Castilla y León suma actualmente 7.225 camas públicas, más que en 2019 con sus 7.141 pero menos que las 7,383 de 2010. Todo ello según datos de la Consejería de Sanidad que no coinciden del todo con el Catálogo Nacional de ... España; pero registra en cualquier fuente un descenso mirando un decenio atrás. Entonces se valoraba que hacían falta menos camas y los hospitales, entre ellos el RíoHortega, se construían muy ajustados –no faltaron las críticas, y muchas– al defender que la cirugía era cada vez más ambulatoria y no hacían falta. Los años han demostrado que sí hacían falta y sobre todo lo ha hecho evidente la pandemia.
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En el caso de las camas se observa una disminución de 0,14 camas instaladas desde 2010 en toda España; aún mayor si se analizan solo los recursos funcionantes (0,18/1.000); lo que supone un 4,08% menos, una tendencia mantenida en el país en los últimos 30 años lo que «resulta incongruente si tenemos en cuenta que estamos situados a la cola en esta dotación respecto a los países de la OCDE y la UE. En 2021 la media de camas instaladas era de 3,29 en el conjunto del país e iba desde 4,08 en Cataluña hasta 2,51 en Andalucía. Las camas funcionantes eran de 2,97 (entre 3,79 en Cataluña y 2,3 en Andalucía) y la comunidad alcanza los 3,6 por millar de habitantes en estos diez años.
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Ana Santiago
En cambio, los quirófanos por mil habitantes experimentaron un pequeño aumento en todas las autonomías pasando de 0,11 en 2010 a 0,12 en 2021 (un 9,09% más), y en 2021 oscilaban entre 0,12 en Navarra y 0,07 en Castilla-la Mancha y La Rioja.
Castilla y León tiene actualmente 187 frente a los 182 de 2019 y los 164 de 2010. Aumenta la dotación y también lo hace en nuevas tecnologías pero en este caso forma parte de la actualización esperable.
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Y, pese a la gran carencia de plantillas que sufre Castilla y León, como las demás comunidades, el personal sanitario se ha incrementado en realidad pero no al ritmo de las necesidades y de las posibilidades de intervención que el avance médico reclama.
La comunidad ha pasado de contar con 11,51 profesionales por cada mil habitantes en 2010 a 13,74 en 2020 y a 14,54 en 2022, según los datos de la Federación en Defensa de la Sanidad Pública. En médicos hospitalarios la proporción es de 1,83 hace diez años; 2,12 en plena pandemia y 2,27 al cierre de 2021 y en enfermería de 3,3 a 3,98 y a 4,12, respectivamente.
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Los técnicos sanitarios son también una profesión en aumento pasando de 2,92 a 3,86 en un decenio.
Y si algo ha evolucionado de forma exponencial en estos últimos diez años han sido las técnicas de diagnóstico. En la comunidad, en 2010, se realizaban 76 TAC por cada mil habitantes, la tasa supera ahora los 124. La resonancia magnética ha pasado en un decenio de 27 a 60 por dicha población, el PET de 0,13 a 2,74; la angiografía de 1,87 a c6 y la gammagrafía de 10,5 a 14.
Incluso las más habituales y 'antiguas' pruebas de imagen como son las mamografías han crecido estos años de las 26,5 en 2010 a las 30,4 que se realizan por cada mil mujeres actualmente, al margen de los cribados. Y crecen las colonoscopias nueve puntos hasta las 28, entre otras pruebas.
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