Zona este: trabajo en red para sacudirse los prejuicios

«Revitalizar el barrio», dicen. «Sacudirse los prejuicios», aseguran. «Invitar a que se nos conozca», insisten varios de los vecinos que participan en esta radiografía de la Zona Este de la capital. En estos terrenos amarrados por las vías, la carretera de Soria y el Esgueva, los colectivos sociales mantienen viva una lucha por la igualdad que todavía requiere profundas transformaciones. Muchas de ellas no llegan desde los despachos municipales, desde los planes de la Junta o el Gobierno, sino que vienen de la mano de iniciativas culturales y medioambientales promovidas desde el trabajo de base, desde los propios vecinos e implicados en hacer del suyo un barrio mejor. Son 23.020 personas las que viven aquí, en Pajarillos altos y bajos, en el Páramo de San Isidro-Campo de Tiro, y más allá de la ronda, en Las Flores.

En esa contribución transformadora tiene un papel vital Pajarillos Educa (una red que implica a representantes vecinales, educativos, sociales y asistenciales del barrio). La entidad ha presentado a los diferentes partidos un decálogo de inversiones e intervenciones en la Zona Este que no se agotan en el corto plazo, sino que miran al «horizonte 2030», con transformaciones que requieren de tiempo. Por ejemplo, la creación y apoyo de empresas de inserción laboral para personas en riesgo de exclusión (y la organización de mercados en los que puedan mostrar sus productos). O el desarrollo de proyectos socioeducativos que erradiquen los «centros gueto», como explica Javier Alonso, portavoz del colectivo. Desde el punto de vista ambiental, una de sus grandes vías de acción, confían en que Valladolid aspire a la capitalidad verde europea en 2030 (Vitoria fue la primera ciudad española que lo consiguió). Celebran que su propuesta para la creación de un centro de interpretación de aves en San Isidro haya hecho nido en algunos programas electorales (lo incluye el PSOE) e insisten en la necesidad de mejorar la seguridad y limpieza en el barrio. La red propone la creación de una mesa del ferrocarril («en la que la sociedad civil y política se siente para buscar soluciones al soterramiento») e insiste en la importancia de las actividades sociales y culturales como palanca de transformación. Ahí están la ruta de la tapa, los murales de arte urbano o el Pucela Festival. «Son ideas para revitalizar el barrio y atraer a personas de otras zonas para que lo conozcan y se sacudan los prejuicios», concluye Alonso.

«Este tipo de actividades son importantísimas», reconoce el hostelero Suso Reglero, del Café Bar Skúa, situado en el pasaje de la calle Tórtola a Pelícano. «Esta plaza, al lado del centro de salud, no tiene nombre», dice, ante la paradoja de ocupar un lugar que no está bautizado en el callejero. «Con estas últimas actividades sí que hemos notado que más gente se acerca, para asistir al festival o hacerse fotos con los murales», cuenta Suso. Reclama mayor presencia del servicio de limpieza («entiendo que la ciudad es grande, pero me ha tocado limpiar la calle a menudo») y remarca la necesidad de mejorar las conexiones del centro con los barrios.

La Unión, la asociación vecinal de Pajarillos, reclama abiertamente el soterramiento. De hecho, su presidenta, Yolanda Matía, ha dado el salto desde el activismo vecinal a la implicación política. Su nombre es el número dos de la lista de Contigo Avanzamos, la candidatura encabezada por Cecilio Vadillo que lleva el soterramiento como principal argumento electoral. «En el barrio defendemos el soterramiento desde hace años, no vamos ahora a cambiar de opinión». Junto a esto, La Unión reclama la rehabilitación integral del 29 de Octubre. «Llevamos ocho años, la segunda fase no se ha terminado y la primera está indecente». También pone el ojo en la limpieza. «No es basura, es suciedad, aceras negras, como en la calle Águila, árboles sin podar…». E insiste en una petición «histórica». «No tenemos autobús que nos conecte directamente con el Clínico. Antes teníamos el 18, que pasaba por la calle Cigüeña y nos llevaba hasta el hospital. Pero ahora tenemos que coger el 3 hasta la plaza de Madrid y allí hacer transbordo y coger el 2», cuenta.

La reivindicación de una línea directa al hospital se incluye también en las demandas que plantea Emilio Fernández, de la asociación vecinal Buenos Aires, con sede en la calle Santa María de la Cabeza. «Los políticos no se deberían olvidar de las necesidades vecinales y la del transporte público es esencial», dice Fernández. Reclama además mayor vigilancia en la parcela del antiguo restaurante Rancho Grande y alerta de las dificultades de acceso al Páramo de San Isidro, en la subida desde Tórtola. «Con el carril bici se ha complicado mucho el giro desde Juan Carlos I».

José Gobernado es vicepresidente de la asociación de vecinos Barrio de San Isidro y se suma a varias de las peticiones de sus compañeros. Comienza con la limpieza. «Tenemos los contenedores antiguos y suele haber mucha suciedad a su alrededor. Es necesaria una limpieza general, que se riegue, se meta la bomba a presión. Cada dos por tres llamamos al 010 para protestar». También recuerda el mal estado del viario («como la calle Salud, entre Pelícano y San Isidro, y el paseo de San Isidro, hasta Juan Carlos I»). Además, reclama la retirada de un cartel de publicidad abandonado junto al centro integrado zona este, «o, como mínimo, que se tomen medidas de seguridad para evitar que la gente se meta y se suba ahí».

«Necesitaríamos más espacios abiertos y comunitarios de encuentro, deportivos par las familias, la gente joven, y mayor seguridad vial», dice Natalia Sanz, directora en Valladolid de la Fundación JuanSoñador, una de las entidades sociales que trabaja en el barrio. «Me cuesta hablar mal del barrio, porque tiene muchísimas cosas positivas». Pero en campaña hay que poner el acento en aquellos puntos que necesitan mejora, para que los políticos tomen nota. «El barrio necesita mejoras a nivel urbanístico, como arreglos de aceras que están levantadas, o esa barrera física, cultural y emocional que es la vía (el túnel que nos separa del resto de la ciudad es muy oscuro y estrecho)», cuenta. Pero su mirada se detiene, especialmente, en las cuestiones sociales en las que tan a fondo trabajan. «Hay gran población en el barrio de renta baja y mucha culturalidad. En este sentido, necesitaríamos más recursos para atender a las personas de una manera integral, acompañarlas en el aprendizaje del idioma, en la formación para la inserción laboral y en la creación de redes de apoyo para la inclusión social. Este tipo de mejoras facilitaría el desarrollo del barrio y su integración en la ciudad», concluye.

Nuevo paso peatonal entre las calle Vía y Salud.

Nuevo parque en San Isidro.

Elevador en Juan Carlos I con el parque Patricia (a la altura de la calle Pelícano)

Carril bici segregado en Juan Carlos I (entre avenida de Soria y General Shelly)

Reforma de los pasos rodados y peatonal de San Isidro.

Nuevo centro de mayores en Pajarillos.

«Propondremos y planificaremos una solución definitiva al aislamiento de los barrios al este de las vías del ferrocarril, mediante un proyecto integral de soterramiento, planteado sobre nuevas bases».

Proyecto de red de calor alimentada por biomasa para la zona este.

Recuperación y nueva intervención de la Esgueva, hasta el límite del término municipal de Renedo.

Se creará un nuevo Espacio Joven en la zona Este, especializado en el ámbito cultural y en el impulso de las iniciativas juveniles, con un enfoque de cogestión entre la administración municipal y la población joven. 

Se desarrollará un proyecto de educación de calle con amplia dotación de recursos humanos y materiales. Con el objetivo de detectar menores en situación de riesgo, apoyar procesos de socialización y sensibilizar a la comunidad. «Las y los educadores de calle forman parte de los equipos de los Servicios Sociales de base y es conveniente que desarrollen su labor en los espacios y lugares donde está la gente joven, en parejas educativas».

Se continuará con los programas para hacer frente al absentismo escolar; y se mantendrá la apertura de los comedores escolares desde julio, en varios colegios. 

Impulso a la economía de los barrios, con subvenciones a proyectos, actividades y servicios de comercio local de proximidad. Ayudas de hasta el 80% para proyectos que activan la economía de los barrios.

Parque de 10 hectáreas zona cuarteles San Isidro

Mayor presencia policial en todos los barrios mediante patrullas de policía a pie, para lo que se tendrá que cubrir y ampliar la plantilla.

Creación de una oficina de policía local.

Reformar y mejorar los parques y jardines y crear parques infantiles.

«La gran apuesta es el proyecto de soterramiento para eliminar la barrera de las vías del tren y crear una ciudad más cohesionada, con menos desigualdades, en definitiva, más justa».

-Paseo verde con carril bici desde la ermita de San Isidro hasta La Cistérniga.

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