Secciones
Servicios
Destacamos
El Entierro de Genarín es una procesión laica que se desprende de los retazos de las procesiones religiosas, con tintes burlescos y satíricos, sin desprestigiar nunca la importancia de un acto tan respetuoso como la Semana Santa.
Genaro Blanco, el auténtico Genarín, murió en la muralla romana de León hace noventa y cinco años y se ha convertido en un verdadero mito del bestiario leonés.
Nace en León e inmediatamente es abandonado por sus padres en la puerta de uno de los vecinos del pueblo. Es llevado al hospicio de León y se le da el nombre de Genaro Blanco. En algunos lugares, Genaro Blanco va acompañado del segundo apellido Blanco o Expósito. En cualquiera de los dos casos, son claras las referencias a los apellidos de los jóvenes huérfanos o niños abandonados que eran recogidos por el hospicio y cuyo apelativo siempre se le fue dado en la provincia de León.
Genarín
1861
Un niño es abandonado en la puerta de un vecino. Es bautizado en el Hospicio de León como Genaro Blanco
Se casa con su mujer en la Iglesia del Mercado
1897
Fallece su mujer y comienza a tener diferentes trabajos
1915
Es atropellado por el camión de la basura de León
1929
Se prohíbe el Entierro de Genarín por el Obispo Almarcha y el gobernador civil Álvarez Rementería
1956
Se retoma el Entierro de Genarín con una nueva generación
1977
Genarín
1861
Un niño es abandonado en la puerta de un vecino. Es bautizado en el Hospicio de León como Genaro Blanco
Se casa con su mujer en la Iglesia del Mercado
1897
Fallece su mujer y comienza a tener diferentes trabajos
1915
Es atropellado por el camión de la basura de León
1929
Se prohíbe el Entierro de Genarín por el Obispo Almarcha y el gobernador civil Álvarez Rementería
1956
Se retoma el Entierro de Genarín con una nueva generación
1977
Genarín
1861
Un niño es abandonado en la puerta de un vecino. Es bautizado en el Hospicio de León como Genaro Blanco
Se casa con su mujer en la Iglesia del Mercado
1897
Fallece su mujer y comienza a tener diferentes trabajos
1915
Es atropellado por el camión de la basura de León
1929
Se prohíbe el Entierro de Genarín por el Obispo Almarcha y el gobernador civil Álvarez Rementería
1956
Se retoma el Entierro de Genarín con una nueva generación
1977
Genarín
1861
Un niño es abandonado en la puerta de un vecino. Es bautizado en el Hospicio de León como Genaro Blanco
Se casa con su mujer en la Iglesia del Mercado
1897
Fallece su mujer y comienza a tener diferentes trabajos
1915
Es atropellado por el camión de la basura de León
1929
Se prohíbe el Entierro de Genarín por el Obispo Almarcha y el gobernador civil Álvarez Rementería
1956
Se retoma el Entierro de Genarín con una nueva generación
1977
Creció en Palaciosmil hasta que retornó al hospicio en busca de una labor digna. Fue contratado varias veces por el Ayuntamiento, aunque nunca tuvo un trabajo estable. Como suele decirse: hombre de muchos oficios, pobre seguro.
Su vida, amparada en la bohemia, en la galantería de la prostitución y en los paseos nocturnos insuflado su valor gracias a la copita de orujo, impulsó a los oriundos de León a ver en el borrachín una figura que admirar y sobre la que proyectar su mirada curiosa. Tanto es así que, allí donde Genaro acudía, era recordado por su gallardía y por su descuidado arrojo, que siempre llamaba la atención.
En una partida de cartas, cuenta la leyenda que despistó a los gitanos con los que andaba apostándose el jornal echando el órdago y ganando la partida, cuando en realidad estaban jugando al tute en lugar de al mus.
Otra de sus historias nos narra el idílico encuentro en el que Genaro se hizo pasar por el dueño de la Catedral de León, en el bar Express, y con maña consiguió hacerle creer a un inglés despistado que acababa de comprar la pulchra leonina a un gran empresario de la ciudad. Así lo narran los versos de la Cofradía de Nuestro Padre Genarín:
«Limitas con la Paloma / que es calle más bullanguera que a la Catedral asoma.
¡Oh, Catedral, Catedral! / ¡Oh, bella y pulcra leonina! / ¡Oh, maravilla inmortal de todas las maravillas!
Perdona la fantasía de éste que en el bar Exprés / trató de venderte un día a un rico turista inglés.»
Genarín murió a la edad de sesenta y siete años en la carretera de los cubos, junto a la muralla, cuando una camioneta, que algunos reconocen como el primer camión de la basura, se lo llevó por delante. Él se encontraba abriéndose la bragueta y, aprovechando la nocturnidad que le aportaba la luna, se disponía a miccionar junto a las piedras milenarias.
Desde el comienzo, su leyenda fue legible por todos los leoneses. La hemeroteca, descubierta por los investigadores tiempo atrás, nos enseña que la muerte de Genaro no fue noticia solo en la provincia, sino que muchos medios españoles se hicieron eco del suceso. Así, podemos encontrar subrayada la muerte de un hombre aplastado por una camioneta en varios periódicos nacionales.
La muerte de Genaro dio pie la leyenda de un santo, reconvertido en una figura enmarcada en el seno de la mitología leonesa. Cuatro de sus compañeros de andanzas, que compartían con él el orujo con el que brindaban al albor de un nuevo día, comenzaron a expandir su palabra. Nico, Eulogio, Luis y Paco Pérez Herrero vagaron por las calles de León recitando versos en honor a su amigo Genaro e implantando la creencia de los milagros del santo pellejero.
Su veneración se convirtió en tradición, convirtiendo a los cuatro amigos en los defensores del movimiento y dotándoles de esos nuevos sobrenombres que llegarían hasta nuestros días: Los Cuatro Evangelistas de Genarín.
La muerte perseguía a Genaro y por ello acabó bajo el camión de la basura. Pero también la vida, que era vivida y disfrutada por el santo patrón de la Cofradía. La mujer que representaba su estabilidad emocional era Ramona Mariño, más conocida como La Moncha. Esta mujer de laxa labor fue compañera de Genaro y juntos disfrutaban, en los burdeles, del pecado del amor.
A la cabeza de la procesión, Genaro, apoyado en una gran farola mientras bebe una copa y brinda en honor a los asistentes. Tras él, la Muerte, que le persigue moviendo caóticamente sus brazos. Y, por último, una magnífica figura de La Moncha, realizada por Juan Antonio Cuenca, escultor de León, con varios trabajos que adornan el callejero leonés y que simboliza a la casquivana mujer en preocupada actitud cubriendo el cuerpo sin vida de Genaro con un periódico sucio en el que se proyectó el rostro sudoroso del pecador. Delante de todos ellos, los cuatro cabezudos, representación de los evangelistas.
El Entierro de Genarín tiene un valor especial para la población leonesa. No se trata de una multitudinaria reunión de alcohólicos adeptos y una algarabía festiva. Se trata de la celebración cultural por antonomasia, que rinde homenaje a la figura de un hombre que cargó con el estigma del alcohol sobre sus espaldas para luego ser reconvertido en figura que admirar por los citados milagros que los evangelistas aseguran, de manera metafórica, onírica e irónica, que Genaro obró tanto en vida como tras su muerte.
Como última curiosidad, hallemos en el centro del espectáculo una guerra sin cuartel entre escritores y poetas. Al albor de un nuevo amanecer del Entierro de Genarín -pues allá por 1956 el Obispo Almarcha y el gobernador civil Álvarez Rementería, prohibieron el entierro, retomándose la tradición veinte años después- se encontraron en el camino los restos de esos evangelistas con los nuevos y creativos poetas, que pretendían impulsar la tradición.
Entre ellos, el único vivo de los cuatro originales, Paco Pérez Herrero, quien fuera un gran poeta de León. Paco murió en 1986 dejando tras de sí la estela de un sinfín de poemas que lo convierten en una figura imprescindible en el panorama cultural de la ciudad. Siempre se le pidió, dado su gran dominio del verbo, que elaborase un libro con la historia de Genarín, pues seguro tendría un éxito incalculable en el panorama editorial. En lugar de redactar su propio libro, cosa de la que siempre renegó, le pidió a un buen amigo suyo que le ayudase a poner todas las ideas en común y que, con el nombre de este último se publicase, gracias a las anécdotas del primero, los milagros del santo beodo. Nació, de esta manera, el título 'El Entierro de Genarín', del laureado autor Julio Llamazares, quien fuera cientos de veces a casa de Paco a recibir con gusto las historias y leyendas que de la boca del evangelista partían.
Pero la amistad, como suele pasar en muchos casos, tiende a romperse y, donde Paco encontró un libro repleto de magia y de embrujo, presentándoselo incluso a Julio Llamazares, los cercanos a él, y los miembros de la Cofradía observaron muchas atribuciones que habrían de haber llevado el sello de Paco y llevaban las del conocido escritor.
En la reciente publicación de la última edición de 'El Entierro de Genarín', de Alfaguara, Julio lo explica de forma detallada. Se creyó, por aquel entonces, que el autor se había aprovechado de la bondad del poeta poniendo su nombre a un trabajo de investigación que partía de las manos de los cuatro evangelistas, y aludiendo a la confección de los versos sin una propicia mención a Paco o a cualquier otro escritor, como Barthe, dueño también de alguno de los que aparecen en el libro.
Sea como fuere, la relación entre Paco y Julio Llamazares acabó por diluirse para siempre, convertida en olvido y en indiferencia. Las acusaciones obligaron, según reconoce él mismo en el citado prólogo, a abandonar la Cofradía que él y otros tantos habían ayudado a formar y desapareció para siempre su presencia en El Entierro de Genarín.
Noticias relacionadas
Daniel Casado Berrocal
Daniel Casado Berrocal
Daniel Casado Berrocal
Daniel Casado Berrocal
Nadie sabe lo que pasó entre ambos escritores y por qué Paco Pérez Herrero acabó por creerse los comentarios de los allegados, que afirmaban que el escritor se había aprovechado de él. Es necesario señalar cómo durante la primera edición, las alusiones a Paco y al resto de componentes de la Cofradía son mucho más comunes que en la versión más actualizada de la obra, donde se pierde casi la mención a cualquier otro agente colaborador. Pero bien es cierto también, y para terminar, que esta última y revisada edición de Alfaguara está dedicada a Paco Pérez Herrero.
El 29 de marzo de 2024 se cumplieron 95 años de la muerte de Genarín, celebrándose esta fecha con tanto fervor como nunca antes se había hecho, pues el calendario gregoriano permitió que los días coincidieran de tal manera que el mismo 29 de marzo cayera, en 2024, en el mismo día de la semana que durante el 1929.
Sobre la firma
León (1996). Graduado en Educación Primaria por la Universidad de León. Realizó el Máster en Arte, Literatura y Cultura Contemporánea en la Universidad Oberta de Catalunya. En Leonoticias desde 2023. Articulista de opinión. Responsable en Leonoticias de 'El Odonista' y 'Edificios Emblemáticos de León' y en El Norte de Castilla de 'LiterArte'.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.