores como Kahoot!Kids se han convertido en un recurso educativo puntero e ideal para repasar los conocimientos adquiridos durante el curso ya que construye habilidades básicas en los niños como aprender a leer con aplicaciones educativas como Poio a través del juego o incluso recrea juegos matemáticos intuitivos que consiguen despertar la capacidad intelectual de los más pequeños a través de plataformas como DragonBox.
El tiempo que dediquen los menores a realizar actividades de trabajo en este periodo, no debería ser algo fijo e impuesto, depende de diferentes variables, como son la capacidad de atención del escolar, su grado de implicación en estas actividades y las ganas que tenga, no debemos forzar a los chicos a realizar algo impuesto porque puede ser contraproducente y que consigamos el efecto contrario al deseado, es decir, que le cojan manía a la realización de tareas.
Sí que es verdad que como bien dijimos en uno de los puntos anteriores el nivel de exigencia debe ser personalizado al rendimiento y trabajo que haya tenido el alumno en el periodo escolar.
Cuando el estudiante ha tenido unos buenos resultados este trabajo tiene que ser algo lúdico que potencie sus habilidades y que le ayude a mejorar en los puntos más débiles de sus competencias siempre buscando que el menor se divierta aprendiendo.
Por otro lado, si el alumno ha tenido que repetir curso, sería muy importante buscar las causas de ese tropiezo, analizarlas con seriedad y frialdad, además de serenidad y empatía. Sería conveniente tener una reunión con el menor y el departamento de orientación del centro para estudiar posibilidades de qué trabajar en verano. Si debe repasar algún contenido específico o es mejor que empiece de cero el próximo curso y aproveche el verano para realizar actividades que toquen otras competencias igual de importantes y necesarias.
Desde mi punto de vista, tareas en vacaciones sí, pero siempre teniendo en cuenta las necesidades específicas del menor, sus inquietudes y mezclando actividades más técnicas con otras más lúdicas para que el escolar disfrute a la vez que aprende.
Recordemos que es un periodo muy largo de tiempo, el día tiene 24 horas y da para hacer muchas cosas, y que si además de divertirse, aprende o consolida conocimientos, mejor que mejor. Siempre teniendo en cuenta buscar la manera de enganchar al adolescente sin que se tome la actividad como un trabajo y lo vea como un juego.
Aprovechad para divertiros y conectar con vuestros hijos, que como ya he dicho en otras ocasiones la vida es breve, pasa rápido y todos estos momentos divertidos quedan en nuestra retina para siempre, y pensar en ellos nos despertará alguna sonrisa y más de una carcajada.
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Sobre la firma
Salamanca. Profesor de Matemáticas, Física y Química y Tecnología. Formador de Formadores. Medalla al mérito profesional en Mediación y resolución de conflictos. Colaborador en medios desde 2020.
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