El vino es arte, civilización y cultura. Sin embargo, se encuentra amenazado desde diversas instancias, lo que hace que sea necesario difundir lo más ampliamente posible lo que es y lo que significa, para que todas las personas puedan acercarse fácilmente a él ... sin ninguna timidez, a fin de no ir perdiendo poco a poco las raíces de nuestra esencia cultural sustituidas por otras ajenas a nosotros. Con esta carta de presentación de su último libro, una larga experiencia y amor al vino, Isabel Mijares pretende difundir, de forma amena, fácil y comprensible qué es el vino, para romper la barrera de timidez que, por exceso de respeto ante un producto rodeado de tanto rito, suele impedir el acercamiento a una parte tan importante de nuestra cultura y generadora de múltiples y únicas satisfacciones.
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Son muchos los reconocimientos que sitúan a Isabel Mijares como una de las personalidades más capacitadas para hablar con el máximo rigor y una pasión desbordada sobre el mundo del vino. Formada a medio camino entre España y Francia, recorre el mundo entero asesorando a diferentes bodegas, y además dirige Equipo Team, el grupo de enólogos que elabora cada año la Guía Repsol de Vinos.
Durante estas semanas no ha parado de trabajar, aferrándose a su pasión por el vino como a una tabla de salvación durante unos días que han sido duros para ella. Desde su casa de Madrid nos hace un hueco en una agenda repleta de actividad, de entrevistas, de nuevas catas, para hablarnos de su último libro, `El mágico camino de la cepa a la copa´.
Jovial, amable, con buen humor y cargada de positivismo, responde a nuestras preguntas.
-Confinada sí, aburrida segurísimo que no.
-Aburrida nada. Lo llevé muy mal al principio, esta situación me puso muy nerviosa. Entonces decidí que trabajar era o mejor. Tengo una actividad que me ocupa prácticamente el día por lo que me da poco tiempo a reflexionar.
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-¿Dónde está pasando estas semanas de confinamiento?
-En Madrid, en mi casa. Porque me pilló recién nacida mi nieta, en Santander. Fui a verla y con tres días me vine pensando en terminar unas cosas pendientes y marcharme enseguida para poder acompañar a mi hija y a mis nietos, y, nada, me pilló justo todo el problema aquí. Mi nieta es una muñequita. De momento la disfruto gracias a las nuevas tecnologías.
-Trabajando rodeada de la materia prima de su trabajo, de buenos vinos.
-Eso no ha faltado. Y además me han mandado muchos vinos nuevos sabiendo que estaba en casa. Vinos novedosos para catar, de zonas menos conocidas con lo cual también ha sido un descubrimiento y eso también me ha ayudado mucho. He trabajado mucho pero a la vez me ha ayudado a pasar estos días que para mí son muy duros porque es un cambio de vida demasiado fuerte.
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-¿Ante estas nuevas circunstancias el sector tiene que dotarse de herramientas nuevas para llegar al consumidor?
-El sector está haciendo un gran esfuerzo, de hecho uno se pregunta si no debería de haberlo hecho antes, porque al sector del vino le ocurre una cosa, y es que comunica poco. No es cuestión de publicidad, es cuestión de comunicación. En estos días se nota más, porque la gente que está pidiendo vino on-line desde su casa, o que va a la tienda de alimentación para llevarse un vino, tiene muy poca información y está descubriendo vinos nuevos que tenía que haber descubierto hace tiempo. Hay zonas que la gente ni las conoce. Las que hacen la suficiente comunicación siempre son las mismas marcas punteras, a las que hay que felicitar por ello. No hablamos de publicidad sino de comunicación. Hace pocos días me preguntaban si bruñal era una marca, una variedad de uva o una región vitivinícola, y hablamos de gente de un cierto nivel. Es decir, se ve que en el mundo del vino no hemos comunicado suficientemente. Creo que no es solo culpa del sector, también nuestros organismos competentes tenían que comunicar. Ahora el sector está reaccionando con venta y comunicación on-line. Asimismo en este momento el papel de los medios de comunicación es muy importante en este sentido.
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Vivimos momentos en los que hay que buscar también revulsivos, acicates, para mejorar esa comunicación de la que habla, como hace usted con su libro: `El mágico camino de la cepa a la copa´.
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-Exacto, comunicar y explicarle a la gente que todo el mundo puede apreciar el vino, que no hace falta tener grandes conocimientos. Lo que quiero es quitar ese mito. Que no se excusen en no beber vino porque no saben de vinos porque todos tenemos ojos, olfato, vista, oído y tacto y sabemos lo que nos hace disfrutar y lo que no. La experiencia de estos días es muy triste, nos va a cambiar a todos el mundo, pero al sector del vino le va animar a hablar de sus zonas, de sus regiones, de sus marcas sin ningún rubor, y deben hacerlo. Aquí el problema es que confundimos la comunicación y publicidad, confundimos conceptos y creo que los medios que siempre han apoyado el vino, como es el caso de El Norte de Castilla y otros medios de comunicación, necesitáis que estemos en contacto con vosotros y que os aportemos cosas.
-Tomando como referencia su título, ¿lo que ha hecho es despejar ese camino de obstáculos por el que transitan los amantes del vino que desean saber un poco más sin romperse la cabeza?
-Así es, porque la gente cree que es un camino de obstáculos: tengo que aprender, ahora hacer un curso… No, no, eso no. Me gusta y me hace mucha ilusión lo que me está escribiendo mucha gente estos días que me pide que cuando pase esto les dedique el libro. Me gusta porque me dicen: lo entendemos todo. Y es que al vino se le entiende muy bien. Los técnicos lo miramos con otros ojos, hablando de taninos y cosas así, pero al consumidor no le interesa eso.
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-Ha hecho transitable ese camino sin morir en el intento, un camino hermoso.
-Cuando escribí el primer libro mi madre ya tenía sus años y mi hija era todavía muy jovencita, y yo veía que ambas entendían lo que yo escribía; esa fue mi ilusión. Cuando vi que era asequible para todos vi que lo había conseguido, porque eso es lo que yo quiero, poder escribir sobre el vino y que la gente entienda ante todo que el vino es placer.
-¿Su obra es un estímulo para despertar el espíritu inquieto y aventurero en los consumidores de vino?
-La inquietud por descubrir. Por descubrir ese vino que acabo de conocer, que casi nadie sabe de él, y que además tiene el plus de que con él voy a dar una sorpresa a la persona con el que quieres compartirlo. Tiene ese añadido de que lo has descubierto tú y se lo llevas a la gente que quieres.
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-¿Su camino es una invitación a que cada uno emprenda luego el suyo?
-Pero cada uno el suyo, por eso insisto tanto en decir que el mejor vino es el que más te gusta, y tu opinión personal, el placer que sientes con todos tus sentidos no te lo va a conducir nadie.
-El vino, además de un producto de consumo, es algo más. Trasciende en el tiempo, nos ha acompañado durante milenios, es sacralizado por religiones, y si tiene algo que le diferencia es su gran poder socializador: une gentes, pueblos…
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-¿A que a todos nos gusta compartir un vino? Siempre recuerdo la frase típica en los pueblos cuando uno llegaba al bar y decía: sirva ahí una ronda. Era por el deseo de compartirlo. ¿Por qué las ceremonias desde siempre se han celebrado con vino? No nos paramos a pensar en todo esto. El vino es amor, civilización, cultura y placer. Creo que ahí se engloba todo.
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