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«En no más de cuatro o cinco años, todos los equipos de investigación de la Universidad de Valladolid se acabarán desmembrando. Es estratégico que reforcemos la investigación». El temor del vicerrector de Profesorado de la UVA, Javier de Frutos, expresado hace año y medio ... ante los estragos en las plantillas por la covid, es suscrito hoy por las cuatro universidades públicas de la región.
El rector de institución académica vallisoletana, Antonio Largo Cabrerizo, ha arrancado su nueva etapa con la mayor oferta de plazas para nuevos doctores ayudantes, con 105 contratos. «Lo que más nos preocupa no es solo captar el talento sino retenerlo. Hay que hacer atractivas las carreras y que los aspirantes vean que les transformas la plaza lo más rápido posible», explica. Para lograrlo, las universidades dependen de los fondos que les transfieran las administraciones, tanto la Junta con el Estado.
En algunas facultades, sobre todo las de Ciencias de la Salud (Medicina), las carencias son tan urgentes que puede haber problemas en breve para cubrir las clases de algunas asignaturas.
También la consejera de Educación, Rocío Lucas, habló este viernes en la presentación de su programa de Gobierno en las Cortes regionales de un compromiso por «generar, retener, captar y retornar el mejor talento». Con ayudas para que los investigadores de la región «puedan acreditarse con arreglo a los estándares nacional y europeo y acceder a su estabilización automática en nuestras universidades».
Pero eso es lo más alejado de la realidad que viven y perciben los jóvenes titulados de las universidades de Castilla y León. La suya es una carrera de obstáculos que muchas veces les lleva a marcharse fuera para buscar mejores oportunidades y salarios. Y, si deciden volver, debe ser a costa de aceptar sueldos bajos (casi siempre de menos de 30.000 euros), burocracia asfixiante y precariedad tratando de encadenar contratos.
Colectivos como la Asociación de Jóvenes Investigadores No Valorados (Innova) de Salamanca y Valladolid, integrados en la Federación de Jóvenes Investigadores Precarios, han elaborado el informe '¿Cuánto cobra un postdoc en España?' En el documento denuncian que la edad media de acceso a la carrera docente no baja de los 43 años, que sufren una constante pérdida de poder adquisitivo e «importantes discrepancias» entre programas universitarios autonómicos análogos.
En el estudio no logran dar una respuesta a la pregunta del salario. El Norte ha preguntado a varios de estos titulados con ansias de hacer carrera en las aulas de las universidades de la comunidad. Todos coinciden en las «carencias de un programa autonómico decente de postdoctorados» y en exigir más compromiso oficial para cumplir el repetido discurso de la 'retención de talento'.
–Burocracia. ¿Siente que su trabajo es buscar contratos y, en los ratos libres, investigar?
–Desregulación. ¿Por qué personas con dedicación similar tienen nóminas tan dispares? ¿Más experiencia es a veces menos sueldo?
–Frustración. ¿Le parece que el sistema les pide mucho y da poco?
–Castilla y León. ¿Cree que su Universidad y la Junta están apoyando a los titulados de la región?
Profesora ayudante doctora en Periodismo. Regresó a Valladolid tras estancias en la Complutense, Lisboa y Manchester. Investiga en Transparencia, Comunicación Política y Desinformación.
–Burocracia. ¿Siente que su trabajo es buscar contratos y, en los ratos libres, investigar?
–Completamente. En mi última etapa como contratada postdoctoral, una gran parte de mi trabajo consistió en preparar solicitudes. Suelen tardar meses en resolverse lo que incrementa mucho la incertidumbre. Eso ha hecho que la investigación la realizara en mis ratos libres.
Graduado en Derecho y ADE y máster y profesor en Derecho Constitucional en la UVA, Alberto Macho, defenderá su tesis en julio. «Después me quedaré en el paro».
–Burocracia. ¿Siente que su trabajo es buscar contratos y, en los ratos libres, investigar?
–Con suerte, el año que viene podré conseguir algún trabajo que me permita seguir vinculado a la Universidad como asociado y, en los ratos libres, desarrollar mi labor investigadora.
A sus 29 años, esta doctora en Neurociencias de la Universidad de Salamanca (USAL) y premio extraordinario de tesis, con estancias en Ginebra (Suiza) está en el paro. En otoño se marcha a un laboratorio en la Universidad de California.
–Burocracia. ¿Siente que su trabajo es buscar contratos y, en los ratos libres, investigar?
–Voy a tener un respiro al estar contratada a cargo de la financiación de mi supervisor. En cuanto termine mi trabajo estaré en el paro y tendré que empezar otra vez a enviar currículum, escribir proyectos y realizar todo tipo de trabajosísimos papeleos.
Máster en Demografía y doctor en Ciencias Sociales, a sus 29 años Ignacio de Loyola ha logrado un contrato postdoctoral Margarita Salas (modalidad internacional) para trabajar en la Universidad Drexel de Filadelfia (EEUU).
–Burocracia. ¿Siente que su trabajo es buscar contratos y, en los ratos libres, investigar?
–Hay días de trabajo que se pierden debido al exceso de burocracia, responder correos y buscar nuevas convocatorias para lograr financiación. La cantidad de títulos, certificados y documentación que tienes que recabar cada vez que te presentas a una convocatoria es enorme.
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