Sanidad en Castilla y León
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Sanidad en Castilla y León
Hasta un año en lista de espera por rechazar una operación en la privadaLas listas de espera mejoran, y de forma significativa, este año, especialmente en las pruebas de diagnóstico, pero aún están lejos de los datos prepandémicos, que tampoco eran los deseables. En términos generales, los catorce hospitales de Castilla y León mejoran sus tiempos de espera ... aunque, como es habitual, de forma muy desigual.
Las intervenciones quirúrgicas suman, a fecha del pasado 30 de junio, 34.169 personas pendientes de entrar en quirófano. Es la lista estructural, es decir, en la que ni razones clínicas ni personales del propio paciente son la causa de los retrasos, sino la falta de recursos. Eran 29.263 en diciembre de 2019 los usuarios de la pública pendientes de cirugía, 4.906 menos que ahora. Y era de 94 la media de días de espera entonces, ahora son 103. También empeora el dato.
No obstante, el tiempo medio para una operación mejora considerablemente si la comparación se hace con los últimos tres años: las 161 jornadas de 2020, año covid por excelencia y los posteriores descensos de 2021 (144) y 2022 (129). Mejora la situación en las intervenciones quirúrgicas de la mano de los conciertos con la privada y de la reorganización y horas extras en la pública para hacer frente a la gran bolsa que provocó la pandemia.
151 pacientes
de Valladolid rechazan en el primer semestre de 2023 operarse en la privada frente a los 615 de 2019
Sin embargo, en algunos hospitales como los de Valladolid empeora de forma drástica la situación de los pacientes que, al ofrecerles ser operados en centros privados, lo rechazan y prefieren esperar para ser intervenidos en los de Sacyl. Los datos que alcanzan el Río Hortega y el Clínico son llamativos. Un año, e incluso más, sufre de demora el afectado cuando rechaza tal oferta. Por ello, son muchos menos quienes se niegan a operarse en la privada que los registrados hace años. En 2019, hubo 615 usuarios de la pública que rechazaron la privada (330 en el Río Hortega y 377 en el Clínico y 8 de Medina). Pues bien, la demora si no se aceptaba la derivación era entonces de 66 y 79 jornadas, respectivamente, en los grandes complejos y sin cambios apreciables en el comarcal. El tiempo medio de espera de los que rechazaban el hospital alternativo era muy similar al de los intervenidos a la primera en la pública.
Estos datos han ido en aumento desde entonces, casi se duplicaron en 2020 y fueron a más en los siguientes ejercicios; pero el gran salto lo ha dado este 2023. El Río Hortega este junio constataba 340 días de espera para ser operado si no se aceptaba la privada y el Clínico alcanzaba los 393, y ello frente a las 85 y las 62 jornadas, respectivamente, que tienen de media de demora estos complejos asistenciales. Cuatro veces más el primero y seis veces más el segundo. Así que no es de extrañar que, en 2019, 615 personas rechazaran en Valladolid la privada para operarse en hospitales públicos y ahora ya solo lo hagan 156.
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El dato autonómico no es tan alarmante, de media baja en un millar el de enfermos que se niegan a tal opción y la demora se sitúa en 242 días, más del doble no obstante de los 114 que registraba 2019.
Hay que tener en cuenta que esta derivación a la privada no se realiza con los especialistas habituales de esta red, dado que la mayoría, en realidad, son los mismos que compatibilizan consultas en ambos sistemas, sino que son otros facultativos, a veces vienen de otras comunidades, los que se encargan en la privada de la lista de espera de la pública. Es una protección legal para evitar intereses espurios. Por ello, a los usuarios de la pública no les atrae este cambio.
Ávila, El Bierzo, Salamanca y Soria también registran importantes incrementos de demora cuando se rechaza un centro alternativo, pero es en Valladolid donde más llamativas son las cifras.
La difícil situación de las listas de espera llevó a la Consejería de Sanidad ya el año pasado a concertar un total de 5.687 operaciones, que suponen una factura de 8,7 millones de euros. Por volumen de intervenciones, hay que retrotraerse a 2016 para observar un cifra similar, con 5.757, cuando la comunidad sufría una de las demoras más elevadas dl último decenio, 107 días de media, sólo superada en los años de la pandemia.
En el análisis de 2022 y por intervenciones quirúrgicas, se observa que las provincias con mayores conciertos fueron León (1.509), Salamanca (1.015) y Valladolid (1.261), con dos de cada tres, e inversiones de 2,46 millones, en el primer caso, y de 1,19 y dos millones, en los últimos. Por el contrario, Zamora fue la que menos derivó, 37 operaciones, con 197.040 euros, junto a Segovia, con 92 y 172.411.
En cuanto a pruebas diagnósticas, las provincias donde Sacyl tuvo que recurrir en mayor medida a la privada fueron en Valladolid (7.228), Burgos (6.754) y Valladolid, con presupuestos de 555.979, 729.733 y 820.116 euros, en cada caso. Y en estos casos no hay rechazos.
Este empujón desde la privado ha llevado a la pública a una considerable reducción de los datos en técnicas de diagnóstico. Sin embargo, hay más pacientes pendientes de una primera consulta –77.281 más en toda la comunidad– que en las mismas fechas de 2019 al llegar actualmente a las 193.000 personas a la espera de una primera cita con el especialista. El número, no obstante, no es lo más relevante sino la capacidad para dar respuesta asistencial en un tiempo prudencial a cada paciente. Y este dato, el de la demora media, también ha empeorado y de aquellos 66 días que anotaba diciembre de 2019 se ha pasado a 87 en junio de este 2023. Una mejora con respecto a los 95 de 2022 pero cuatro días más que en 2021.
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