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El coche fúnebre, por la plaza de la Universidad camino del cementerio del Carmen. Rodrigo Jiménez

Valladolid regala a Concha Velasco su última ovación

Cientos de personas convierten las aceras en patio de butacas para aplaudir el paso del cortejo fúnebre en su recorrido hasta la catedral y el cementerio del Carmen

Víctor Vela

Valladolid

Domingo, 3 de diciembre 2023, 15:30

Y entonces, Valladolid regala a Concha Velasco (1939-2023) su último aplauso, la ovación final, una cariñosa sinfonía de palmadas y piropos que acompañan al cortejo fúnebre en su recorrido por la ciudad.

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Hay voces que le dicen guapa cuando el coche –escoltado por ... la Policía Municipal– circula por el Paseo de Zorrilla.

Hay un 'Concha, te queremos' que descorcha más de tres minutos de aplausos frente al Teatro Calderón.

Hay una mujer que dice 'las piernas más bonitas del mundo' cuando el féretro sale de la catedral camino del cementerio del Carmen.

Hay cientos de vallisoletanos que en esta mañana de domingo han convertido las aceras en patio de butacas para ovacionar, con admiración, con respeto, con cariño, a Concha Velasco, la niña de la calle Recondo que un día dijo aquello de 'mamá, quiero ser artista' antes de subirse a un escenario, de ponerse frente a la cámara, de coger un micrófono para cantar 'La chica yeyé'.

«Es una pena que mi madre no pueda estar viendo esta devoción auténtica de cariño que le tenéis», dice Manuel Velasco, uno de los dos hijos de la actriz, fallecida este sábado de madrugada, a los 84 años, en Madrid. «Son días tristes, pero muy bonitos», asegura Manuel en la catedral, donde Valladolid celebra un funeral en su honor.

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«Si alguien merece estar en el cielo, es nuestra madre, que era la persona más buena. Y desde el cielo estará viendo este reconocimiento inmenso». Yagradecerá, seguro, los aplausos. Con esa sonrisa luminosa, con ese dedo índice que se acerca a los labios para fabricar un beso, con ese orgullo eterno que Concha tuvo siempre para su ciudad natal. «Soy castellana, vallisoletana y comunera», decía.

El arzobispo, junto al féretro de Concha Velasco. Rodrigo Jiménez

Así que, cuando el alcalde, Jesús Julio Carnero, llamó el sábado por la mañana a la familia para ofrecer todos los honores posibles para la actriz, la respuesta recibida fue un sí agradecido. Valladolid rinde tributo a una de sus paisanas más ilustres y queridas con un funeral en la catedral y un lugar privilegiado en el panteón de personas ilustres, junto al bailarín Vicente Escudero, en compañía de José Zorrilla, de Miguel Delibes, de Rosa Chacel.

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«Concha Velasco ha sido un regalo para nuestra sociedad», dice el arzobispo Luis Argüello, durante la ceremonia celebrada al mediodía en la catedral. Antes, el féretro con los restos mortales de Concha Velasco se detuvo frente al Teatro Calderón, donde la actriz actuó por última vez en Valladolid (el 3 de septiembre de 2021) y donde tiene una placa en su honor. Allí, a unos pasos del escenario que tantas veces pisó, a poquitos metros del camerino en el que repasaba los textos antes de actuar, la concejala de Cultura, Irene Carvajal, colocó en el coche fúnebre un ramo de rosas blancas y una cinta que dice: «Concha Velasco, Valladolid nunca te olvidará».

El cortejo avanza después despacito hacia la plaza de la Universidad, abarrotada de admiradores y curiosos, de fans y files seguidores de una actriz que arrancó risas y provocó lágrimas, que entretuvo y emocionó, que hizo al mismo tiempo soñar y bailar. Hay en este camino hasta la catedral un aplauso en cada adoquín. Y cada uno de ellos es una muestra de admiración por el talento de una actriz inolvidable, de agradecimiento por la compañía de tantos años a tantos millones de españoles.

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Aplausos por sus chicas de la Cruz Roja, por las que tienen que servir, por tormentos y águilas de fuego. Aplausos por París, por Tombuctú, por más allá del jardín. Aplausos por las galas de nochevieja y los musicales en el teatro. Aplausos por los concursos que presentó, las series que protagonizó, las entrevistas que nunca rechazó.

Aplausos para recordarle a Concha Velasco que emocionó en el cine, sorprendió en el teatro, entretuvo en la televisión. «¡Se va la más grande!», grita una mujer en la plaza de la Universidad, donde el Ayuntamiento ha instalado dos pantallas (de cuatro por dos metros) para que las cientos de personas que no han podido entrar en la catedral puedan seguir desde allí la ceremonia.

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El arzobispo Argüello tuvo un recuerdo para dos de esos cientos de papeles que Concha Velasco interpretó a lo largo de su vida. «Representó a Hécuba, una mujer llevada por la venganza, y a Santa Teresa de Jesús, con su experiencia mística. Y es finalmente el perdón de la santa el que vence sobre la venganza», dijo Argüello, para subrayar que Concha Velasco pisa a partir de ahora un escenario nuevo en el que se difuminan las fronteras de «persona, personaje y máscara» para dar paso a una belleza profunda que aspira a la inmortalidad.

El coche fúnebre, lleno de flores, sale rumbo al cementerio. Rodrigo Jiménez

Pero eso, afortunadamente, Concha ya lo ha logrado. Concha es ya inmortal. Lo es cada vez que alguien ve de nuevo una de sus películas, que se engancha a una de sus series, que se pone en los auriculares alguna de sus canciones. Como 'La chica yeyé', que suena cuando el féretro está a punto de abandonar la catedral.

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Un cuarteto de cuerda de la Escuela Municipal de Música ha amenizado (con el 'Air on the G String' de Bach y el 'Canon en Re Mayor' de Pachelbel) la ceremonia, donde también se ha escuchado el 'Ave Verum' de Mozart, con la voz de Nines, familia de la actriz. Sus hijos, Manuel y Paco, estuvieron en la primera fila de la seo, acompañados por el resto de la familia de Concha, como la también actriz Manuela Velasco.

Además, en primera fila, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, los ministros de Transporte e Igualdad, Óscar Puente y Ana Redondo, la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, el exalcalde Javier León de la Riva e Irene Santamaría, viuda de Tomás Rodríguez Bolaños, antiguo regidor de Valladolid.

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La actual corporación municipal, al completo, estuvo en un lateral de honor de la catedral. Y a los pies del altar, y rodeado por los maceros y agentes de la Policía Local con el uniforme de gala, el féretro de Concha Velasco, sobre el que se colocó una bandera de Valladolid que le acompañó también hacia el cementerio del Carmen. Allí llegó después de recorrer (de nuevo entre aplausos) López Gómez, la plaza de España, Miguel Íscar, Zorrilla, San Ildefonso, Isabel la Católica, San Quirce, Cardenal Torquemada, Santa Teresa, Gondomar, Chancillería, Madre de Dios y la carretera del Cementerio.

Valladolid vive todavía inmersa en las tres jornadas de luto decretadas en memoria de la actriz y prepara nuevos reconocimientos. Entre ellos, que una de las Espigas de la Seminci reciba su nombre.

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