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Aprovecho el confinamiento para repasar y ordenar libros y viejos papeles. En una guía de viajes del centro y el sur de Francia editada en 1923, guía que utilizaba mi abuelo Sandalio, encuentro una factura perfectamente conservada. Fechada el 7 de febrero de 1929, corresponde ... a una comida en el Ideal Bar de Jaén, establecimiento ya desaparecido que, según he podido averiguar, estaba en el también desaparecido Teatro Cervantes. Allí se celebraban «casi todas las reuniones, bodas y bautizos» de esa ciudad andaluza. Ignoro qué haría mi abuelo, que vivía en Asturias, por Jaén en pleno invierno. Como era ingeniero, supongo que un viaje de trabajo.
Pero, con permiso de Biscayenne, colega en estas páginas, vamos a centrarnos en esa factura. Con cuidada caligrafía se detalla el menú y su coste. Dos huevos al caballo, dos criadillas y dos 'biftek' (sic), más un postre no especificado y una botella de Diamante de Bodegas Franco Españolas. En total 17,80 pesetas, cantidad elevada para la época. Me llaman la atención tres cosas. El recibí, firmado por el propietario, Pedro Millán. La advertencia de que queda «terminantemente prohibida la propina» ya que en la factura está cargado el diez por ciento de servicio. Y esos huevos al caballo, plato del que no tenía noticia.
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Buscando, lo primero que encontré fue una receta habitual en algunos países de Iberoamérica como Brasil o Colombia, huevos fritos servidos sobre filetes de carne. Más conocido este plato como bistec al caballo. Mi amigo el doctor Duyos me pasó una receta publicada en un libro editado en Oviedo en los años 50 de 'bistec a caballo'. Se especifica que es una «receta americana», con pan frito como base. Pero no parecía lógico que mi abuelo y su acompañante comieran huevos sobre filete y luego otro filete. En México y Costa Rica hay unos huevos al caballo sin bistec, servidos sobre tortillas de maíz con frijoles, tocino o picadillo.
Finalmente he sabido que en Extremadura se llamaba así a unos huevos revueltos con jamón y salsa de tomate presentados sobre pan frito, lo que enlaza con esa preparación 'americana' del libro. Seguramente eso, o algo muy similar, es lo que refleja la centenaria factura. Está claro que los huevos al caballo son huevos sobre algo. Y que nunca terminamos de aprender.
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