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Carlos Treceño Lobato (Valladolid, 1973) representa, por su cargo, a todos los farmacéuticos de Castilla y León, un colectivo imprescindible en la lucha contra la ... pandemia del coronavirus COVID-19. Desde su farmacia en Valladolid, junto con otros compañeros, demanda más medidas de protección para que estos profesionales puedan desempeñar su labor con las mejores garantías de seguridad.
Coronavirus en Castilla y León
–¿Cómo están afrontando las farmacias esta crisis?
–Con responsabilidad, trabajo y asumiendo los riesgos propios de la profesión. Seguimos los protocolos para estar lo más seguros posible.
–¿Son suficientes estos protocolos que han adoptado?
–Nos gustaría tener acceso a todas las medidas de protección, como cualquier sanitario, para hacer nuestro trabajo con la máxima seguridad. Queremos que los farmacéuticos, que generan el primer cribado de pacientes con estas enfermedades y garantizan la atención farmacéutica, tuvieran acceso, por ejemplo, a mascarillas ffp2. Hemos recibido algún material de la Junta, pero necesitamos más.
–¿Qué expectativas tienen? ¿Cree que podrán ser atendidos sus requerimientos?
–Las autoridades están trabajando en este sentido. Muchas farmacias ponen los medios de seguridad a través de su gestión, siguiendo los protocolos que hemos marcado desde el Consejo General y los colegios. Me gustaría que las perspectivas fueran recibirlo pronto.
–¿Qué medidas de protección han adoptado las farmacias para esta crisis?
–La primera es clara: mantener la distancia. Evitar aglomeraciones, para lo cual se limita la entrada, en función del espacio de que disponga la farmacia, a una o dos personas. También debe dejarse un espacio de dos metros entre pacientes y profesionales. Se organiza el trabajo por turnos en las farmacias para minimizar el riesgo de contacto y contagio, y las superficies se someten a una desinfección constante. Igualmente, se debe hacer un lavado constante de manos y no tocarse la cara. Las recomendaciones también abarcan evitar contacto estrecho con pacientes, ya que no tenemos las medidas de protección necesarias. Todas estas medidas van encaminadas a minimizar los riesgos de pacientes y de farmacéuticos.
–¿Qué ánimo detecta entre sus compañeros desde que se ha desatado la crisis?
–Trabajamos con responsabilidad, pero también con presión. Asumimos los riesgos como profesionales sanitarios que somos. No deja de ser una situación de más tensión en la que el trabajo es más tenso. Hay buen ánimo por hacer bien las cosas y por ayudar en todo lo que sea necesario. Por ayudar a los pacientes que tienen dificultad para salir de su domicilio. Deben salir lo mínimo posible de su casa, pero tener acceso al medicamento en las mejores condiciones. Para eso se ha trabajado con la Administración, para tomar medidas con receta electrónica que permitan minimizar las trabas en la dispensación y conseguir que los pacientes puedan disponer de tratamiento para algunas semanas más y que no tengan que salir. Los pacientes de riesgo, patológicos y plurimedicados, no deben salir. Es muy importante recalcarlo.
–¿Les llevan los farmacéuticos los productos a casa?
–Hemos trabajado en un protocolo en ese sentido. También trabajamos con ayuntamientos y diputaciones a nivel rural para que pacientes en cuarentena o necesitados puedan tener acceso a la medicación, a través del farmacéutico o de otras instituciones.
–¿Qué medicamentos se demandan más?
–Los pacientes deben ser responsables y lo son en su mayoría. Deben acudir solo para retirar su medicación necesaria y habitual. Hay una demanda mayor de paracetamol, un analgésico antipirético indicado en casos de fiebre. Esa demanda se ha ido cubriendo desde la farmacia.
–¿Les solicitan mucha información?
–Sí, por supuesto. Existe una avalancha de información en relación a la situación que estamos viviendo. Es importante la información que el farmacéutico puede adoptar en relación al medicamento. Se han escuchado informaciones que ponen en tela de juicio el uso de hipertensivos u otros medicamentos. Es muy importante el mensaje riguroso del farmacéutico, respecto a qué debe hacer, acceso al teléfono de contacto, qué síntomas puede tener y las recomendaciones adecuadas en cada caso. Las 1.600 farmacias de Castilla y León son un punto de ayuda y atención para el paciente. Insisto en la importancia de que el paciente vaya ahora a la farmacia solo cuando es imprescindible. Hay que evitar las salidas innecesarias.
¿Cómo ha cambiado el día a día en la farmacia que usted regenta?
–Han cambiado, lógicamente los protocolos de seguridad. Cada paso, cada contacto. No solo con un paciente, sino con una receta en papel o con una tarjeta. En cada caso se genera un protocolo de desinfección y de seguridad. El trabajo en turnos también es importante para garantizar el mantenimiento de la atención farmacéutica y de las farmacias acessibles para el público.
–¿Ha variado también la actitud de los pacientes que acuden a la farmacia?
–Sí, ahora está mucho más centrada en la retirada de sus medicamentos, el consejo sobre el uso de esos medicamentos. Eso hace que el trabajo tenga un punto más de tensión, de responsabilidad y de riesgo, lógicamente.
–Como decía antes, no les queda otra que afrontar ese riesgo.
–Nuestra obligación como profesionales es asumirlos por supuesto.
–¿Tiene alguna expectativa sobre la evolución de la crisis?
–Esa una respuesta más para los epidemiólogos. Esperamos llegar al pico de la pandemia y que la situación se vaya normalizando.
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